sábado, 10 de diciembre de 2016
Demisexualidad: así vive las relaciones la quinta orientación sexual
No se sienten atraídos por ningún género en especial
y sólo son capaces de excitarse con quien ya han establecido algún tipo de
relación íntima. Un estudio asegura que todas las mujeres son bisexuales o
lesbianas.
Para la gran mayoría de nosotros la sexualidad de los
seres humanos se divide en heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad y
asexualidad. Cuatro orientaciones muy definidas y que están relacionadas con la
atracción sexual hacia personas del sexo opuesto, hacia personas del mismo
sexo, hacia ambos géneros y, en último término, hacia ningún género en la
ausencia de atracción sexual por completo.
Una serie de etiquetas sociales que, pese a haberse
ido ampliando en el imaginario colectivo de las sociedades modernas, no sirven
para englobar a todas las tendencias sexuales existentes, como reivindican
desde el Demisexuality Resource Center, donde tratan de hacer visible una
manera de afrontar la sexualidad poco conocida, pero que sin embargo incluye a
más personas de lo que podría parecer, al englobar en su seno a personas
aparentemente encuadradas en las sexualidades más conocidas.
Según AVEN, la Red para la Educación y la Visibilidad
Asexual, que acuñó el término por primera vez en 2006, el demisexual es una
persona incapaz de sentir una atracción sexual a no ser que previamente haya conseguido
forjar un profundo vínculo emocional con alguien. El término demisexual
estaría, pues, a mitad de camino entre la sexualidad y la asexualidad, lo que
no significa que los demisexuales tengan una sexualidad a medias o incompleta,
sino que requieren de esa fuerte conexión emocional para que sus experiencias
sexuales sean plenamente satisfactorias.
No sienten atracción sin amor
En general, los demisexuales no sienten atracción por
ningún género en concreto, y pueden sentirse atraídos por cualquier ser humano.
Sin embargo, cuando forjan ese vínculo emocional con alguien, ya sea a raíz de
una amistad especial o enamorándose por completo de una persona, experimentan
un deseo carnal que, eso sí, está dirigido únicamente hacia esa persona con la
que han logrado conectar a otro nivel. Así pues, un demisexual, a diferencia
del resto de orientaciones sexuales capaces de sentir atracción, no sentirá
nunca deseo sexual para con ninguna persona a simple vista como consecuencia de
un físico, de una forma de vestir o de una personalidad llamativa. Para que se
enciendan sus instintos más primarios deberá verse atraída, con el tiempo, por
el interior, la forma en la que esa persona le trata o la conexión que les une
en distintos aspectos necesarios para que esta se sienta colmada a nivel
espiritual.
Los demis, como se les conoce comunmente, tienen muy
distintas visiones sobre la sexualidad, como recoge en sus censos la comunidad
AVEN. Alrededor de la mitad de los encuestados que se definieron como
demisexuales manifestaron una clara tendencia a la indiferencia en relación al
sexo, mientras que el 30% mostró una actitud favorable por el 16 por ciento que
aseguró sentir repulsión, tanto a la práctica como a las distintas referencias
relacionadas con los actos sexuales. A pesar de lo que se pudiera pensar, es
también común que muchos demisexuales disfruten de actividades sexuales
solitarias como la masturbación, y a veces haciendo uso de material
pornográfico, imaginándose en las situaciones representadas con las persona deseada.
La
'asexualidad gris'.
En cuanto a la forma en la que son percibidos, los
demisexuales son, a menudo, englobados para el vasto paraguas de la sexualidad
A-Grey, o asexualidad gris, que engloba a aquellas personas que se encuentran a
mitad de camino entre la sexualidad y la asexualidad, ya que esta, como tantas
otras cosas de la vida, el sexo no suele ser cosa de blancos o negros. Cabe
destacar que el espectro A-Grey hace referencia, mayoritariamente, a personas
que, si bien no suelen sentir atracción sexual, eventualmente pueden percibir
en sus carnes episodios de deseo a niveles más bajos que la media y que, a
menudo, no son suficientes como plantear la opción de mantener relaciones a su
pareja. En otras ocasiones también hace referencia a aquellas personas que
sienten deseo y disfrutan del sexo, pero bajo unas limitadas y específicas
circunstancias. Esta percepción se debe a que, normalmente, los demis pueden
tardar muchos años en sentir por primera vez atracción sexual y también a que,
debido a las necesidades tan específicas que requieren para sentir deseo, es
más que posible que a lo largo de su vida sólo acaben viendo cómo se les
despierta el instinto sexual con una o dos personas. Para gran parte de su
entorno, la demisexualidad es vista como la forma de actuar mayoritaria de
todos aquellos que deciden no mantener relaciones con alguien que apenas
conocen sin darse cuenta de que, mientras hay personas sexuales sí que sienten
una atracción desde el primer momento y eligen no satisfacer en un principio
por muy distintos motivos, los demisexuales no la sienten en ningún grado. El
problema de las expectativas.
Muchos de los problemas de los demisexuales a la hora
de encontrar una pareja estable a lo largo de sus vidas están relacionados con
la dificultad que se les presenta para poder satisfacer las expectativas
sexuales de su pareja en tiempo y forma. Y es que, a diferencia de sus parejas,
necesitan un mayor tiempo para poder sentir la atracción necesaria para
mantener relaciones placenteras. Éstas llegan, en muchos casos, demasiado
tarde. Los bajos niveles de libido de muchos demisexuales también les
convierten en sexualmente incompatibles con sus pares en otras ocasiones. En el
capítulo social, como les sucede a los asexuales y a los englobados en el espectro
A-grey, a menudo se sienten fuera de lugar en muchas de las conversaciones
recurrentes sobre sexo como consecuencia de su falta de interés en general por
este asunto al no sentir, a diferencia del resto, atracción alguna por
individuos guapos o atractivos. Mientras en los países occidentales los
demisexuales comienzan a tener una cada vez mayor presencia mediática, muy
especialmente en Internet, donde encontramos asociaciones como la DRC que,
además de dar visibilidad tratan de ofrecer respuestas para ellos y sus
entornos, en la gran mayoría del mundo las personas pertenecientes a
orientaciones sexuales minoritarias no tienen siquiera la oportunidad de
reconocerse como lo que son, y esto genera aún más dolor a sus vidas e
incomprensión en sus entornos.
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