sábado, 12 de marzo de 2016
La educación en igualdad, la gran ausente en los colegios españoles
Desde que el ministro Wert eliminó Educación para la
Ciudadanía, la formación en igualdad depende de la voluntad de los colegios e
institutos. Andalucía es la única región con un plan de igualdad desarrollado
en una normativa de obligado cumplimiento para todos los centros educativos financiados
con fondos públicos.
El 8 de marzo es una de esas fechas marcadas en el
calendario de (casi) todos los centros educativos de España. Si te asomas a
cualquiera de ellos, probablemente encuentres actividades, debates, charlas o
exposiciones que tienen como protagonista la igualdad. Pero, ¿qué ocurre el
resto de días del año? ¿Con el paso de la efeméride se aplaza el compromiso con
la coeducación hasta el año que viene?.
Andalucía es la única comunidad autónoma que cuenta
con un plan de igualdad desarrollado en una normativa de obligado cumplimiento
en todos sus centros educativos, es decir, los financiados con fondos públicos.
Está en vigor desde 2005 y prevé, por poner algunos ejemplos, la existencia de
una persona responsable de coeducación -la educación en igualdad- que coordine
al profesorado y proponga actividades en este ámbito o la aportación de datos
segregados por sexo para poder estudiar con perspectiva de género cómo
promocionan los alumnos y alumnas, las tasas de abandono o la elección de
itinerarios.
En febrero, se aprobó un segundo plan cuyo objetivo es
solventar algunos fallos del sistema y, sobre todo, "afinar los
indicadores de evaluación", explica Carolina Alonso, técnica del servicio
de Convivencia e Igualdad de la Junta de Andalucía. Los resultados del primero
fueron evaluados en detalle por el Consejo Escolar de Andalucía en 2012.
La región ha tomado la delantera si la comparamos con
otras, especialmente en términos de control y valoración del impacto de sus
planes en las aulas. Porque, si bien es cierto que cuesta encontrar una
comunidad autónoma que no trabaje por la igualdad en sus colegios e institutos,
la mayoría cuenta con iniciativas, programas y proyectos cuya aplicación queda,
en última instancia, en manos de la dirección de los centros.
¿Y qué implica esto? Que los equipos directivos que tienen
interés en trabajar la coeducación y la igualdad en las aulas disponen de
pautas para hacerlo y, los que no, están avalados para desentenderse de estos
proyectos porque su aplicación, aunque recomendable, no es prescriptiva.
"La distribución del espacio en los patios sigue
siendo sexista: los niños suelen situarse en el espacio central y las niñas
quedan arrinconadas", apunta un documento del País Vasco.
En manos de la voluntad de las escuelas
Ocurre, por ejemplo, en Euskadi, una de las
comunidades con un "plan director" más avanzado y completo. Se aprobó
en 2013 y su incorporación por parte de los colegios e institutos no es
obligatoria. "Proponemos una batería de recomendaciones y propuestas a la
que se acogen los centros en función de su realidad. Más de 100 se han sumado
en este tiempo. El mensaje es que estamos para ayudarles y les animamos a
hacerlo", aseguran fuentes del departamento de Educación del Gobierno
vasco.
En este modelo de escuela se presta especial atención
al uso de los espacios. "La distribución del espacio en los patios sigue
siendo sexista: los niños suelen situarse en el espacio central y las niñas
quedan arrinconadas", apunta el documento. Para empezar a trabajar en
serio en esta reorganización del universo del recreo, el Gobierno vasco propuso
un día sin balón. "Algunos medios nos criticaron y tergiversaron la
propuesta diciendo que queríamos prohibir jugar a la pelota en la
escuela", cuentan las mismas fuentes del área de Educación.
A nivel nacional existen dos leyes en vigor que
prevén la integración del principio de igualdad en el ámbito educativo: la Ley
Orgánica 3/2007 para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres (capítulo II,
artículos 23-25) y la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral
contra la Violencia de Género (capítulo I, artículos 4-8). En esta última se
introduce la obligación de los centros de "asegurar que los Consejos
Escolares impulsan medidas que fomentan la igualdad real entre hombres y
mujeres".
Hay (o debería haber) una persona encargada de esta
tarea en cada Consejo Escolar. "La mayoría no ha desarrollado unas
funciones concretas y no tengo claro si se cumple del todo. La redacción legal
es muy genérica y sin seguimiento es difícil de evaluar", admite Carolina
Alonso, asidua a las jornadas Intercambia sobre materia de igualdad que reúnen
anualmente a representantes de todas las regiones. "Algunos técnicos y
técnicas se sorprendían de que existiera esta figura, no tenían ni idea",
comenta.
“La coeducación tiene que ser transversal y estar
completamente integrada en el currículo”, explica la experta de la Junta de
Andalucía Carolina Alonso
La coeducación es un trabajo sobre Marie Curie
Paula tiene 15 años y es alumna de un instituto
público de Madrid. Si le preguntas por la coeducación en su clase, se queda
pensando un rato. "En Física y Química hicimos un trabajo sobre Marie
Curie". Luego cuenta que sí, que alguna vez han hablado de feminismo en
tutoría "porque lo propuso una compañera".
En su centro, asegura, el peso de las iniciativas por
la igualdad lo llevan las alumnas. "Los viernes hacemos unas asambleas
organizadas por unas chicas de segundo de Bachillerato. El otro día hablamos
del amor romántico y a veces hacemos monográficos sobre alguna mujer importante
olvidada por la historia oficial". Ángela, de 13 años, también suele
pasarse por las asambleas. "Solo vamos chicas y está muy bien que nosotras
hablemos de ello y reflexionemos, pero ellos también tienen que poner de su
parte. Nunca vienen".
En algunos centros públicos, las alumnas han organizado
talleres: "El otro día hablamos del amor romántico y a veces hacemos
monográficos sobre alguna mujer importante olvidada por la historia
oficial".
La elección de los libros de texto es otro punto
negro en el que, según las expertas, se ahonda poco. "Es importante dar
pautas a los Consejos Escolares para la selección de los materiales educativos,
la coeducación -insiste Carolina Alonso- tiene que ser transversal y estar
completamente integrada en el currículo". Alonso analizó el libro de
matemáticas de una conocida editorial y comprobó que, en la lección de los
porcentajes, los problemas que tenían como protagonistas a chicas hablaban de
compras y los que llevaban nombres masculinos de oposiciones para ser
astronauta.
Fernando J. López sabe un poco de esto. Es profesor
de literatura y ha hecho sus pinitos como coordinador de libros de texto. Este
año está de excedencia, pero lleva unos cuantos peleándose para incorporar la
igualdad a la dictadura del currículo. "Los docentes tenemos que hacer malabares
para trabajarla sin descuidar los contenidos curriculares", se queja,
aunque se dice con suerte porque en su centro "sí hay implicación".
"Es una lotería, depende de dónde te toque", apostilla.
Más LOMCE y menos fondos
"Parece que solo se trabaja esto cuando hay
hueco, cuando los contenidos te dan un respiro", añade al respecto Jesús
Salido, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y
Madres de Alumnos (CEAPA). La alianza de AMPAS produjo materiales educativos
dirigidos a las familias y financiados hasta 2012 con una subvención del
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a través de un convenio
con el Instituto de la Mujer. "Desde entonces, estamos en stand by. El 60%
del presupuesto lo cubríamos con nuestros fondos y el 40% lo ponía la
administración. Ahora hemos retomado las conversaciones, a ver qué pasa",
dice Nuria Buscató, responsable de formación de CEAPA.
"Los docentes tenemos que hacer malabares para
trabajarla sin descuidar los contenidos curriculares", se queja un
profesor. "Es una lotería, depende de dónde te toque", apostilla.
Las dificultades para lograr una coeducación real no
solo tienen que ver con la financiación. La eliminación de Educación para la
Ciudadanía por su "alta carga ideológica", según el argumentario del
PP, y el blindaje a centros segregadores por sexo "han hecho mucho daño al
trabajo por la igualdad en la escuela", denuncia Carolina Alonso. Ambas
medidas están incluidas en la LOMCE, la actual ley educativa aprobada en 2013 por
la mayoría absoluta del PP.
La desigualdad de género o la diversidad
afectivo-sexual eran algunos de los contenidos que se trabajaban en la extinta
asignatura. El dictamen del Consejo de Estado sobre la ley ya advirtió en su
momento de que la materia no podía eliminarse del currículo básico porque iba
en la línea de los contenidos que marcaba Europa. El ministerio dirigido por
José Ignacio Wert desoyó la recomendación y justificó que esos contenidos iban
a ser "transversales" en todas las asignaturas. Hostigado por las
críticas, el Gobierno planteó después incluir algunos de los asuntos borrados
del currículo en Valores Éticos, la alternativa evaluable a la Religión. Un
intento apresurado y marcado por la presión social de reintroducir la educación
en igualdad que ellos mismos sacaron de la escuela. Eso sí, solo para los
ateos.
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