martes, 17 de mayo de 2016

Episiotomía, ¿mutilación genital?

Afectadas, matronas y médicos reconocen que esta cirugía puede provocar dolores e imposibilitar relaciones sexuales durante años -Ginecólogos la defienden como "imprescindible"-.

La episiotomía -cirugía durante el parto para ensanchar la vagina con una incisión entre la abertura vaginal y el ano- y su aplicación sistemática fue calificada por un alto cargo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como "una forma de mutilación genital femenina" contemporánea. Así la definió en una carta a la revista The Lancet en 1999 Marsden Wagner (1930-2014), director del área de Salud de Mujeres y Niños de la entidad internacional.

Han transcurrido 17 años de ese peculiar 'bautizo terminológico' y asociaciones como El Parto es Nuestro dan la razón a Wagner y recalcan que se debe realizar de forma selectiva, siempre pidiendo autorización a la mujer e informando a posteriori de cuáles son las secuelas y cómo se pueden superar.

Esta asociación, no obstante, denuncia que en gran parte de los casos se efectúa "sistemáticamente", "sin el consentimiento" de la parturienta y sin indicarle qué tratamiento debe recibir para disminuir los dolores que esa cicatriz provoca durante las relaciones sexuales (incluso durante años y llegando a privar a la mujer de las mismas), así como molestias abdominales o en la pelvis e incluso en la espalda, entre otras.

Algunas mujeres ya se han atrevido en los últimos años a denunciar que se les practicó sin informarlas. En algunos de estos casos, los jueces les dieron la razón. En otros, como la última sentencia dictada al respecto por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, no.

El presidente de la Sociedad Gallega de Ginecología, Casimiro Obispo, indicó que "la episiotomía es una herramienta imprescindible. No hay que tenerle miedo pero tampoco los obstetras deben actuar como talibanes. No se debe prescindir de ella cuando es necesaria pero hay que hacerla bien. Lo que hay que saber es cómo utilizarla, aunque lo ideal sería no practicarla".

Obispo advirtió que "no hacer una episiotomía puede provocar con el tiempo que haya un prolapso uterino (Se presenta cuando el útero cae y ejerce presión en la zona vaginal), general con los años por excesiva relajación de la musculatura de vagina y periné. Tiene sus pros y contras. Si se la hacen, puede quedarle un dolor en la relación sexual posterior; y si no se la practican, puede tener un desgarro y se le puede escapar caca de por vida".

Añade este doctor que existen trabajos científicos que demostraron que a las mujeres que no se les practicó esta operación tuvieron "más complicaciones por el desgarro". "El no usar la episiotomía tiene complicaciones mucho más graves para la mujer", defendió para, a continuación, explicar que sólo se prescribe si el periné está duro, si el niño va a ser grande, si hay complicación en la expulsión del bebé durante el parto o este va a ser instrumentalizado (con ventosa, fórceps...), entre otros factores.

El máximo responsable de la Sociedad Gallega de Ginecología apuntó que "en España, en 2006, se calculaba que había un 70% de episiotomías, pero es muy complicado conocer las cifras".

Desde El Parto es Nuestro, la asociada Adela Recio publicó el pasado año en la revista Dilemata el artículo La atención al parto en España: Cifras para reflexionar sobre una problema. Allí, señala que "las variaciones en el uso de la episiotomía son visibles (...) entre autonomías. En 2009, Murcia tenía un 34% y Galicia un 66%", según la estadística del Conjunto Mínimo Básico de Datos del Ministerio de Sanidad.

A su juicio, "esta variabilidad entre regiones no responde a una justificación médica. En Galicia no hacen falta más episiotomías que en Murcia; ni en España, donde la tasa supera el 40% de los casos, hacen falta más que en Dinamarca con un 5%. Es una cuestión enmarcada en un contexto social que justifica, permite y normaliza seccionar la vagina a la mujer sin una necesidad real. Es una forma más de violencia hacia las mujeres".

Estos últimos índices citados por Recio pertencen al European Perinatal Health Report (Informe Europeo sobre Salud Perinatal). En él, se incluye un gráfico sobre episiotomías en partos vaginales que en España sitúan en el 43%; frente al 75% de Chipre, el 67,5% de Polonia, el 73% de Portugal o el 6,6% de Suecia, el 5% de Dinamarca o el 7% de Islandia.

La vicepresidenta de la Asociación Galega de Matronas, Benita Martínez, opinó que "a veces, la hacen porque se tiene prisa, otras porque se tiene miedo de que el bebé esté más tiempo dentro; otras, por costumbre porque hay profesionales que no cambian la manera de hacer las cosas. Si se le va a hacer a una mujer, hay que pedirle permiso. No estamos con una oveja".

Francisca Fernández, abogada de El Parto es Nuestro, criticó que "es muy grave que jueces no condenen que no se informe a una mujer de que le van a hacer una episiotomía. 

Hay una resolución reciente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, recurrida, en la que el juez apunta que la decisión de cortar los genitales es del médico, lo que choca contra la Ley de Autonomía del Paciente. No me imagino que le corten los genitales a un señor sin su consentimiento. Mi clienta galleta estuvo privada dos años de relaciones sexuales y le quedó la cicatriz retráctil. Al juez, no le importó el daño causado a la mujer en la vagina, pero mostró estupor cuando el marido dijo que había estado privado dos años de coitos. Esto es misoginia y machismo.Hemos recurrido al Constitucional para que se pronuncie sobre esta violación de derechos básicos".



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