viernes, 9 de diciembre de 2016

Adolescentes usan aplicaciones espía para controlar a sus parejas con el móvil


El observatorio contra la violencia machista advierte de esta práctica «muy común»

«La violencia física la rechaza todo el mundo, y reconoce que está mal. Pero hay una serie de cosas más sutiles, como el acoso, el seguimiento con llamadas de teléfono, con wasaps y a través de las redes sociales que la juventud no identifica como violencia de género». Lo explica Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, institución formada por el Consejo General del Poder Judicial, los ministerios de Justicia, de Interior, de Servicios Sociales e Igualdad, la Fiscalía, los abogados y los procuradores, además de las comunidades autónomas. Carmona destaca que los últimos estudios indican que los jóvenes ven normal y como una prueba de amor que su pareja les mire el móvil o que conozca sus contraseñas.

Pero hay algo peor, más preocupante. La presidenta del observatorio advierte de una nueva forma de control y de seguimiento de las adolescentes por parte de sus parejas a través de las nuevas tecnologías. «Es muy común introducir una aplicación espía en el teléfono de la chica para tenerla controlada en todo momento», revela Ángeles Carmona. «Lo vemos muchísimo. Ellas comparten las claves con sus parejas porque creen que es una prueba de amor y confianza», asegura. En el momento que el novio tiene acceso al teléfono de ella le introduce la aplicación y desde entonces él sabe todos los mensajes que ella envía y recibe, en dónde está y con quién. «Eso lo estamos viendo en los juzgados. Ellas se preguntan cómo pueden saber con quién estaba», asegura la presidenta del observatorio. No es difícil. Hay aplicaciones que se pueden descargar a través de Internet y que no dejan rastro en el teléfono de la víctima. «Ilegal, pero fácil de instalar»«No hay iconos ni mensajes que indiquen que el teléfono tiene instalada una aplicación espía», explica Fernando Suárez, presidente del colegio de ingenieros informáticos de Galicia. Suárez advierte de que instalar una aplicación espía en el móvil de otra persona es ilegal, pero que una vez descargada permite ver las llamadas y los mensajes de ese teléfono, incluso localizar su ubicación. «En Internet hay programas que son fáciles de instalar. El chico solo necesita tener la contraseña del móvil de la chica y la aplicación pasa desapercibida». Como Carmona, Fernando Suárez también piensa que es muy habitual que los adolescentes compartan las contraseñas y sus móviles como una prueba de confianza. Para el presidente de los informáticos gallegos esta «es una situación muy preocupante». No es de extrañar.

Tres de cada diez chicas confiesan haber sufrido en algún momento episodios de violencia machista de control, destacó ayer la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat. La ministra destacó la importancia de la sensibilización y prevención ante la violencia de control entre adolescentes y advirtió de que las chicas están expuestas «a las nuevas formas de maltrato a través de las redes sociales, como el ciberacoso y el sexting». Son los padres los que denuncian cuando descubren lo que está pasando.

Las adolescentes asumen muchas veces que ese control por parte de su pareja entra dentro de lo normal. Incluso se distancian de sus amigas cuando ellas empiezan a advertir lo que está pasando. «Y en bastantes ocasiones no quieren contar lo que ha pasado», dice la presidenta del observatorio de violencia machista. «En los juzgados estamos viendo que son los propios padres los que denuncian esos comportamientos hacia sus hijas». Carmona cree que hay que educar «ya en los colegios. Que desde los 3 años haya enseñanzas y acciones formativas dirigidas a la igualdad, a la no discriminación, al rechazo a la violencia de género». El observatorio propone además usar las redes sociales para difundir mensajes contra la violencia machista, «para atacar el problema con las armas que los maltratadores juveniles utilizan mal».

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