Cánoves, psicóloga clínica de la Unidad de enfermedades Infecciosas del Hospital General de Valencia, ha presentado en el XII Congreso Nacional sobre el Sida, que se celebra en Valencia, los resultados de este estudio, en el que se analiza la situación psicológica, la calidad de vida y el cumplimiento terapéutico en un grupo de 40 pacientes tratados en distintos Hospitales de Valencia. Para ello, se toman datos de estas variables al inicio del tratamiento y en la semana 12 (punto álgido del tratamiento y sus efectos)
De este modo, el trabajo pretende analizar las repercusiones psicológicas y en calidad de vida de los pacientes co-infectados por el VIH y el VHC, y valora los efectos beneficiosos del apoyo psicológico durante el tratamiento.
Al respecto, Cánoves explicó que la presencia de la doble infección en pacientes en tratamiento antirretroviral, implica compatibilizar éste con el tratamiento con Interferon más Ribaviria. "Este último es eficaz para erradicar el virus de la Hepatitis C, pero por contra puede producir alteraciones de conducta como ansiedad o depresión", constató.
Por ello, expuso que dadas las características del tratamiento, muchos pacientes se plantean abandonar, pese a que esta medicación es necesaria para "evitar problemas graves (fibrosis, cirrosis....) que suponen amenazas para la vida". "De hecho en un paciente coinfectado VIH-VHC, es más problemática la Hepatitis C que el propio VIH", resaltó.
No obstante, las conclusiones del estudio indican que el apoyo emocional proporcionado, consigue "fidelizar a los pacientes en el cumplimiento simultáneo de ambos tratamientos, proporciona mayor control emocional y mantiene los parámetros de calidad de vida".
"Es especialmente importante que los pacientes sigan correctamente el tratamiento contra la Hepatitis C, ya que pese a su dureza, hay posibilidades de éxito", apostilló.
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