martes, 20 de diciembre de 2016

Era falso: abortar NO afecta nocivamente a la salud mental

La mayor investigación sobre la materia niega que interrumpir el embarazo genere un daño psicológico; son las mujeres a las que se les niega el aborto las que sufren la depresión.

Siempre ha existido un miedo latente a abortar. A muchas mujeres que desean interrumpir sus embarazos les preocupa caer en la depresión, en el pozo mental del remordimiento. Y no es extraño. Desde múltiples plataformas de sectores conservadores y religiosos no se han parado de difundir supuestas pruebas científicas que aseguran daños psicológicos irreparables si una mujer aborta. Esas ideas sirven para que diferentes países prohíban este derecho. Pero los llamados pro-vida se acaban de quedar sin argumentos en este aspecto.

La mayor investigación sobre la materia, llevada a cabo por Universidad de California, ha concluido que el aborto no causa ningún problema mental a quienes optan voluntariamente por él. Al contrario, se señala que las mujeres a las que se les deniega son las que sufren ansiedad y una baja autoestima a corto plazo ante el impedimento.

Los autores han seguido a cerca de 1.000 mujeres de 21 Estados de EEUU que deseaban abortar. El estudio contempló a dos grupos de mujeres: las que finalmente abortaron y a las que se les negó por salirse del límite legal de gestación permitido. Durante cinco años de investigación se evaluó la salud mental de las participantes cada 6 meses.

"Aunque históricamente se ha sostenido que podríamos esperar un aumento en problemas de la salud mental después de un aborto, nosotros no lo encontramos realmente. En realidad encontramos una mejora general en la salud mental y el bienestar de las mujeres que lo practicaron. Sin embargo, negar el procedimiento produjo efectos negativos a corto plazo en aquellas mujeres a las que se les comunicó que no podían abortar. Vimos depresión, ansiedad y baja autoestima", expresa Antonia Biggs, psicóloga social.

Experimentaron angustia y las razones por las que habían querido abortar permanecieron.
Los investigadores encontraron que, al contrario de las mujeres del primer grupo, las segundas experimentaron una angustia inicial al ver rechazadas sus peticiones. Además, su estado emocional y mental siguió sufriendo por las razones que les habían llevado a querer abortar, como estrés financiero, problemas de pareja o la tenencia de otros hijos.

El estudio revela que las mujeres que no abortaron solo se recuperaron psicológicamente a los seis meses, algo que sorprendió a los autores. "Podríamos haber esperado más efectos a largo plazo, y creo que esto habla de lo resistentes que son las mujeres y de cómo logran hacer frente a sus circunstancias", analiza la profesional.

Lo cierto es que el estudio llega 30 años después de un conocido episodio. Siendo Ronald Reagan presidente, en una reunión de miembros antiaborto de 1987, le pidió a un cirujano que elaborara un informe con los devastadores efectos. El médico Everett Koop, a pesar de que era enemigo del aborto por creencias, le contestó que lo sentía pero que "los estudios científicos del momento no proporcionan datos concluyentes". Que "tomaría mucho tiempo" y millones de dólares una investigación apropiada.

Ahora, tras cinco años y mucho dinero, la tarea se ha concluido. El informe se presenta como el fruto del mayor estudio realizado al respecto y acaba con antiguas falsas aseveraciones camufladas de certeza científica.


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