domingo, 19 de febrero de 2017

Padres, hijos y sexo: cómo normalizar el tabú

Aunque nos cueste hablar del tema, la educación sexual en casa es necesaria para evitar relaciones tempranas, embarazos no deseados o enfermedades

En países como Suecia, la educación sexual forma parte del currículo académico de los estudiantes desde 1955 y es impartida en el aula desde que los niños tienen 11 años. En España ni siquiera está reglada, por lo que al margen de unos escasos, y a todas luces insuficientes, contenidos en ciencias, esta queda al libre albedrío de la dirección de cada centro educativo. Si a esto unimos que para muchos padres aún supone un tabú hablar de sexo con sus hijos, muchos niños y adolescentes acaban aprendiendo ideas erróneas a través de sus únicas fuentes, sus amigos y lo que encuentran en Internet. Las consecuencias, relaciones sexuales demasiado tempranas, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, relaciones desiguales... ¿Cómo podemos evitarlo?

“La educación sexual debería ser una asignatura transversal durante toda la educación, como ya ocurre en otros países de Europa”, afirma Diana Sánchez, psicóloga y sexóloga, que afirma no entender por qué en nuestro país no pasa lo mismo “cuando existen aún un alto número de chicas con embarazos no deseados”. En ese sentido, como apunta Nayara Malnero, sexóloga y autora de Sexperimentando, las estadísticas demuestran cómo los países que ofrecen una educación sexual reglada a sus jóvenes presentan “índices de embarazos no deseados y tasas de infecciones más bajas. También una edad de la primera relación sexual más alta”.

Ante esta ausencia de educación sexual en la escuela, adquiere más importancia si cabe el entorno familiar, que, como recuerda Malnero, debería ser “siempre el primer pilar básico” de información, aunque tuviésemos un sistema educativo puntero en la materia. El problema es que por regla general las familias nunca encuentran el “momento adecuado” para abordar el tema y solo cuando la urgencia apremia lo hacen, pero “entonces es que ya es demasiado tarde”. Para Diana Sánchez, el principal hándicap es que carecemos de una educación sexual “formal, normalizada y que forme parte de nuestra vida como algo que no es un tabú”. El ejemplo, según la sexóloga, lo encontramos cada día en miles de hogares, cuando nuestros hijos hacen referencia a sus genitales: “Los mencionamos con palabras inventadas, como si diera miedo o fuese algo malo hablar de ellos. Si partimos de ahí, cualquier otro tipo de información va a ser todavía más difícil de dar”, añade.
Normalizar lo normal

“La charla sobre sexo sencillamente es innecesaria y poco efectiva”, afirma tajante Nayara Malnero, que recomienda aprovechar “claves contextuales”. Según la sexóloga, vivimos en un mundo en el que “por desgracia todo está hipersexualizado”, algo que, por otra parte, nos abre infinidad de puertas a los padres. "Podemos comenzar la conversación con cualquier cosa como excusa: una canción, una serie, un anuncio", para a partir de ahí, con normalidad, lanzar preguntas como ¿tú qué opinas?, ¿tu qué sabes sobre eso? o ¿te gustaría saber más?, que “nos abrirán las puertas”, como lo puede hacer también “comenzar dando una opinión en la que incluimos información que consideremos importante” para los menores.

Su opinión la secunda Diana Sánchez, que añade que desde que el bebé nace “es un ser sexual”, de forma que cuando le cambiamos pañales, le alimentamos o le acariciamos “le estamos dando seguridad en su propio cuerpo”. Desde muy pequeños se abre por tanto la “oportunidad” de abordar la sexualidad con ellos, adaptando por supuesto la información “a cada edad y con un lenguaje apropiado y sencillo”. De esta forma, según la experta, el sexo “no será un tabú, sino una realidad más de sus vidas”.

Para Nayara Malnero, “resulta bastante difícil” que un niño afronte el sexo con naturalidad si en casa es un tema tabú, aunque matiza que “los padres no somos los únicos agentes educadores, menos aún hoy en día con Internet”. También hace referencia a la influencia de la Red Diana Sánchez, que destaca la importancia de enseñar a nuestros hijos que si buscan información por otros medios y por su cuenta, esta sea “contrastada y realista”. Al final, como afirma la psicóloga, llegará un momento en que posiblemente nuestros hijos consulten más sobre el particular en Internet y con sus iguales, “pero si ya hemos hablado con ellos antes, si conocen el tema, les habremos proporcionado una base para toda la vida”.

Beneficios de educar en sexualidad

Recuerda la autora de Sexperimentando que la educación sexual “no es hablar solamente del acto sexual en sí”, sino que también es hacerlo de relaciones igualitarias, ética o autoconocimiento, aspectos que “nos hacen falta desde que nacemos hasta que morimos”. Por tanto, corrobora Diana Sánchez, no se trataría de educarles en sexualidad como unos contenidos sin más: “Creo que estamos sembrando semillas para que el día de mañana sean capaces de decir “no”, de respetar al prójimo, y cuando empiecen a tener relaciones sexuales en las que se incluyan prácticas de riesgo, aprendan a cuidarse y protegerse de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual”.

Añade Nayara Malnero que romper el tabú del sexo con los hijos hace que nos tengan presentes y que recurran a nosotros si nos necesitan: “Es una pena ver a los chicos y chicas desesperados cuando tienen un problema relacionado con lo sexual y sienten que no pueden recurrir a sus padres”, explica. Además, suma otro beneficio, y es que hablar de sexo nos permite aportar “nuestras opiniones, ética y valores familiares, que de otro modo no van a ser transmitidos”. Por último, recuerda que el hecho de que un niño no reciba educación sexual “es violar un derecho humano fundamental”, como así lo incluía en 2010, dentro del derecho a la educación, el costarricense Vernor Muñoz Villalobos, por aquel entonces Relator Especial sobre el Derecho a la Educación de Naciones Unidas.

¿Y qué hacer si aun conociendo todos estos beneficios, somos incapaces de abordar el tema por lo instaurado que tenemos el tabú en nuestra vida? La sexóloga Diana Sánchez anima a los padres a “acudir a cursos sobre este tema, que además muchas veces son gratuitos”. También a indagar en la bibliografía infantil, ya que existen cuentos adecuados para las distintas edades para abordar la sexualidad “desde una perspectiva más lúdica y sencilla”. Por último, en el caso de que realmente exista “un gran bloqueo con el tema”, señala a la figura del psicólogo del centro escolar de sus hijos, “que puede ayudar en esta tarea”.

Nayara Malnero, por su parte, explica que lo más importante es “mantener la calma”. Luego recuerda a los padres que no están solos, ya que hoy en día tienen a su disposición “una gran cantidad de herramientas que les pueden ayudar, como Internet, películas, libros o incluso profesionales que les pueden sacar de dudas”. Eso sí, para la sexóloga lo más importante es tener siempre en cuenta y presente un principio: “La clave no está en saber de todo ni en sentirse cómodo hablando de todo, sino en estar ahí y brindar espacio al diálogo”.


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