miércoles, 9 de noviembre de 2016

Médicos del Mundo denuncia que los recortes sanitarios se están cebando con el género femenino

Un informe elaborado por la ONG y respaldado por otras 12 organizaciones denuncia las deficiencias y desigualdades en los servicios de salud sexual y reproductiva en España.

La soñada igualdad entre hombres y mujeres sigue siendo una quimera en todos los ámbitos, pero si bien en algunos campos estamos yendo a mejor, no parece que hayamos avanzado nada en lo que respecta a la atención sanitaria.

Los datos no dejan lugar a dudas: de las diez enfermedades que la población de 15 y más años refiere padecer con mayor frecuencia, todas excepto la diabetes y los problemas de próstata son más frecuentes en mujeres. La depresión es, además, el doble de frecuente en ellas. Ni siquiera las adolescentes se libran de esta brecha de género: una de cada tres chicas dice tener una salud mala o regular, frente a uno de cada cuatro chicos.

Gran parte de la Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva “duerme en el sueño de los justos” La situación de desigualdad, además, está empeorando con motivo de la crisis. Así lo denuncia al menos el informe Deficiencias e Inequidad en los servicios de salud sexual y reproductiva en España que ha elaborado Médicos del Mundo con el apoyo de otras 12 organizaciones.

En la presentación del documento, Beatriz Sagrado, vocal de Género de la ONG, ha recordado la necesidad de aportar un enfoque de género en el ámbito de la salud: “Las que sufren en gran medida los recortes sanitarios son las mujeres que encuentran barreras para conseguir métodos anticonceptivos, son las que padecen más discriminación a la hora de acceder a tratamientos de reproducción asistida o las que tienen que recorrer kilómetros para acceder a un servicio de aborto legal porque en su comunidad autónoma no llevan a cabo ese servicio sanitario”.

DENUNCIAN EL INCUMPLIMIENTO DE LA LEY

Como ha recordado Guillermo González Antón, miembro de la Federación de Planificación Familiar Estatal, pese a que nuestro país cuenta con una Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, gran parte de la misma “duerme en el sueño de los justos”, y su implantación es enormemente desigual en las diferentes comunidades autónomas.

El informe denuncia nueve grandes materias en las que se están incumpliendo de forma sistemática los derechos de salud sexual y reproductiva de las españolas:

1. Maternidad segura
El documento asegura que persiste una instrumentación excesiva del parto, con altas tasas de cesáreas y episiotomías. También existen criterios de prioridad al margen de la ley en lo que respecta a las técnicas de reproducción humana asistida, que favorecen a las mujeres con mejor salud y menor edad.

2. Acceso a métodos anticonceptivos

En los últimos años se ha limitado el acceso a los métodos anticonceptivos y existe una gran inequidad regional en cuanto a su financiación y prescripción.

3. Prevención y tratamiento de las ETS

La política de recortes, asegura el informe, ha llevado a una reducción drástica de los programas de prevención del VIH. En 2012 el presupuesto del Plan Nacional contra el Sida se redujo en un 90%.

4. Atención al aborto

“El 90% de las interrupciones se siguen haciendo en las clínicas privadas”, ha explicado González en la presentación del informe. “Prácticamente no hay acceso al aborto en los medios públicos”.

“Casi no existe objeción de conciencia, pero realizar abortos resta proyección profesional” Esto provoca una enorme inequidad territorial, que lleva a muchas mujeres a tener que desplazarse para interrumpir su embarazo. En cuatro comunidades (Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Murcia) no se ha realizado nunca un aborto dentro del sistema público, lo que lleva a plantearse la necesidad de regular la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios.

“Casi no existe objeción de conciencia como tal, lo que pasa es que realizar abortos resta proyección profesional”, apunta Gónzalez. “Esa es la base angular de por qué no se realizan abortos en la sanidad pública”.

5. Atención de los no heterosexuales

El informe denuncia que en 2014 se limitó la financiación de las Técnicas de Reproducción Humana Asistida a las personas que no logren un embarazo mediante el “coito vaginal”, lo que excluye de facto a las parejas de mujeres de este servicio.

6. Salud sexual y reproductiva de los jóvenes

Entre el 10 y el 15% de los jóvenes no utilizan ningún tipo de protección en sus relaciones sexuales. Pese a esto, asegura el informe, no existen programas específicos de prevención en materia de derechos y salud sexual reproductiva.

7. Atención a las mujeres en los CIE

El desigual acceso a la asistencia sanitaria que padecen las mujeres se agrava en el colectivo migrante y más aún en aquellas personas recluidas en los Centros de Internamiento de Personas Extranjeras (CIE).

Según ha denunciado Bárbara Tardón, de la plataforma CEDAW, en los CIE se incumple de manera sistemática con la legislación española e internacional, al negar la atención sanitaria a las mujeres embarazada.

8. Educación sexual

En España no existe una educación sexual que cubra todo el sistema educativo y esta cambia en función de cada comunidad autónoma. Existen programas y talleres, pero no son sistemáticos y a veces se basan incluso en contenidos científicos desactualizados.

9. Violencia sexual y de género

Por último, el informe denuncia que de las 17 comunidades autónomas solo 9 disponen de recursos para víctimas de violencia sexual, lo que genera desigualdad territorial.

“Las víctimas y supervivientes de la violencia sexual se enfrentan a un panorama oscuro y desolador”.
En opinión de Tardón, “las víctimas y supervivientes de la violencia sexual se enfrentan a un panorama oscuro y desolador en todo lo que respecta a la atención sanitaria”, una materia en la que se están incumpliendo todos los estándares internacionales.

La especialista ha apuntado, además, que la violencia de género se entiende solo como violencia dentro de la pareja, lo que está invisibilizando otras de sus facetas.

DESIGUALDAD A TODOS LOS NIVELES

Aunque el informe se centra en la salud sexual y reproductiva, Lucía Mazarrasa, portavoz del Fórum de Política Feminista y jefa de sección de salud y desarrollo internacional en el Instituto de Salud Carlos III, ha recordado que la desigualdad en el acceso a la asistencia sanitaria no es exclusiva de este ámbito.

“Se sigue mirando a las mujeres como si fueran neuróticas e histéricas”.

“Aunque las desigualdades se empiezan a conocer desde el punto de vista científico, en el sistema sanitario público no hay protocolos desde la perspectiva de género homogeneizados y universalizados”, apunta. “Todavía subsisten los estereotipos culturales entre los profesionales sanitarios que hacen que no se vean los problemas de salud que tiene los hombres y mujeres de una manera diferenciada, pero sobre todo se sigue mirando a las mujeres como si fueran neuróticas e histéricas, como si todo lo que les ocurre tuviera que ver con su idiosincrasia, debido a sus hormonas, sin tener en cuenta ninguna circunstancia social, como es la doble carga familiar o  la responsabilidad por el cuidado de los demás, que parece que las mujeres realizan sin esfuerzo, sin tiempo, sin horarios…”

“Todo ese capital de cuidados no tiene una respuesta ni por parte del sistema sanitario ni de los servicios sociales”, continúa Mazarrasa. “Esa carga de responsabilidad que tienen las mujeres, que afecta a la salud, no se debe a que tengan una psicología rara o especial, es algo que tiene que ver con problemas que pueden parecer banales, pero no lo son, como es el cansancio o una subvaloración de lo que hacen, que afecta a su psicología. Y eso no se tiene en cuenta”.

Según denuncia el informe, el cambio en el acceso al Sistema Nacional de Salud que impuso el Real Decreto-ley 16/2012 –más conocido como el “decreto de exclusión sanitaria”–, también ha afectado especialmente a las mujeres: son ellas las que han quedado excluidas en mayor porcentaje, pues han cotizado menos. Las mujeres sufren también en mayor medida el copago farmacéutico, pues dada su mayor supervivencia presentan una incidencia mayor de patologías crónicas.


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