De la lipodistrofia, y de otras muchas cuestiones relacionadas con la lucha contra el sida, se va a hablar este jueves en Murcia con motivo de las III Jornadas de divulgación de la Asociación Murciana de VIH (Amuvih). Pacientes, médicos y otros profesionales abordarán la discriminación que todavía sufren estos enfermos.
«Mucha gente siente que se le cierran puertas en el mercado laboral si acude a pedir un trabajo con una lipodistrofia evidente en el rostro, porque por desgracia el sida aún genera rechazo», explica Dolores Alegría, presidenta de Amuvih.
Afortunadamente, la mejora en los antirretrovirales ha eliminado efectos secundarios, y muchos pacientes ya no sufren este problema de pérdida de grasa. Pero enfermos con muchos años de tratamiento a rastras sí continúan pasando por el quirófano, siempre en clínicas privadas en el caso de Murcia. «Son tratamientos caros, de unos 4.000 euros -subraya José Fernández Quero, gerente de Cesida- y no todo el mundo puede asumir ese coste».
El Ministerio de Sanidad se ha comprometido a coordinar con las comunidades autónomas la inclusión en la cartera de servicios de la sanidad pública de esta cirugía, aunque a través de programas similares a los ensayos clínicos, porque todavía no está del todo claro qué tratamientos son más efectivos. Los pacientes pasarían tres años bajo estudio para comprobar los resultados de las intervenciones y si es necesaria una segunda operación
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