domingo, 20 de abril de 2014

Un nuevo cóctel de inicio contra el VIH se tolera mejor que el estándar


Un ensayo publicado en 'The Lancet' indica a que comenzar con un inhibidor de la integrasa da mejores resultados.

Un nuevo cóctel de antivirales contra el VIH se tolera mejor en pacientes que inician el tratamiento.  El cambio es importante. Desde 1996 se sigue una recomendación general para que esa primera terapia combinada estuviera formada por dos inhibidores de la transcriptasa inversa (fármacos que impiden que el material genético del virus, que está formado por cadenas de ARN, se transformen en ADN) y un inhibidor de la proteasa (que impide que se formen proteínas clave para la reproducción del virus). Lo que un grupo de investigadores ha demostrado con el estudio Flamingo, que publica The Lancet, es que el inhibidor de la proteasa puede sustituirse con ventaja por un inhibidor de la integrasa (impide que el ADN viral se integre en el ADN de la célula huésped), en concreto por el dolutegravir. Por seguir con la similitud de los cócteles, sería como pasar del gin-tonic al vodka-tonic. Con dos ventajas: es mejor tolerado (como si diera menos resaca) y a los 48 meses no aparecen resistencias (uno no se harta). Por eso Bonaventura Clotet, médicos del hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, que también dirige el IrsiCaixa, afirma que podría ser un cambio en los estándares de tratamiento.

En el estudio han participado 484 pacientes de 64 centros de investigación de Europa, EE UU, Chile y Puerto Rico. España fue el segundo país, por detrás de EE UU, que más pacientes incluyó en el estudio. Los voluntarios se dividieron en dos grupos de 242 personas. A la semana 48, 217 del grupo que probaba la nueva combinación consiguió tener el virus controlado; en el otro conjunto eran 200 personas, una diferencia del 8,5%. De los participantes, un 2% de los que probaban la nueva combinación y un 10% de los que usaban la anterior dejaron el tratamiento por sus efectos adversos.


                 Recreación del VIH en el torrente sanguíneo

Rusia tomará huellas dactilares a portadores de VIH


El jefe del Comité de Salud del Parlamento ruso criticó la propuesta de discriminatoria y de violar los derechos de las personas sobre la protección de información de carácter personal.

Las personas con enfermedades infecciosas, incluido en VIH, serán las primeras en someterse a pruebas dactilares en Rusia de acuerdo a una iniciativa de los legisladores rusos, según el diario Izvestia.

La propuesta del Partido Liberal-Demócrata se incluirá en la nueva ley sobre la toma obligatoria de huellas dactilares a ciudadanos en el territorio de Rusia.

Según los autores de la iniciativa, la misma ya recibió el visto bueno del Ministerio de Emergencias, el Interior, la Fiscalía General y el Servicio Migratorio y afectará no solo a los inmigrantes sino a todos los habitantes de Rusia.

Al mismo tiempo, el jefe del Comité de Salud del Parlamento ruso, Serguéi Kaláshnikov, criticó la propuesta por discriminatoria. Según explicó, esta medida viola los derechos de las personas sobre la protección de información de carácter personal. “Se marca a uno de por vida”, denunció. Asimismo agregó que se trata de un procedimiento muy costoso y “económicamente no justificable”.

Lo que no se dice del aborto


Desde que en diciembre pasado el Consejo de Ministros aprobó un anteproyecto de ley sobre el aborto, el debate no cesa. Y sin embargo, no solo no se ha dicho todo, sino que siguen en la sombra tres figuras fundamentales: la mujer prostituida, el padre del nasciturus, y especialmente —aunque les sorprenda— la madre.

Vamos con la primera. Hasta el más despiadado antiabortista entiende que es una intolerable violencia obligar a una mujer a dar a luz al hijo concebido en su cuerpo por un desconocido al que ella no deseaba: de ahí que el anteproyecto permita abortar a la mujer violada. Pero ¿y la prostituta? Si se queda embarazada, ¿no lo estará también del hijo de un desconocido con el que tuvo una relación sexual no deseada (aunque la consintiera por dinero)? ¿Y no hay muchas más mujeres prostituidas que violadas? ¿Por qué, entonces, el anteproyecto contempla el supuesto de violación —único en que la voluntad de la mujer basta para que sea legal abortar—, pero no el de prostitución? La respuesta, me temo, es muy sencilla: porque quienes lo inspiran pertenecen a la clase y género dominantes. “Sus” mujeres, las de su estatus social, no se prostituyen, pero pueden ser violadas: de ahí que solo esto último les preocupe. Y ellos, siendo varones, nunca conocerán la prostitución… salvo quizá como clientes. Los mismos diarios que en nombre de la moral católica claman contra el aborto, no tienen inconveniente en publicar anuncios de “Contactos”. Y si de resultas de esa actividad, las prostitutas se quedan embarazadas, que se las arreglen.

Segunda figura ausente: la del padre. El debate del aborto se plantea como un dilema entre los derechos del nasciturus y los de la mujer embarazada, sin que el caballero que ha contribuido, es de suponer, al embarazo, sea mencionado siquiera. Por supuesto, es la mujer quien debería tener la última palabra, pues es su futuro el que está en juego más que el de cualquier otra persona (el nasciturus no es persona, aunque pueda llegar a serlo). Pero lo sorprendente es que el mismo anteproyecto que pretende obligar a la mujer, contra su voluntad, a ser madre, no impone al padre responsabilidad alguna.

Así, y siempre según el anteproyecto, en caso de concepción no deseada, el papel de padre es voluntario (para obligarle a asumirlo habría que recurrir a los tribunales); el de madre, automáticamente obligatorio. El único consentimiento que el anteproyecto considera relevante en el caso de la mujer es el relativo al sexo. Si ella se negó a la relación sexual, se le concede el derecho a interrumpir el embarazo. Si por el contrario tuvo relaciones sexuales voluntarias, y se quedó involuntariamente embarazada, que cargue con el embarazo, el parto, la maternidad. No me dirán que todo esto no se parece mucho a la vieja división de las mujeres en dos grupos: las castas, dignas de respeto, y las putas, a las que se castiga.

Pero sobre todo, la figura que falta en el debate, como dije, es la madre. Me explico: ¿recuerdan esa imagen tremendista —de propaganda en contra del aborto— que muestra una mano alzando victoriosamente un bebé ensangrentado? Estupendo; ¿y después? ¿A ese bebé, quién va a cambiarle los pañales, llevarle al colegio, al médico, al dentista; quién va a sacrificar por ella o él noches de sueño, oportunidades de empleo, viajes, parejas; quién va a mantenerlo durante 18 años? ¿El padre? Ya vimos que si no quiere, va a ser muy difícil que lo haga. ¿El Estado?

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domingo, 6 de abril de 2014

El CGPJ pide un mes más de plazo para acabar su informe sobre el aborto Manifestación contra la reforma del aborto en Madrid.


La prórroga ha sido solicitada a Justicia dada "la importancia y dificultad de la materia sobre la que versa", según un comunicado del Poder Judicial. El pasado 6 de marzo el órgano de gobierno de los jueces pidió otra prórroga también de un mes para emitir su informe. La unanimidad obtenida en el pleno del CGPJ sobre la ley de seguridad ciudadana parece difícil que se logre también en este informe sobre el aborto. La nueva ley solo permitirá abortar en caso de violación o riesgo para la salud de la madre.

La comisión permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha pedido este martes al Ministerio de Justicia un mes más de plazo para acabar su informe sobre el anteproyecto de reforma de la ley del aborto promovida por el Gobierno.

La prórroga ha sido solicitada a Justicia dada "la importancia y dificultad de la materia sobre la que versa", según un comunicado del Poder Judicial. El pasado 6 de marzo el órgano de gobierno de los jueces pidió otra prórroga también de un mes para emitir su informe.

La modificación de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, ¿un debate político?


Un grupo de profesionales de la psicología de Sevilla, al igual que otros sanitarios de la ginecología, psiquiatría y enfermería, se unen para rechazar públicamente la modificación de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, y se manifiestan para pedir el apoyo a la retirada del Anteproyecto de Ley Orgánica de Protección de la Vida del Concebido y los Derechos de la Mujer Embarazada por las siguientes razones:

-Este anteproyecto va en contra de las directrices de la Organización Mundial de la Salud, incluido el supuesto de malformación del feto. La mayoría de países europeos de nuestro entorno tiene leyes similares a la Ley de Plazos vigente, y esta funciona bien, incluso las últimas cifras del Ministerio de Sanidad indican que se estaba reduciendo el número de abortos. (http://www.msssi.gob.es/profesionales/saludPublica/home.htm)

- Se excluye el apartado de salud sexual y reproductiva, que garantiza la prevención de embarazos no deseados, de enfermedades de transmisión sexual y en general, de los medios para que la maternidad sea una decisión libre.

- Como profesionales que trabajamos en el ámbito de la salud mental consideramos que ningún cambio es conveniente cuando una norma es acorde a la realidad social y sanitaria de Andalucía. No creemos que esta Ley debe ser tratada como un debate político sino como un debate desde lo privado y formando parte del conjunto de libertades personales.

- El actual sistema de plazos permite a las mujeres interrumpir la gestación hasta la semana 14, y se establecen límites y normas para proteger también los derechos del no nacido. Las extremas prohibiciones para la práctica del aborto previstas en el Anteproyecto no nos lleva a pensar que las mujeres vayan a dejar de recurrir a este recurso, sino que estigmatizará su práctica y pondrá en peligro la seguridad e incluso la propia vida de las mujeres. Cuando sería mas conveniente continuar avanzando en la construcción de nuevos derechos y libertades.

- En el anteproyecto se consagra la minoría de edad de la mujer, retirándosele su derecho a decidir sobre su propio cuerpo y sobre el devenir de su propia vida, para ponerlo en manos de psiquiatras. Además pensamos que una mujer puede querer abortar por múltiples motivos, que no tengan que ver ni con la enfermedad mental ni con el riesgo psíquico. La mujer que aborta no es una enferma mental, se trata de una decisión libre y personal.

- Si para poder abortar van a tener que alegar alguna enfermedad mental y que además sea “persistente en el tiempo”, puede hacer que le afecte en otra circunstancia vital (por ejemplo custodia de hijos) pudiendo volverse en su contra. Además, no existen predictores clínicos con suficiente evidencia científica para calibrar la “permanencia en el tiempo”, porque dependerá de factores individuales, de la red de apoyo familiar y social que tenga la mujer y de sus condicionantes económicas entre otros.

- Se les otorga así, a los/as profesionales de la psiquiatría el papel de “tutores” de la voluntad de las mujeres (adultas y competentes), en una decisión relevante y crucial, despojándolas de todo derecho e instrumentalizando una profesión e intentando revestir de “científico” la ideología de algunas personas.

Por ello, como profesionales que desempeñamos nuestra labor en pro de la salud mental de la ciudadanía queremos hacer publico nuestro desacuerdo con este Anteproyecto que además afectara a las mujeres con menos recursos, aumentando las desigualdades y solicitamos al gobierno no sea aprobada. Porque fundamentalmente se trata de un atentado contra los derechos humanos, alcanzados por las mujeres después de largos años y no pocos esfuerzos. Entre ellos, el derecho a decidir por una misma acerca del propio cuerpo y de la propia vida. Lo que implica considerar la maternidad y la concepción como una opción personal y no una obligación o imposición moral.

Como grupo formado específicamente y sensibilizado con temas relacionados con la perspectiva de género, no debemos olvidar que el complejo proceso hacia la erradicación de las desigualdades entre hombres y mujeres no ha estado, ni está, exento de dificultades y obstáculos. Entendemos que restringir los derechos ya alcanzados, supone un paso atrás en la ardua tarea de conseguir algún día una igualdad real entre hombres y mujeres.