Aunque el tratamiento con antirretrovirales mantiene a raya la infección por VIH, la presidenta de la Fundación de Investigación de Diego, Maribel Rodríguez Torres, que participó en el Congreso, afirmó que las complicaciones médicas severas están asociadas a enfermedades hepáticas que pueden, incluso, provocar su muerte. "Los pacientes que tienen daño significativo en el hígado y además VIH no pueden retrasar su tratamiento, porque 3-4 años es la diferencia entre que estén vivos o muertos", indicó la experta portorriqueña.
Según cifras oficiales, durante los últimos cinco años, un total de 3,500 asesinatos de ese tipo se registraron en esta nación centroamericana de aproximadamente 13 millones de habitantes. Solamente en los primeros siete meses de 2009, unas 351 mujeres murieron como resultado de violencia 'machista' o sexista; y que solamente refleja las muertes por arma de fuego o cuchillo.
Estas impresionantes cifras han conducido a la comunidad internacional a hablar de una epidemia. Una abogada y socióloga peruana, Gladys Acosta, directora de UNIFEM para América Latina y el Caribe, afirmó que la comunidad internacional "debe movilizarse para actuar contra la epidemia de asesinos motivados por el género en Guatemala", mismos que también tienden a estar caracterizados por una crueldad extrema.
La epidemia también coloca a Guatemala cada vez más lejos de cumplir con el compromiso de reducir sustancialmente la violencia en contra de las mujeres y niñas para el año 2015, como una de las prioridades de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).