jueves, 26 de diciembre de 2013
Belén Oltra ; Secuestro Gubernamental
Me siento atrapada en un cuerpo que no es mío. Siento que me lo
han robado, que ya no me pertenece, que ya no soy dueña de mis ovarios, de mi
estómago, de mis huesos y mi carne.
Ayer, el PP, con su presidente a la cabeza, decidió desposeerme
de algo tan íntimo y tan propio como es mi cuerpo, y decidió arrancarme de
cuajo la libertad y los derechos que sobre él poseía. A mi, y a veintidós
millones de españolas más.
Se llama machismo. La política al servicio de una ideología
machista. Se llama desequilibrar aún más la balanza de esta injusta sociedad
patriarcal en la que tan cómodos se sientes algunos hombres y tan incómodas y
desiguales nos sentimos las mujeres.
Hasta ayer, el género masculino (o su inmensa mayoría) ha
utilizado la violencia como arma para dominar al femenino, para construir
mujeres calladas y sumisas, y hoy, envueltos y envueltas en una sociedad
moderna, utiliza la administración pública, y la presunta democracia para hacerlo.
Este gobierno clasista, machista, homófobo y cruel, que gobierna para hombres,
ha reducido, este año, un 24% las partidas destinadas a las políticas de
igualdad, y ha invertido 11 millones de euros menos en las actuaciones
destinadas a la lucha contra la violencia de género. Amenazan con una reforma
que eliminaría las competencias municipales en los temas de igualdad… Y ahora
esto. La gota que ha colmado un vaso demasiado lleno y durante demasiado
tiempo.
Hablan de preservar la vida de los no nacidos, cómo si las
mujeres abortasen por ocio o diversión, pero esconden detrás de sus caros
trajes y sus sonrisas deslumbrantes un conjunto de actuaciones y políticas
públicas destinadas a maltratar a las mujeres. Hablan de responsabilidad, como
si no fuera suficiente castigo para una mujer tomar la decisión de no poder
asumir la maternidad en un momento determinado. Hablan de todo y se olvidan de
la salud tanto física como psicológica de las mujeres, de los sentimientos y de
las terribles circunstancias que llevan a una mujer hacia el aborto. Hablan de
defender la vida, pero fomentan con sus leyes los abortos ilegales e inseguros
que ponen en riesgo la integridad física y la vida de las mujeres.
El gobierno de España y el ministerio de Sanidad, Bienestar Social
e Igualdad emiten anuncios en radio y televisión animando a las mujeres a
denunciar a sus maltratadores, mientras recortan en políticas destinadas a
erradicar la violencia de género .La contradicción de fomentar el machismo. La
hipocresía de hacer lo contrario de lo que se dice, y lo que es más triste, la
responsabilidad compartida de seguir potenciando una sociedad patriarcal en la
que las mujeres son humilladas, maltratadas y asesinadas a manos de sus parejas.
Frente a ello, somos muchas las que pedimos ser iguales, las que
nos atrevemos a soñar con una sociedad en la que un hombre no sea más que
nosotras por el simple hecho de haber nacido así, hombre. Somos muchas, y
afortunadamente cada vez más muchos, las y los que pedimos dignidad para el
género femenino. Las que estamos hartas de nuestra terrible historia de
invisibilidad, servidumbre y sumisión. Las que queremos cambiar el rumbo de
nuestras vidas, la vida de un género femenino que lleva desde el inicio de la
historia de la humanidad recogido en un segundo plano, sigilante, expectante y
en algunos casos combativo, esperando a situar su figura en el lugar que nos
corresponde ya no como mujeres, sino como seres humanos. Nos negamos a ser
durante más tiempo marionetas en manos de políticos corruptos, insensibles,
conservadores y machistas.
Rajoy, el PP, la iglesia católica o quien sea, podrán legislar
contra nosotras, podrán quitarnos nuestro cuerpo, nuestras libertades y
nuestros derechos, podrá quitarnos todo, y sin embargo seguiremos quedando
nosotras. Nada más fuerte y nada más valioso que NOSOTRAS luchando por ser
dueñas de nuestra propia vida. Nada más fuerte y nada más valioso que NOSOTRAS
gritando bien fuerte y bien alto la palabra igualdad.
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