sábado, 5 de marzo de 2016
De noche y de fiesta, los tocamientos no les parecen acoso a los jóvenes
Tocamientos e insultos no se ven como acoso en
ambientes de ocio nocturno
Insistir en besar a una chica se minimiza cuando
median el alcohol o la droga
Son resultados de un informe de Sanidad y la
Fundación Salud y Comunidad
Coger de la cintura a una desconocida u otros
tocamientos, insistir en besar a una chica o acorralarla o insultar a una mujer
no son percibidos como acoso sexual por los jóvenes en ambientes de ocio
nocturno. Existen ciertos comportamientos incluidos dentro de lo que se
entiende por acoso sexual que chicos y chicas no identifican como tal por el
hecho de producirse en contextos de ocio nocturno, y más si hay consumo de
drogas de por medio.
Eso es lo que dice el último informe de la Fundación
Salud y Comunidad (FSC) y el Ministerio de Sanidad, un estudio que recoge más
de 200 relatos de jóvenes entre 18 y 35 años, más actividades de 'focus group'
en las que se proponen distintas situaciones, entrevistas en profundidad a
líderes de opinión que conocen los ambientes de ocio nocturnos y recopilación de
informaciones obtenidas de internet.
Se han detectado varios tipos de comportamientos
propios del acoso sexual y se han dividido en el informe en un termómetro con
cinco niveles.
En el primer nivel está la cosificación de mujeres
(publicidad, vestimenta de las camareras), los comentarios sexuales incómodos,
los insultos y los tocamientos no consentidos.
Le siguen en el segundo nivel los acorralamientos,
creer que se tiene derecho sobre la mujer, el hecho de invitar a copas con el
objetivo de conseguir fines sexuales e insistir frente a reiteradas negativas.
En el tercer nivel están las prácticas no consentidas dentro de relaciones
sexuales sí consentidas.
En el cuarto, se encuentran las agresiones a chicas
que han consumido drogas y no controlan sus actos, y, por último, en el quinto
y último nivel está la violación.
Pues bien, según los resultados del informe, los
comportamientos de los tres primeros niveles no están percibidos como acoso por
los jóvenes, "algo muy preocupante", considera la psicóloga Gemma Altell,
que ha participado en el trabajo y presentado sus conclusiones. "Este
termómetro pertenece al Informe 2013/2014, pero según los resultados del último Informe 2014-2015 no ha cambiado la situación", ha explicado la experta.
El consumo de drogas despierta el "sexismo
latente"
Revela este informe que "las drogas despiertan
el sexismo latente, tal como se aprecia en las distintas voces de alarma
emergentes en distintos países sobre el aumento de mujeres agredidas
sexualmente mediante el uso de sustancias".
En el caso español, explica Altell, se ha apreciado
que la gran mayoría de casos de 'sumisión química' obedece a patrones
oportunistas y no premeditados (agresiones sexuales que se producen con una
persona prácticamente inconsciente debido al consumo voluntario de sustancias,
entre las que destaca el alcohol en España).
Gemma Altell ha explicado que tras realizar la
investigación se ha observado que "existe una tendencia a situar la
responsabilidad de las agresiones sexuales en el consumo previo de sustancias,
como si el detonante de la violencia fuera la sustancia, dejando de lado
completamente la responsabilidad de los agresores. Esta tipo de violencia
encuentra sus raíces en el sexismo, en la cultura sexual de hombres y
mujeres".
Agravante para la mujer, atenuante para el hombre
En este sentido, Altell ha explicado que el consumo
de drogas se percibe como un "agravante de la culpa de la víctima de
violencia sexual, y no del agresor".
"Existen percepciones distintas según el género,
ya que en el caso de acoso sexual a la mujer se le preguntan cosas como '¿ibas
muy borracha? ¿seguro que no querías?', y en cambio al hombre que acosa se le
justifica con que por estar bajo el efecto de las drogas no se pudo controlar.
Este discurso está muy interiorizado, pero debemos aprender a verlo desde otra
posición, y por ello es importante realizar acciones preventivas y cambiar la
mentalidad".
Hasta el momento, como explican desde FSC, "las
campañas de medidas preventivas desarrolladas hasta el momento van dirigidas a
las chicas jóvenes, para que se controlen y limiten sus comportamientos. Pocas
experiencias van destinadas a los chicos para que incorporen a sus formas de
'flirteo' una postura ética y no sexista, y esto debe cambiar".
El informe se ha presentado en la jornada 'Retos en
la intervención frente a violencias sexuales en contexto de ocio y consumo de
drogas', celebrado en la sede del Plan Nacional Sobre Drogas, institución que
financia este proyecto.
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