La mutilación genital femenina incluye todos los procedimientos que, de forma intencional, y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos. Estas prácticas que se realizan sobre el cuerpo de las mujeres o de las niñas no producen ningún tipo de beneficio a la salud, sino que más bien tienen graves consecuencias tanto físicas como psíquicas en quienes lo sufren. En este sentido, la MGF es una manifestación de la violencia y la desigualdad de género, basada en una serie de convicciones y percepciones profundamente arraigadas en las estructuras sociales, económicas, políticas y, en algunas ocasiones, religiosas, de algunas comunidades.
sábado, 10 de febrero de 2018
6 de febrero Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina
En España,
17000 niñas están en riesgo de sufrir la mutilación genital femenina
“Es
importante tener muy claro que esta práctica es una forma de violencia de
género y que tiene que ver con una cultura y unos mandatos que están sobre el
cuerpo y la voluntad de las mujeres” afirma Luisa Antolín.
En la
actualidad, alrededor de 200 millones de mujeres han sufrido mutilación genital
femenina (MGF) y se prevé que más de 63 millones habrán sido sometidas para el
año 2050. Esto supone que 3 millones de jóvenes sufren esta práctica al año.
Aunque esta costumbre tradicionalmente ha sido puesta en uso en países de
África, Oriente Medio y Asia, en España, aproximadamente 17.000 niñas están en
riesgo de padecer esta vejación.
La mutilación genital femenina incluye todos los procedimientos que, de forma intencional, y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos. Estas prácticas que se realizan sobre el cuerpo de las mujeres o de las niñas no producen ningún tipo de beneficio a la salud, sino que más bien tienen graves consecuencias tanto físicas como psíquicas en quienes lo sufren. En este sentido, la MGF es una manifestación de la violencia y la desigualdad de género, basada en una serie de convicciones y percepciones profundamente arraigadas en las estructuras sociales, económicas, políticas y, en algunas ocasiones, religiosas, de algunas comunidades.
Los
procedimientos de la mutilación genital femenina se practican en la mayoría de
los casos en la infancia, entre el momento de la lactancia y adolescencia, pero
también puede darse en el momento de edad adulta de la mujer.
Los
factores por los que se lleva a cabo difieren dependiendo de la región o del
país en el que se hallen, aunque también puede depender de la época. Sin
embargo, la mayoría casi siempre responden a una mezcla de factores
socioculturales vehiculados por las familias o por las comunidades. La MGF está
asociada a una tradición cultural, argumento que se utiliza muy a menudo para
mantener su práctica. Al tener un carácter de convención social, esta costumbre
tiende a perpetuarse por la presión de adaptarse a lo que hacen los demás y a
lo que se ha venido haciendo tradicionalmente. Las estructuras locales de poder
y autoridad, como los líderes comunitarios y religiosos, las personas
encargadas tradicionalmente de la práctica de la mutilación e incluso parte del
personal médico autóctono, contribuyen en algunos casos al mantenimiento de la
práctica.
Más tarde,
la Declaración y Plataforma de Acción de Pekín, que surgió de la Cuarta
Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1995, contenía una condena clara a la MGF
como forma de violencia contra la mujer, y afirmaba el deber de los estados de
tomar medidas para reducir este tipo de violencia.
Asimismo,
la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño fue el primer documento
vinculante que trata las prácticas tradicionales perniciosas como una violación
de los derechos humanos y obliga a los gobiernos a adoptar todas las medidas
legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger
al niño y la niña.
Además, la
Organización Mundial de la Salud, desde hace tiempo hace aborda la mutilación
genital desde la perspectiva del derecho que las mujeres y las niñas tienen a
disfrutar del más alto grado de salud.
Perspectiva
nacional
Según los
datos que proporciona la Fundación Wassu- UAB, en un informe que realiza cada 4
años sobre la situación de las mujeres y niñas con riesgo de ser sometidas a
una mutilación genital, informa que en el año 2016 unas 18.400 niñas están en
riesgo de sufrir esta aberración que urge erradicar. Estas posibles víctimas de
tal vejación son menores de 14 años, residentes en el territorio nacional pero
originarias de países que ponen aún esta práctica, como es el caso de Burkina
Faso, Guinea o Mali.
Esta
Fundación elaboró un mapa que mostraba la distribución territorial de la
población femenina de origen MGF.
Un tercio
de la población del grupo de nacionalidades en las que se practica la
mutilación genital femenina reside en Cataluña con más de 70.000 residentes. La
proporción aumenta hasta el 36,6% cuando se analiza exclusivamente el grupo de
la población femenina menor de 15 años. Andalucía es el segundo territorio con
más población de estas nacionalidades, aunque la Comunidad de Madrid le supera
en número de mujeres y de niñas. La Comunidad Valenciana, Aragón, Canarias,
País Vasco e Islas Baleares son el resto de regiones con más de 10.000 personas
de este grupo de nacionalidades. Por provincias, la de Barcelona es la que
alberga más personas, casi 40.000; seguida de Madrid, unos 25.000; y Girona,
Valencia, Almería, Lleida y Baleares, con más de 10.000.
Hay zonas
donde la proporción es pequeña aún pero creciente, como en el caso de Asturias,
con 64 niñas en riesgo pero cuya población-diana se ha multiplicado por cinco
en cuatro años; el País Vasco, Cantabria y Castilla La Mancha, que han
triplicado el número; o Murcia, Baleares y Galicia, que lo han duplicado.
Desde el
año 2015 y como consecuencia de un aumento de las mujeres con riesgo de padecer
MGF, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad creó un protocolo
estatal de Actuación del Sistema Nacional de Salud. Este protocolo tenía como
objetivo fundamental constituirse como una herramienta básica para la
sensibilización y formación de profesionales en la lucha contra la MGF. Además,
buscaba orientar actuaciones homogéneas en el conjunto del Sistema Nacional de
Salud que permitan mejorar la salubridad de las mujeres y niñas a las que se ha
practicado la mutilación genital femenina en su país de origen. También quería
trabajar en la prevención y detección del riesgo de su práctica en niñas que,
por su contexto familiar, están en una situación de especial vulnerabilidad.
Finalmente, este protocolo debía buscar el compromiso de las mujeres y niñas afectadas,
así como de sus familiares y comunidades que lleven a la persecución de un
cambio en la percepción de estas prácticas.
Sin
embargo, el protocolo no ha sido llevado a cabo de la forma correcta ya que
numerosas organizaciones denunciaban la falta de atención y trabajo por parte
del ministerio. Por ejemplo, la organización de Médicos del Mundo criticó la
falta de competencia llevada a cabo por el Gobierno y la falta de aplicación de
las medidas propuestas a nivel nacional. Como consecuencia se produjo el
desarrollo de diferentes protocolos de actuación en distintas comunidades
autónomas de España. Entre todas ellas, cabe destacar el realizado por
Cataluña.
Pese a que
el protocolo de la Generalitat fuera el primero en implantarse en el año 2002 y
sirviera como modelo de referencia para el que creó Ministerio de Sanidad, más
tarde fue modificado y desarrollado. Este defiende una “respuesta integral” a
través de la “meditación comunitaria” en las familias y la “formación” de los y
las profesionales. De esta manera, cabe destacar tres niveles de actuación:
prevención, la detección y atención. Asimismo, la Generalitat tiene como piedra
angular la firma de un documento donde los padres y las madres se comprometen a
garantizar la integridad de sus hijas cuando viajan a sus países de origen,
donde la ablación es una práctica común. Como consecuencia las someten a una
revisión médica antes y después del viaje para cerciorarse de que no haya sido
sometida a ningún tipo de práctica que vulnere los derechos de las mujeres o de
las niñas.
No
obstante, este también ha sido criticado por asociaciones y organizaciones ya
que consideran que hay una carencia de prevención y hace un mayor hincapié en
el peso que tienen las fuerzas de seguridad. Según Luisa Antolín, responsable
técnica de los programas “Promoción de la Salud Sexual” y “Prevención e
Intervención ante la Mutilación Genital Femenina” de UNAF considera que “el
protocolo está encriptado porque está más enfocado a una criminalización y pone
mucho peso en el papel de las fuerzas de seguridad y no siempre eso tiene unas
consecuencias positivas porque al final lo que se crea es miedo y eso
invisibiliza la realidad, o puede invisibilizarlo y es un tema complicado”.
Otra
medida recientemente tomada ha sido el “Programa Académico Multisectorial para
Prevenir y Combatir la Mutilación Genital Femenina” llevado a cabo por el
Observatorio de Igualdad de Género de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Es un proyecto que ha sido cofinanciado por la Comisión Europea y liderado por
el Observatorio de Igualdad de Género de URJC, y ha contado con la
participación de la Vrije Universiteit de Bruselas, la Universidad Roma Tre, el
ISCTE-IUL de Portugal y la Fundación Wassu-UAB.
Este
programa es un proyecto innovador que tiene como fin sensibilizar, formar y
capacitar a futuras y futuros profesionales en contacto con posibles víctimas
de la mutilación genital femenina en Europa. Para ello, un equipo
pluridisciplinar de profesorado y personal ha desarrollado una Guía de Formación
académica Multisectorial que está disponible en 6 idiomas diferentes y se trata
de un manual académico con múltiples perspectivas que está destinado a
desarrollar un pensamiento crítico, sensible al género y a la cultura en torno
a la MGF. Según Laura Nuño, Directora del Observatorio de Igualdad de Género,
“el objetivo de la guía es introducir la formación en MGF en los curriculums
académico en las universidades, y está destinado a formar tanto al alumnado
como al profesorado, ya que el problema es que los profesionales no tienen
formación, como por ejemplo el personal sanitario, los abogados y abogadas,
antropólogos...”
Esta
formación, sistematizada en la Guía interactiva de formación académica sobre
MGF –de libre acceso- se ha insertado en los planes de estudio de los grados de
medicina, enfermería, educación, trabajo social, derecho, criminología,
antropología, estudios de género, comunicación y relaciones internacionales,
entre otros. “Tenemos una primera parte formada por dos capítulos considerados
introductorios y luego los sectoriales, de ciencias de la salud y ginecología,
género, antropología, derecho, comunicación, aspectos relacionados con la
psicología. Además luego tiene 7 capítulos específicos y especialmente
diseñados con un perfil profesional y profesionalizante para esos colectivos especiales”,
afirma Laura Nuño.
Asimismo
Nuño considera fundamental la educación e implantación de cursos en los
institutos que traten acerca de la violencia de género y así establecer un
conocimiento base en las futuras generaciones. “A lo mejor en un instituto
hablar de la genitalidad no es el mejor sitio, sobre todo si no has implantado
el armazón previo que es jerarquía sexual y violencia de género, porque la
mutilación genital femenina es una práctica dentro de la violencia de género.
De tal forma, cuando las personas lleguen a la universidad pueden profundizar
en algunos aspectos que tengan que ver con temas más concretos dentro de la violencia
de género” afirma Laura.
El
Proyecto MAP-FGM ha obtenido el primer premio de la Conferencia de Rectores de
las Universidades Españolas (CRUE) sobre la contribución de la universidad al
logro de la Quinta Meta de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Además, en la actualidad más de 6000 estudiantes se han formado para prevenir
la Mutilación Genital Femenina gracias a esta guía impartida por el
Observatorio de Igualdad de Género de la Universidad Rey Juan Carlos.
Actos
contra la MGF
Con motivo
del Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina
se llevarán a cabo diferentes actos con los que las organizaciones pretenden
seguir concienciando a la sociedad y mostrar el gran porcentaje de mujeres y
niñas que aún siguen estando en riesgo de ser sometidas a tal atrocidad.
Entre
ellos destaca la VII Jornada Contra la Mutilación Genital Femenina, llevada a
cabo por UNAF con la colaboración del Área de Gobierno de Políticas de Género y
Diversidad del Ayuntamiento de Madrid. Este encuentro apunta a ser un espacio
que quiere profundizar en la relación de la MGF con otras formas de violencia
de género además de visibilizar la cooperación y coordinación entre países de
origen y residencia como estrategia de prevención y abandono de esta práctica.
Para ello, esta jornada contará con la intervención de diferentes ponencias que
trataran este problema a través de diferentes puntos de vista. Este encuentro
se celebrará el próximo de 6 de febrero en el salón de actos del ayuntamiento
de Madrid.
El
Proyecto ESPERANZA Adoratrices lanza la campaña “Sembrar Igualdad y Derechos”
para tomar conciencia de que la Mutilación Genital Femenina (MGF) supone una
grave violación de derechos humanos y una forma de violencia contra la mujer,
con implicaciones sanitarias y psicosociales y afecta a muchas de las mujeres
migrantes y víctimas de trata que se encuentran en España.
Asimismo,
el próximo 13 de febrero, la ONG Mundo Cooperante ofrecerá una charla sobre la
práctica que afecta a más de 140 millones de niñas y mujeres en el mundo y es
reconocida como la violación de los derechos. Este encuentro se celebrará en el
Espacio de Igualdad María Zambrano.
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