miércoles, 14 de septiembre de 2016
La educación sexual es vergonzante y alejada de la realidad de los jóvenes
Las clases de educación sexual en colegios e
institutos son de escasa calidad y están impartidas por profesores poco
capacitados a los que abochorna esta materia, según afirma un estudio que ha
encuestado a chicos y chicas de entre 12 y 18 años en varios países.
La educación sexual en secundaria es a menudo
negativa, alejada de la realidad y con un fuerte sesgo heterosexual. Además,
está normalmente impartida por profesores poco capacitados y que se sienten
avergonzados, según un estudio publicado en BMJ Open, que incluye una síntesis
de opiniones y experiencias de jóvenes de diferentes países.
La investigación, llevada a cabo por tres
investigadoras de la Escuela de Medicina Social y Comunitaria de la Universidad
de Bristol (Reino Unido), señala que el fracaso de las escuelas para reconocer
que la educación sexual es un tema especial con desafíos únicos está haciendo
un gran daño a los jóvenes. También supone una oportunidad perdida en el
objetivo de proteger y mejorar la salud sexual de los alumnos.
Los jóvenes critican el enfoque excesivamente
‘técnico’ de la educación sexual, que ignora el placer y el deseo.
Estudios cualitativos
Las expertas han basado sus conclusiones en 55
estudios cualitativos que exploran las opiniones y experiencias de jóvenes que
habían recibido clases de educación sexual y relaciones en centros de Reino
Unido, Irlanda, EE UU, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Japón, Irán, Brasil y
Suecia, entre 1990 y 2015. Las autoras sintetizaron las valoraciones y
encontraron que, pese a la gran variedad geográfica de los estudios, las
opiniones de los jóvenes eran muy consistentes.
El estudio pone de relieve que los centros educativos
fallan a la hora de reconocer el carácter distintivo de la educación sexual.
Por ello, la suelen tratar como hacen con el resto de las materias.
Sin embargo, las encuestas del estudio indican que se
afrontan a retos diferentes al enseñar este tipo de tema. En las clases mixtas,
los jóvenes sentían humillación si no eran sexualmente experimentados y decían
que a menudo armaban jaleo para enmascarar sus ansiedades. Por su parte, las
chicas se sentían con frecuencia acosadas y juzgadas por sus compañeros
masculinos.
Los jóvenes también criticaron el enfoque
excesivamente ‘científico’ de las relaciones sexuales, que ignoraba el placer y
el deseo. Y señalaron que percibían que el sexo se presentaba muchas veces como
un "problema" que ha de ser gestionado. Los estereotipos también son
frecuentes: a las mujeres se las representa como pasivas y a los hombres, como depredadores.
También critican que se trate poco o nada el tema de la homosexualidad, la bisexualidad
o el sexo transgénero.
Otro tema importante es que los centros parecen tener
dificultades en aceptar que algunos de sus estudiantes sean sexualmente activos,
lo que lleva a un contenido que está fuera de la realidad de muchos jóvenes,
con la consiguiente falta de discusión sobre cuestiones que son relevantes para
ellos, dicen las investigadoras.
Los jóvenes se quejaron además del énfasis que esta
educación hace de la ‘abstinencia moralizante’, y una falta de reconocimiento
de toda una gama de actividades sexuales en las que hayan podido participar. La
educación sexual llega demasiado tarde para algunos alumnos, indican.
Una educación vital
A las mujeres se las representa como pasivas y a los
hombres, como depredadores. No se trata la homosexualidad ni la bisexualidad o
el sexo transgénero.
Este tipo de educación también adolece de fallos en
el suministro de información útil y práctica, tal como la disponibilidad de
servicios de salud de la comunidad, lo que se puede hacer en caso de embarazo,
los pros y los contras de los diferentes métodos de anticoncepción, o las
emociones que pueden acompañar a las relaciones sexuales.
A los estudiantes también les desagrada que sus
profesores les den educación sexual, no solo porque perciben que están mal
entrenados y sienten mucha vergüenza, sino también debido a la posibilidad de
que se vea afectada la relación profesor-alumno y se quiebren los límites.
Las autoras señalan que a pesar del bajo nivel de
esta enseñanza, la educación sexual es considerada como vital por los
responsables políticos para proteger la salud de los jóvenes, así como de los
embarazos no deseados, el abuso y la explotación sexual.
La evidencia sugiere que los propios alumnos quieren
que la educación sexual que se enseñe en los colegios e institutos utilice un
enfoque positivo del sexo, con el objetivo de que los jóvenes disfruten de su
sexualidad de una manera que sea segura, consensual, y saludable.
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