miércoles, 11 de octubre de 2017
Las leyes restrictivas sobre el aborto no reducen su número, alerta la OMS
Restringir el acceso al aborto no reduce el número de
los que se llevan a cabo y tiene como consecuencia aumentar este tipo de
intervenciones en condiciones inseguras, según un estudio divulgado hoy por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Guttmacher.
"En países donde el aborto está completamente
prohibido o sólo se permite para salvar la vida de la madre o preservar su
salud física, sólo uno de cada cuatro abortos se hace de forma segura",
asegura la publicación.
"Los abortos inseguros son más comunes en
lugares donde las leyes son más restrictivas", aseguró en una rueda de
prensa la autora principal del estudio y experta de la OMS, Bela Ganatra.
Sobre la decisión de Irlanda de someter a referéndum
si mantiene o no la prohibición del aborto -salvo en casos en que la vida de la
madre peligra-, la especialista reconoció que este país tiene una de las
legislaciones más restrictivas en la materia.
"Prefiero no especular sobre el camino que
tomará Irlanda, pero esperamos que cada país haga posible el acceso al aborto
seguro y la OMS está dispuesta a apoyar esto con la evidencia (científica) que
haga falta", comentó.
Agregó que "la tecnología para efectuar un
aborto seguro está disponible, es una intervención de la atención primaria de
salud y algo que se puede hacer como parte de un cobertura sanitaria universal,
pero a pesar de ello los abortos inseguros persisten".
El estudio, en el que por primera vez se distingue
entre los abortos inseguros creando las subcategorías de abortos "menos
seguros" y "más inseguros", estima que anualmente se registran
55,7 millones de interrupciones voluntarias del embarazo en el mundo.
De manera general, en los países donde el aborto es
legal, prácticamente nueve de cada diez se hacen de forma segura.
Por regiones, 4,3 millones de abortos se practican
cada año en Europa, de los que un 88 por ciento son seguros.
La situación es muy distinta en las regiones en
desarrollo, con 34,5 millones de abortos en Asia, de los que el 62 % son
seguros, una situación que empeora en los casos de Latinoamérica, con 6,4
millones de abortos y un porcentaje del 23 % seguros, mientras que en África se
efectúan 6,8 millones, el 24 % en condiciones seguras, en particular en países
del sur de este continente.
En África más de la mitad de todos los abortos se
realizan en las peores condiciones posibles, lo que aumenta el riesgo de
complicaciones graves y de muerte.
En cambio, las mujeres latinoamericanas que deciden
abortar recurren en gran medida a un medicamento (misoprostol) que utilizan por
su cuenta, lo que hace que se le considere como abortos "menos
seguros".
Ello a pesar que se trata de un método seguro y
recomendado por la OMS, pero siempre y cuando sea administrado por personal
médico.
Sobre las consecuencias en general del aborto en las
mujeres, Ganatra mencionó como las más graves la muerte y las complicaciones
que requieren una hospitalización, pero también el riesgo de estigma social y
de maltrato por parte del personal sanitario.
En los casos más extremos, en países donde el aborto
está prohibido, la mujer puede ser procesada y llevada a la cárcel.
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