lunes, 31 de octubre de 2016
Bisexualidad, ¿promiscuidad u orientación sexual?
El monosexismo sólo concibe la atracción hacia un
sexo y postula que la bisexualidad no existe.
El pasado 23 de Septiembre se celebró el día
internacional de la bisexualidad, fecha coincidente con la muerte en 1939 del
padre del psicoanálisis y primer teórico en estudiarlo, Sigmund Freud.
Asimismo, siendo declarado 2016 el año de la visibilidad bisexual en la
diversidad, no podía olvidarme de esta identidad tan desconocida y asociada a
numerosos mitos y prejuicios.
¿Qué significa ser bisexual?.
Desde el colectivo LGTB de Madrid, COGAM, y de la
mano de Carlos Castaño Rodríguez, coordinador de su grupo de bisexualidad, se
define La bisexualidad como "la capacidad de sentir atracción romántica,
afectiva y/o sexual por personas de distinto género/sexo, no necesariamente al
mismo tiempo, de la misma manera, en el mismo grado, ni con la misma
intensidad". "De ahí su invisibilidad, pues es la única orientación
sexual que no puede descubrirse fijándonos en el sexo/género de la
pareja", añade Delfina Mieville Manni Delfina Mieville Manni, sexóloga,
socióloga y experta en género y derechos humanos. "Se es bisexual por si
mismo, independientemente de con quién tenga relaciones sexuales o afectivas,
habiendo tantos matices como bisexuales en el mundo, por este motivo suelen
utilizar el término Bisexualidad-es", afirma Castaño. En la conocida
Escala de Kinsey sobre la conducta sexual, dentro del Informe Kinsey de finales
de los años 40 y principio de los 50, el biólogo Alfred Kinsey realizó grandes
avances visibilizando la bisexualidad.
Sin embargo, este informe se basaba en prácticas que
determinaban el comportamiento hetero y homosexual, evidentemente influidas por
la época, quedando la bisexualidad como una orientación intermedia. Por
supuesto, hoy no nos sirve este criterio ya que conocemos más de dos
orientaciones sexuales y sabemos que las prácticas no determinan la orientación
de nuestro deseo. Afortunadamente, cada vez son menos las personas que creen
que la penetración anal es exclusiva de la homosexualidad masculina, por
ejemplo. Por suerte, y por el esfuerzo de muchas personas estudiosas de este
campo, existen informes sobre esta orientación sexual que esclarecen nuestras
dudas y ya no la determinan como un grado intermedio entre estas otras dos
orientaciones, sino como una orientación más.
Mitos y creencias sobre las Bisexualidad
Por creencias populares erróneas se identifica esta
orientación con seres de deseos sexuales caprichosos, indefinidos y, por tanto,
asumen que están pasando por una fase hasta llegar a definirse. Como si la vida
sexual del resto de personas, con otras orientaciones, estuviera bien definida
en todos los casos o la sexualidad y deseos no pasaran por diversas fases, ni
cambiasen, a lo largo de la vida de todos. Por suerte la sexualidad evoluciona,
independientemente de la orientación, prácticas o el valor que otorguemos a la
misma.
La realidad es que la bisexualidad es muy
desconocida, tanto que se han creado incluso nuevos términos para identificar lo
que ya existía, según afirman algunos. Perdonen mi ignorancia, pero yo aun
tengo mis dudas sobre si la pansexualidad es lo mismo que la bisexualidad, un
tipo de bisexualidad o si, por el contrario, es la bisexualidad un subtipo de
esta. Y me temo que no soy la única, conociendo la polémica sobre este tema y
existiendo diversas líneas de pensamiento al respecto. Bien es cierto que, el
término bisexual puede confundir, pues parece hacer referencia exclusivamente a
la orientación binaria, no incluyendo, aparentemente, al resto en su
denominación.
Sin embargo, desde COGAM, Carlos Castaño, me
clarifica que la bisexualidad "no hace referencia sólo a la dicotomía
hombres/mujeres, sino que integra la diversidad humana en toda su dimensión.
Una persona bisexual tiene la capacidad de sentir atracción hacia otra en un
abanico muy amplio de expresión del sexo biológico, género y otras
características". Y no es extraño que existan tantas confusiones y
creencias erróneas sobre la bisexualidad pues no existen modelos sociales que
muestren ésta abiertamente, como ocurre con la homosexualidad masculina, y cada
vez más con la femenina. "Su invisibilidad no ayuda a que, quien lo desee,
pueda sentirse identificado con ese término y orientación", apunta
Castaño.
Otro de los grandes mitos, bastante freudiano, es
pensar que todos somos bisexuales en cierto grado. El coordinador del grupo
bisex de COGAM, afirma que se es bisexual o no se es. La doble Bifobia Las
estructuras de poder social, que todos tenemos más o menos interiorizadas, nos
afectan a la hora de entender, prejuzgar o castigar determinadas prácticas,
orientaciones del deseo o identidades sexuales.
La denominada bifobia, u odio o aversión hacia las
personas bisexuales su la diversidad sexual, se ve alimentada principalmente
por la estructura del monosexismo, propia de los modelos patriarcales y
tradicionales de nuestra cultura. El monosexismo sólo concibe la atracción
hacia un sexo o género exclusivamente, y postula que la bisexualidad, por
tanto, no existe. "En nuestra cabeza no entraría otro modelo identitario,
aunque, curiosamente sí se concibe para estigmatizarlo", indica Castaño.
Esta supone otra de las dificultades para que se
identifiquen como tales las personas bisexuales o lo haga su entorno. Todos
hemos recibido esta estructura monosexista desde nuestra infancia y suele
costarnos bastante cambiar estos aprendizajes y modelos tan arraigados.
Igualmente se ha asociado a la promiscuidad, pues le
"dan a todo" y "les sirve cualquier persona". En ocasiones
hasta se banaliza y se asegura que para ellos es más fácil "pillar"
por este motivo, como mucha gente piensa y expresa alegremente, cuando la
promiscuidad, el uso que se haga de la sexualidad o lo que se ligue, no depende
en absoluto de la orientación, sino de la persona y su idiosincrasia. A todas
esas falacias y actitudes que atacan, marginan o invisibilizan al colectivo
bisexual por el hecho de serlo, se le añade la doble bifobia, que supone el
"rechazo tanto por parte del colectivo heterosexual, desde la tradicional
homofobia, como del homosexual, por su supuesta indefinición y la posible
heterofobia existente en algunos casos", me informa Mieville.
Por estas razones, "sería una de las
orientaciones donde las personas que la configuran, se suelen encontrar
subjetivamente menos a gusto con su identidad, hasta que la integran",
añade la sexóloga. Igualmente, para explicar el comportamiento bifóbico,
Mieville alude a una posible proyección, sobre la persona bisexual, del propio
miedo a la diversidad sexual o a no sentirse definido, generando rabia y
sintiendo malestar por la existencia de una identidad integradora y diversa
como son las bisexualidad-es. Para las personas que deseen mayor información,
el grupo de bisexualidad coordinado por Carlos Castaño se reúne los segundos y
cuartos jueves de cada mes en COGAM.
Etiquetas:
bisexualidade,
orientación sexual
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