martes, 8 de marzo de 2016

La ley de violencia contra las mujeres

“¿Cuándo se va a empezar a aplicar la ley de violencia contra las mujeres en la práctica judicial? ¿Cuándo van a empezar a proteger a los niños y a las niñas? No hacerlo es patriarcado. Es machismo. Y mata”.

Un hombre de 26 años sale de prisión en Las Palmas de Gran Canaria, en libertad con cargos. Había entrado tres días antes por golpear a su pareja, embarazada de cuatro meses, en presencia de su hijo de dos años, al que también lanzó contra el suelo.

El juicio puede tardar ahora entre uno y dos años, periodo durante el cual él puede solicitar régimen de visitas. La legislación española no retira la patria potestad por este tipo de actuaciones.

Después del juicio, puede que con condena en firme, volverá a quedar en libertad, porque no la mató. Tendrá que hacer un cursillo y listo. Ella tendrá que llevarle a los niños (el bebé ya habrá nacido, salvo que los golpes en el vientre le hayan provocado un aborto) porque es su progenitor y a los legisladores no parece importarles que sea un maltratador.

Si los niños no quieren ir con él, el maltratador denunciará a la madre, y puede que acaben dándole a él la custodia y quitándosela a ella. Es una hipótesis basada en muchas otras historias de mujeres que perdieron la custodia de sus hijas e hijos por defenderlos de su maltratador. Es la historia de muchas madres a las que sus agresores quitaron la vida a sus hijas e hijos durante las visitas obligadas por un juez.

Muchas mujeres prefieren no denunciar ante la amenaza de perder a sus hijos. Es una amenaza de manual a la que recurren habitualmente los maltratadores. Por eso hay mujeres, como la asesinada a tiros por su pareja el pasado día 20 en Bastida, que aguantan todo tipo de humillaciones y siguen conviviendo con un tipo que durante una comida familiar puede levantarse y pegarte un tiro. Por eso el hijo de este maltratador, que ya tenía 25 años, acabó matándole.

Porque puede que fuera su progenitor, pero no era su padre. Cuando los hijos e hijas son menores, no pueden elegir. A pesar de que la ley exige que se les de la misma protección que a sus madres, deben irse con sus progenitores maltratadores. Sus madres, desesperadas, no pueden protegerles, bajo amenaza judicial de acabar en la cárcel y, lo que es peor, ver a sus hijos e hijas a merced del agresor. Tienen hasta miedo de hablar con sus hijos, porque todo lo que les digan puede ser utilizado contra ellas. Es hora de pedir responsabilidades a los jueces y juezas, fiscales, terapeutas que emiten informes psicosociales a favor del maltratador, Puntos de Encuentro que se llevan a los menores a rastras en las visitas, abogados y abogadas defensoras que no plantean esta problemática en los juzgados.

No se respetan los tratados internacionales sobre Derechos Humanos -como el Convenio de Estambul-, ni la ley estatal de violencia de género, ni otras autonómicas que ya incluyen a los hijos y a las hijas como víctimas de esta violencia. No sólo porque la hayan recibido directamente, sino por el hecho de haberla presenciado.

¿Cuándo se va a empezar a aplicar la ley de violencia a las mujeres en la práctica judicial? ¿Cuándo van a empezar a proteger a los niños y a las niñas?.

No hacerlo es patriarcado. Es machismo. Y mata.


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