martes, 25 de octubre de 2016
Jornada Internacional sobre prostitución y trata de mujeres
"La prostitución no afecta solo a
las prostituidas, sino a todas las mujeres"
Richard Poulin ha participado en esta jornada para
criticar la construcción de unas relaciones basadas en la desigualdad con la
complicidad modelo neoliberal imperante.
La Comisión para la Investigación de Malos
Tratos a Mujeres ha organizado, por segundo año consecutivo, una Jornada
Internacional en Madrid sobre Prostitución y Trata. La novedad de este año es
que las mesas de expertos han estado ocupadas, únicamente, por hombres. Los
ponentes han hablado sobre el papel de los hombres en la erradicación de la
prostitución.
La Comisión para la Investigación de Malos Tratos a
Mujeres ha celebrado, esta mañana, la Jornada Internacional sobre Prostitución
y Trata de Mujeres en el Ayuntamiento de Madrid. Se trata de la segunda jornada
consecutiva que organiza la Comisión alrededor de este tema. Asunción Miura,
representante de la Coalición Internacional contra la trata de Mujeres en
España (CATW), Rosario Carracedo, representante de la Plataforma de organizaciones
de mujeres por la abolición de la prostitución, y Susana Martínez, Presidenta
de la Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres, han sido las
encargadas de presentar el acto.
Susana Martínez, presidenta de la Comisión, ha
agradecido la colaboración a las organizaciones participantes y al
Ayuntamiento, lugar en el que se han celebrado estas segundas Jornadas.
“Nuestras jornadas, desde los años 90, han tratado la materia desde diferentes
perspectivas: tráfico internacional, tratamiento informativo, anuncios… Ahora
queremos saber cuál es la responsabilidad de la demanda”, comenta.
“Queremos complementar la jornada del año pasado y
conseguir un punto de vista más novedoso mediante la implicación de los hombres
en la erradicación. Que sean ellos los que aportan y cuestionen los
comportamientos de otros hombres que entienden las relaciones sexuales entre
mujeres y hombres de forma dominante”, defiende la presidenta de la Comisión.
Martínez ha añadido el efecto que esto tiene en la juventud: “Hay que cambiar
el imaginario social”.
“Esta Jornada gira en torno a los hombres porque las
abolicionistas pensamos que la prostitución y la trata existen porque hay
hombres que pagan por ello”, comienza Miura, explicando el porqué de una
jornada con solo expertos. “Cada vez hay más hombres en desacuerdo con la
prostitución, dispuestos a seguir luchando por una sociedad libre de violencia
hacia las mujeres, entre las que se incluyen la trata y la prostitución”,
asegura. Miura ha resaltado que “con la violencia, es imposible la igualdad”.
Necesidad de avances
España es uno de los países con más demanda, con más
prostituidores. Por ello, el posicionamiento de los poderes públicos es
fundamental. “Los partidos políticos tienen que considerar intolerable esta
práctica y tienen que incluir en sus programas medidas reales y efectivas para
acabar con esta lacra”, propone la representante de CAWT.
Rosario Carracedo ha resaltado la importancia de que
exista un debate en torno a esta temática. “En 22 años, hemos avanzado
conceptualmente. El tema ha formado parte del debate del movimiento feminista,
de la doctrina académica…Hemos avanzado y presionado a que los partidos
políticos hayan tenido que introducir en su agenda alguna mención, aunque
tibia”, reflexiona Carracedo.
En el año 1995, el proxenetismo fue despenalizado y,
desde entonces, ha habido un total de 30 modificaciones legislativas en el
Código Penal. “En 2003 conseguimos que se volviera a incluir la penalización de
nuevo. El Tribunal Supremo lo derogó. En 2015 parecía que lo conseguíamos, pero
volvieron a parar la reforma”, cuenta Carracedo. Mientras esto sucede en
España, en Europa sí que se ven avances. Francia es un país pro-abolición y ha
desarrollado políticas públicas compatibles con la igualdad. Por otro lado, en
2016, el Parlamento Europeo reflejó que la prostitución, el consumo sexual de
mujeres por un precio, constituía una práctica de desigualdad.
Richard Poulin es uno de los hombres que la Comisión
ha seleccionado para estas jornadas. Poulin es Profesor Emérito del
Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Ottawa y
profesor asociado del Instituto de Investigaciones y Estudios Feministas de la
Universidad de Quebec. También es autor, entre otros, del libro Sexo,
capitalismo y crítica del valor. Su ponencia se ha basado en estos pilares que
considera inseparables.
Relaciones construidas en desigualdad
“Una de las primeras preguntas que hay que hacerse es
cuál es la ventaja para un hombre cuando paga por tener sexo. Lo único que existe
es el placer de saber que es más humano que la persona a la que está pagando,
porque al pagar por ella la estás convirtiendo en un objeto”, explica Poulin,
comparándolo con el racismo, donde hay un sentimiento de superioridad. Es en el
“creerse superior” donde se encuentra su felicidad.
“La prostitución tiene una relación directa con la
violencia sexual, porque mediante el pago se asume un ‘consentimiento’ y
conviertes a una persona en prostituida”, refleja Poulin. En España, un 40 por
ciento de hombres pagan por tener sexo. Esto fomenta la creación de relaciones
en desigualdad, en una sociedad violenta desde el punto de vista sexual.
“La prostitución no es un acto individual, no es una
elección ni una relación de compra-venta en igualdad. Los hombres compran sexo
para sentirse superiores y esto no afecta solo a las prostituidas, sino a todas
las mujeres. Desconocemos que es una relación social de desigualdad entre
sexos”, comenta Poulin.
En las últimas décadas, hemos asistido a un
crecimiento de la prostitución, de la trata de mujeres con fines de explotación
sexual, del turismo sexual y de la pornografía. “Estamos fomentando la
aparición de violadores cada vez más jóvenes, insensibles ante la violencia
sexual por el consumo de la pornografía. Su imaginario sexual se construye a
través de esas imágenes que cada vez consumen más pronto. El único placer
importante en la pornografía es el masculino”, denuncia Poulin. Actualmente,
los niños comienzan a consumir pornografía hacia los 12 años y las niñas
alrededor de los 13.
Regular la prostitución es banalizarla
“La banalización de la prostitución se origina en los
estados en los que se regula. Desde ese momento, el Estado avala esas
relaciones sociales desiguales y, además, vemos cómo crece la prostitución”,
plasma Poulin. El porcentaje de prostituidores en los países donde se ha
legalizado, como Países Bajos (60), Alemania (66), Camboya (65) o Tailandia
(95), es mucho mayor que en otros donde no es legal como Canadá (11,1), Suecia
(13), Francia (12,5), Noruega (13) o Estados Unidos (16).
Con la legalización, hay una expansión de la
prostitución, por lo que se recurre a mujeres extranjeras para satisfacer la
demanda que crea el turismo sexual, ya que hay un mayor número de
prostituidores locales y extranjeros. “La trata de mujeres hace que los precios
bajen y se fomenta el turismo sexual. Son las políticas del neoliberalismo”,
denuncia Poulin, que incluye la perspectiva económica. “No se pueden separar
los distintos niveles de análisis”, justifica.
Ideología neoliberal
Los estados con políticas neoliberales han fomentado
la desregulación y el fin del Estado del Bienestar. “La ideología imperante es
que cada uno es responsable de su suerte. Si has fracasado no es culpa del
estado o del sistema, sino tuya, por eso nos encontramos ahora tantos manuales
de psicología para tener ‘éxito’ en la vida”, comenta el Profesor.
Siguiendo esa línea, Poulin denuncia que a estas
mujeres se les inculca la idea de que son culpables y que si están en el mundo
de la prostitución es porque quieren. “Estas mujeres no son vistas como
víctimas, sino como responsables”, destaca. Y añade: “Además, no tenemos que
intervenir en contra de su prostituidor, porque los proxenetas son considerados
empresarios o protectores”.
Todo lo que puede hacer el Estado, si considera a las
mujeres responsables de su prostitución, es tener una legislación a la que
puedan recurrir como cualquier otra persona trabajadora. El Estado permite así
que las mujeres evolucionen en ese medio en condiciones que dicen aceptables.
“El Estado presenta dos caminos: la creación de burdeles y zonas de tolerancia;
y la penalización a quienes no lo hacen legalmente. En ambos casos, quienes
pierden son las prostitutas. Si optan por el primer camino, sus ingresos se verán
ampliamente reducidos en favor del burdel. Si no lo hacen, serán criminalizadas
por el propio Estado”, denuncia Poulin.
La educación como solución principal
“Para luchar con eficacia contra eso, se debe
permitir por ley que las mujeres puedan estudiar. Muchas mujeres han dejado su
hogar jóvenes, sin estudios, y se han visto sin alternativa a la hora de
encontrar un trabajo. Sin otra opción, solo pueden practicar la prostitución
para sobrevivir. Es una perpetuación sin fin”, refleja.
Asimismo, el Profesor asegura que –además de la
legislación- se debe educar al alumnado de los centros educativos para que se
impida la captación, pero también para evitar que los niños se conviertan en
futuros prostituidores. “Sin clases de educación sexual, el discurso pornográfico
es el que enseña a la juventud. Tenemos un problema si ese es el aprendizaje.
Si el porno es lo que construye su imaginario, la violencia sexual será
considerada como algo común y banal”, reflexiona Poulin.
Para finalizar la ponencia, Richard Poulin ha
asegurado que la industria del sexo se debe analizar como un todo, que aúna
prostitución, trata de mujeres, turismo sexual y la industria pornográfica, que
sirve como propaganda para todo lo demás. “La igualdad se conseguirá cuando no
haya relaciones mercantiles”, culmina.
Etiquetas:
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