miércoles, 17 de febrero de 2016
“Debemos conocer cómo se financian la salud sexual y reproductiva para poder defenderlas”
María Bordallo, quien lidera en la Federación Internacional
de Planificación Familiar (IPPF) el trabajo sobre financiación para el
desarrollo, ha conversado en la sede de la FPFE con representantes de diversas
organizaciones sociales para compartir propuestas ante las preocupantes
tendencias en financiación para el desarrollo, y específicamente en la
financiación de la salud sexual y reproductiva. Unas tendencias que en opinión
de Bordallo hacen que las organizaciones deban moverse en dos direcciones:
ofrecer resistencia por un lado, y realizar una mirada interna para poder
enfrentar dichos cambios por otro lado.
Entre los cambios más importantes, la responsable de
financiación de IPPF ha señalado la disminución del papel jugado por la Ayuda
Oficial al Desarrollo (AOD) en beneficio de la movilización de recursos domésticos.
La AOD es cada vez más visto como un mecanismo impulsor de los recursos de los
propios países y del sector privado, movimiento que2016FebFinanciación_IPPF_general
ignora que hay países y poblaciones que siguen sin contar con suficientes
recursos para cubrir las necesidades de todos sus habitantes. Al mismo tiempo,
el foco principal de la financiación para el desarrollo se está moviendo para
dejar en el centro de la escena al sector privado, y se quieren impulsar, sobre
todo desde organismos internacionales como el Banco Mundial, nuevas formas de financiación
que ya no pasan por la financiación directa, sino por préstamos que luego deben
ser devueltos por los países receptores, lo que a juicio de María Bordallo no
podría ser llamado ayuda para el desarrollo sino una nueva manera de generar
deuda. Entre estas nuevas formas de financiación están también las alianzas público-privadas,
que se caracterizan por una gran falta de transparencia que impide conocer sus
resultados.
Por su parte, muchos gobiernos están incluyendo en la
AOD partidas que en realidad no llegan a los países en desarrollo, como es el
caso de los fondos para las personas refugiadas que llegan a nuestros países o
incluso gastos militares. A esto se suman los recortes. Finlandia, Suecia y
Dinamarca acaban de recortar de manera drástica la AOD que se canalizaba a través
de las ONG. En resumen, como ha afirmado María Bordallo en el taller, “hay
menos fondos para repartir entre más cosas y además hay que devolverlos”.
Ante este panorama, la responsable de financiación de
IPPF hace un llamamiento para que se redoblen las capacidades y los esfuerzos
en el acceso a los datos, ya que sólo desde el conocimiento se podrá reclamar
respecto a un sector, el de la financiación de la salud sexual y reproductiva,
en el que faltan pruebas, datos y análisis. Y pone el ejemplo del estudio de
los datos hecho por IPPF en América Latina, que ha permitido concluir que a
pesar del crecimiento económico de esta región, el gasto en salud sexual y
reproductiva no ha crecido. Una
realidad que es necesario conocer para revertir, para lo que “en las
organizaciones tenemos que perder el miedo a meternos en el análisis de la
financiación, porque es la manera de poder hacer incidencia con los
responsables de las políticas y programas”. Precisamente la última publicación
de IPPF, “desmitificando la financiación”, quiere facilitar la comprensión de
las implicaciones de los cambios en la financiación de la salud sexual y
reproductiva.
Y junto a ello, las organizaciones sociales presentes
en el coloquio coincidieron en que es necesario seguir incidiendo en la
recuperación de los sistemas fiscales progresivos, en la lucha contra los paraísos
fiscales y en los argumentos contra un modelo de desarrollo que hace descansar
su éxito en el crecimiento económico, cuando es precisamente el modelo de
crecimiento el que nos ha llevado a las enormes desigualdades y brechas en el
acceso a la salud sexual y reproductiva en el mundo.
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