sábado, 5 de marzo de 2016

Óvulos de exportación

Cuatro de cada diez se implantan en mujeres extranjeras. Viajan a España para someterse a este tratamiento por las normas restrictivas de sus países, donde siguen con su embarazo

Testimonio: «Ya he hecho cuatro donaciones y si me piden otra lo haría»

España está a la cabeza de Europa y es uno de los países mejor valorados del mundo en técnicas de reproducción asistida. Ya no es sólo que se estime la calidad de las técnicas que se realizan en nuestro país, sino que cada vez son más las mujeres que buscan en España a su donante de óvulos. «Alrededor del 40 por ciento de las pacientes que tratamos vienen de fuera. No existen registros del número de donantes, por lo que no podemos saber si somos el país con más donación, pero sin duda somos de los que cuenta con más donantes», afirma Agustín Ballesteros, director de IVI Barcelona y presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Ballesteros sostiene que existen dos motivos que explican los buenos resultados de los centros españoles: «El buen trabajo que hacemos», así como «los buenos resultados que obtenemos» en la mayoría de los tratamientos.

Aunque a nuestro país llegan mujeres y parejas de todas partes del mundo, son nuestros vecinos europeos los que más optan por tratamientos «made in Spain». Y es que la legislación a la hora de donar también marca la decisión de las mujeres de viajar a los centros de nuestro país. En Reino Unido, por ejemplo, «sí que está regulada la figura de la donante de óvulos, pero ésta no puede ser anónima», explica el presidente de la SEF. Eso significa «que la madre donante tiene responsabilidad sobre los hijos que pueda tener y, por lo tanto, la donación acarrea una serie de derechos y responsabilidades que las donantes no quieren tener». Pero no son sólo las mujeres inglesas las que acuden a nuestros centros especializados, sino que las primeras europeas en acudir son las francesas e italianas, aunque también han aumentado los casos de mujeres que viajan desde Suiza y Alemania, donde las normas también son más restrictivas. Una vez realizado el tratamiento de fertilidad, como indica Ballesteros, «vuelven a su país, donde su médico les hace el seguimiento».

El doctor Buenaventura Coroleu, jefe de servicio de Salud de la Mujer Dexeus insiste en que «las tasas de embarazo que se consiguen en nuestro país son óptimas. Las mujeres que acuden a nosotros tienen un perfil muy similar al de las pacientes españolas. Suelen haber retrasado su maternidad y se encuentran con una posibilidad muy limitada de ser madre sin la ayuda de un tratamiento de fertilidad», destaca el doctor.

La media de edad de las mujeres que acuden a estos centros es de 40-42 años y es que, como indica el doctor Ballesteros, «la edad de inicio de la maternidad cada vez se atrasa más y de año a año va en aumento». De acuerdo con el experto, «ahora mismo estaría en torno a los 39 años». Éste va a ser un problema al que se van a tener que enfrentar en un futuro en todos los centros que realizan tratamientos de fertilidad. «Está asociado a la situación socieconómica, que no tiene visos de cambiar», añade el experto. Y es que, «si las mujeres empiezan a buscar tarde ese primer hijo, existe un mayor riesgo de aborto y es que con la edad la calidad de los óvulos también empeora y, por eso, acuden en busca de una donante». 
El perfil de la mujer que decide dar sus óvulos para ayudar a otra no ha variado con los años, aunque, como indica Coroleu, «con la crisis es cierto que se lo han planteado más chicas con una situación económica difícil, pero en el trasfondo siempre existe un interés altruista por estas donaciones». La media de edad oscila entre los 25 y los 27 años, aunque desde los centros de reproducción asistida se dirigen a mujeres de entre 18 y 35 años, ya que en esta etapa es cuando sus óvulos son más sanos. «Se captan a muchas donantes en el ambiente universitario, pero nos llegan de todos los perfiles», sostiene el especialista de Dexeus. La Sociedad Española de Fertilidad tiene una compensación fijada, de 1.000 euros, para las mujeres que pasan por este proceso de donación. «Se le da esta cuantía porque ella no sólo debe someterse a una pequeña intervención en el momento en el que se le extraen los óvulos, sino que también se valora el tiempo que pierde en desplazarse o las horas que debe pedir en su lugar de trabajo», añade.

Por el momento, no existe ningún problema de falta de donantes, «damos servicio a la demanda que tenemos», destaca Coroleu; pero «si la situación económica va mejorando puede que sí nos encontremos con un problema porque ahora mismo mil euros pueden solucionar el mes de una joven».

La ley de reproducción asistida establece que una donante sólo «contempla seis hijos conseguidos». Pero existe un inconveniente con el que intentan lidiar desde las sociedades científicas desde que se aprobó la norma que regula su actividad: la falta de un registro de donantes. «No lo tenemos, a pesar de las peticiones que hemos hecho a cada nuevo Gobierno y a que la legislación lo exige. Sabemos que existen trabajos avanzados tanto por parte del Ministerio de Sanidad como de la Sociedad Española de Fertilidad», pero aún no hay nada concreto. El problema radica en que una mujer que cumple con sus seis donaciones en una clínica puede acudir después a otro centro para seguir donando. «Por eso, somos los médicos los que tenemos la obligación de verificar e intentar investigar el historial de las mujeres que se ofrecen voluntarias para evitar más nacimientos de los que establece la ley», añade el experto de Dexeus.


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