domingo, 2 de octubre de 2016

Estudio dice modelo de educación sexual actual vulnera derechos sexuales

El modelo de educación sexual actual vulnera los derechos sexuales y reproductivos (DSIR), según una investigación enmarcada en el proyecto Derechos Sexuales y Reproductivos.

La investigación, titulada "La educación afectiva y sexual: un derecho, una prioridad" y elaborada por Mar Companys y Mercè Nebot, se ha presentado hoy en el acto de clausura de Derechos Sexuales y Reproductivos en la Agenda Global y en la Agenda de Barcelona, impulsado por las entidades Creación Positiva, CooperAcció y la Asociación de Planificación Familiar de Cataluña y Baleares (APFCIB).

Tras más de dos años de trabajo, todas las entidades han coincidido en hacer un balance positivo de la iniciativa, que ha logrado trasladar al ámbito local la actualidad de las agendas internacionales, facilitar la implicación en los debates internacionales y alertar de la pérdida de garantías en relación a los DSIR.

La investigación de Companys y Nebot era uno de los puntales del proyecto, que también ha buscado aumentar la conciencia crítica sobre el desarrollo y los derechos humanos y sus capacidades para mejorar acciones de sensibilización e incidencia política y social.

La educación afectiva y sexual, han señalado las autoras del estudio, "es mucho más que cubrir la reproducción y la prevención de riesgos", ya que también "ayuda a desarrollar las sensaciones y la imagen corporal del menor, al tiempo que refuerza la confianza en sí mismo".

Según el estudio, la situación de esta educación en Cataluña "sufre de carencias serias que se derivan de la falta de garantía de los Derechos Sexuales y Reproductivos y de otras desigualdades importantes", como que la materia no figure como obligatoria en los planes de estudio y que sean los directores del centro quienes deciden los contenidos y cómo se han de impartir.

El estudio remarca que a menudo el profesorado no tiene la formación adecuada, y que la coordinación entre departamentos y administración pública es "deficiente", cosa que conduce a "un amplio descontento sobre el estado actual de la educación sexual" entre expertos y profesores.

Además, denuncia que el enfoque principal de esta educación es el médico preventivo, en vez del integral con perspectiva de género, que es el recomendado por las entidades especializadas y las instituciones internacionales.

La investigación también señala otras carencias, como "la mala coordinación y comunicación" de las diversas intervenciones que se efectúan en un mismo centro, y entre instituciones implicadas, o "el currículum oculto como vía de transmisión involuntaria de valores y conocimientos más reaccionarios en la defensa de los derechos".

El estudio concluye con una llamada a la obligatoriedad de la educación sexoafectiva, que considera la única opción para garantizar el cumplimiento del derecho de ser informado sobre los derechos sexuales y reproductivos.

De este modo, se "evitarían los conflictos con las familias y comunidad escolar que puedan estar en desacuerdo" y se garantizaría el acceso universal a una información "vital" para que los menores "se tomen en serio" las relaciones sexuales y afectivas.

Esta solución se haría patente a lo largo de toda la educación reglada, además de contar con un enfoque feminista y basado en los derechos sexuales y reproductivos, y una apuesta por introducirse en un espacio concreto del currículo en combinación con una progresiva transversalidad.


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