lunes, 26 de septiembre de 2016

Una de cada cinco jóvenes españolas no utiliza ningún anticonceptivo

Un estudio sobre las 'millennials' apunta a que aún persisten mitos.

Los jóvenes aún tienen dificultades para acceder a los anticonceptivos en España.

Ni siquiera preservativos. A pesar del riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual o tener un embarazo no deseado, una de cada cinco millennials españolas —jóvenes de entre 18 y 30 años que nacieron entre los ochenta y noventa— no usa ningún método anticonceptivo, según un estudio de Bayer. La multinacional farmacéutica ha encuestado a un millar de mujeres de todas las comunidades autónomas. Los resultados muestran que, a pesar de tener acceso a más información que nunca, algunos mitos aún perviven entre las jóvenes, por ejemplo, que durante la menstruación es imposible embarazarse, que solo las mujeres con hijos pueden usar un dispositivo intrauterino o que la "marcha atrás" es eficaz.

Tres de cada cuatro participantes de la encuesta, titulada Mitos y Realidades de sexualidad y anticoncepción en las millennials españolas, eran solteras. De ellas, la mitad tenían estudios superiores y el 29,9% eran tituladas en formación profesional o tenían el bachillerato. "Son mujeres modernas que, sin embargo, siguen arrastrando viejos mitos de sus madres y abuelas", ha explicado la responsable de Comunicación de Bayer, Carlota Gómez, a la agencia Europa Press.

Aunque las jóvenes se consideran bien informadas, el estudio señala que cuatro de cada 10 encuestadas no recuerdan cuál fue su fuente de información y que el 20% reconoce que acude a Internet o las redes sociales antes que a su médico para ampliar su conocimiento sobre temas de salud sexual. Una de cada 10 acude a los amigos, una cifra similar a la de las millennials del resto de Europa.

Parte de la explicación está en que tres de cada 10 mujeres (31,4%) reconoce algún tipo de incomodidad para hablar del tema de la anticoncepción con su médico. La media en Europa está en el 22%. En consecuencia, muchas jóvenes españolas no recurren a una fuente profesional de información sobre las más de 15 opciones anticonceptivas disponibles en la actualidad, lo que les resta posibilidades de tomar una decisión informada en este ámbito.

El 20% de las encuestadas afirma no utilizar ningún anticonceptivo, un resultado que está en la línea de otros estudios de la farmacéutica. Uno de 2009, por ejemplo, señalaba que los jóvenes españoles de entre 15 y 24 años eran los que más usaban el preservativo de toda Europa, pero, al mismo tiempo, el 30% reconocía que no lo usaba siempre por lo imprevisto de las relaciones (de juerga por la noche, con alcohol de por medio) o por la euforia del momento.

Mitos que perviven

En relación con el conocimiento de los métodos anticonceptivos, cada encuestada en el reciente estudio de Bayer reconoce un promedio de 11. Los más populares son la píldora y el preservativo masculino, conocidos por nueve de cada 10 encuestadas, seguidos del anillo vaginal (84%). El grado de conocimiento de cada uno de estos métodos se corresponde con aquellos de los que el médico más les ha hablado, según reconocen las encuestadas. El 71% conoce los anticonceptivos a largo plazo, como el dispositivo intrauterino o DIU hormonal.

Como ejemplo de las creencias erradas que aún existen, los autores del estudio señalan el hecho de que una de cada 10 millennials considere que no puede quedarse embarazada mientras está menstruando, una cifra similar a la encontrada en otros 11 países europeos y Canadá, en los que se ha centrado la investigación. Pero un riesgo aún mayor de embarazos no deseados entraña la falsa percepción de que "la marcha atrás" es un método anticonceptivo eficaz, creencia que da por buena un 3,3% de las jóvenes.

Los mitos rodean también a los anticonceptivos a largo plazo (DIU hormonal, DIU de cobre e implante). A pesar de la información que pueden recibir de sus médicos, las millennials muestran desconocimiento en cuanto al procedimiento rápido y sencillo de colocación de un pequeño dispositivo, que puede utilizarse en mujeres que aún no han tenido hijos (algunas creen que esto no es posible) y que no modifica su anatomía. Las mujeres jóvenes del resto de Europa tienen percepciones similares en este sentido.


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