martes, 25 de octubre de 2016
27 minutos de telenovela para lograr cambiar las actitudes hacia la mutilación genital femenina
El entretenimiento como vehículo para debatir sobre
temas serios. La trama de una telenovela para concienciar a la gente sin que se
sienta intimidada. Las intrigas amorosas como escenario para introducir una
controversia social.
Es el experimento que han llevado a cabo en Sudán
tres investigadores de la Universidad de Zurich (Suiza) y que ha funcionado a
la hora de cambiar para mejor las concepciones hacia aquellas chicas que no se
han sometido a la ablación, pese a ser una práctica común en su
entorno."Más de dos millones de niñas cada año son víctimas de la
mutilación genital femenina (MGF), una práctica que genera muchos traumas y
problemas de salud y que está, sobre todo, presente en África, Asia y Oriente
Medio", explica Ernst Fehr, uno de los autores del trabajo que se publica
en la revista Nature. "Muchos Gobiernos y agencias internacionales han
promovido durante décadas el abandono de este método, pero pese a ello ésta
sigue ampliamente extendida. En sus intentos, estos organismos normalmente
adoptan la postura de que la ablación es algo muy arraigado en determinadas
zonas y ven necesario introducir valores de fuera, de otra cultura, que no son
bien recibidos por los miembros de la comunidad", indica Charles Efferson,
otro de los investigadores. Por eso, "el entretenimiento funciona mejor
que otras herramientas, porque no provoca rechazo", añade.
El experimento consistió en producir en Sudán, con
actores nativos y en idioma local, cuatro largometrajes de 90 minutos con un
estilo de telenovela. Los protagonistas son siempre los mismos -una familia
numerosa sudanesa, con varios matrimonios, hermanos, familiares y un abuelo
como figura respetable- y todas las películas contenían una trama principal con
los elementos típicos de los llamados culebrones-amor, intriga, perdón, etc-.
Una de las producciones no llevaba ninguna mención a
la mutilación genital femenina mientras que en las otras tres se debatía durante
27 minutos de la conveniencia o no de practicársela a una de las adolescentes
de la familia.
En la primera de ellas se abordaba el tema desde la
perspectiva de los valores individuales, esto es, lo que cada uno de los
miembros de la comunidad piensa de esta práctica, de los problemas de salud que
puede conllevar, de si es algo que el Islam manda o no (se explica que no en la
telenovela), de si el no hacerlo supone que la niña sea menos femenina y una
mujer moralmente rechazable y de otros temores.
En la segunda, el debate surgía relacionado con las
posibilidades futuras de casarse que tiene una adolescente sin mutilar
genitalmente dentro de la comunidad.
Y la tercera, combinaba ambos aspectos en la
discusión. Fueran cuales fueran los derroteros del debate, la decisión final
siempre era la misma: la niña no debía someterse a esa práctica. "Ninguno
de los guiones juzga la práctica de la ablación y los personajes que la apoyan
no se presentan con características negativas. Sólo se trata de dramatizar lo difícil
que es para unos padres tomar la mejor decisión para sus hijas en una sociedad
donde la ablación es común, debatir sobre ello y que los espectadores saquen
sus conclusiones", señala Efferson. Y añade el estudio que en las
películas "los hombres y las mujeres discuten juntos, lo que es una
importante innovación en Sudán, donde las personas generalmente tienen
dificultades para debatir abiertamente sobre la MFG cuando tanto varones como
féminas están presentes".
Los investigadores hicieron dos experimentos. En el
primero, 189 personas de cinco comunidades distintas fueron asignados
aleatoriamente para ver una de las películas y, tras el visionado, respondían
inmediatamente un test diseñado expresamente para valorar sus actitudes hacia
las mujeres que no estaban mutiladas genitalmente. En el segundo experimento,
se contó con 7.729 participantes de 122 comunidades, que también vieron el
metraje que les correspondió de forma aleatoria y respondieron el test,
inmediatamente y a la semana.
Los resultados mostraron que las tres películas que
tocaban el tema de la ablación aumentaban las actitudes positivas hacia las
chicas que no estaban mutiladas, pero la que tenía mejores efectos era la del
argumento combinado. Las mujeres eran más partidarias de eliminar la ablación
que los hombres, las de más edad también se mostraban más favorable que las
jóvenes y las madres más que las que no tenían hijos.
Por otro lado, el cambio de actitud mejoraba en un
55%-64% nada más terminar de ver la telenovela y se mantenía en un 10-11% a la
semana de la proyección. "¿Por qué el entretenimiento funciona mejor que
los intentos anteriores?.
La diferencia está en la forma de abordar el asunto,
desde su propio lenguaje y convicciones, y no desde una postura externa y
ajena. Además, el entretenimiento llega a más gente", señala Charles
Efferson. Por su parte, Sonja Vogt, otra de las investigadoras, indica que
"en vez de ejercer presión sobre los valores de las comunidades y obviar
su patrimonio cultural, tuvimos en cuenta las actitudes diversas y en conflicto
que se dan en torno a la mutilación genital dentro de las propias comunidades.
Éste fue el punto de partida".En una opinión que acompaña al estudio,
Nicholas A. Christakis, de la Universidad de Yale (EEUU), considera que "la
MGF genera gran interés en ámbitos tan distintos como la salud, la ética, la
antropología y la economía". Subyace en el imaginario colectivo "la
dificultad de cambiar prácticas culturales que están profundamente arraigadas
en una sociedad, incluso cuando son manifiestamente injustas, peligrosas y
crueles". Añade este experto, del Departamento de Sociología y Medicina de
Yale, que "algunas poblaciones se resisten a adoptar nuevas prácticas,
especialmente cuando éstas se asocian con algún tipo de colonialismo.
Por eso es tan importante esta aproximación mediante
el entretenimiento. Porque ha demostrado que logra cambiar las actitudes".
El siguiente paso, como advierten los propios investigadores, es saber cómo
influyen estas películas a largo plazo.
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