lunes, 26 de marzo de 2018
2010 ABORTO LIBRE: LA MUJER DECIDE
Isabel
Serrano: "Contar con el permiso paterno no disminuye el aborto, lo retrasa
y lo hace más peligroso"
Como
ginecóloga, feminista y miembro de la Federación de Planificación Familiar
Estatal, Isabel Serrano siempre ha estado al frente de cualquier ataque contra
la libertad de la mujer a decidir ser o no madre. Durante años ha concienciado
con su trabajo sobre la educación sexual, los métodos anticonceptivos y sobre
el derecho al aborto con todas las garantías. Recordamos con ella qué aportó a
las mujeres españolas los cambios del año 2010.
¿Desde la
primera ley del aborto hasta ese año 2010 qué veía que estaba mal aún?
Las cosas
funcionaban porque ante leyes restrictivas la gente busca resquicios. Se
atendía en las clínicas privadas en base a los supuestos de grave riesgo para
la salud física y psíquica de la mujer pero había importantes obstáculos. Por
un lado era absurdo tener que camuflar el derecho a decidir cuándo ser (o no
ser) madre bajo el sinsentido de catalogar a las mujeres como "enfermas
mentales". Por otro, era injusto que muchas mujeres, precisamente las más
pobres y vulnerables, las que no sabían dónde acudir y sentían miedo ante algo
que creían ilegal, o no tenían medios económicos para costeárselo, pusieran en
riesgo su vida retrasando lo que, en condiciones normales, podrían resolver
tempranamente.
En su
práctica como ginecóloga, ¿qué realidad era la que veía y vivía con las mujeres
que querían abortar y no podían integrarse en los supuestos de la ley del 85?.
Había un
problema muy especial con las más jóvenes, las que tenían 16 y 17 años, porque
era imprescindible contar con permiso materno y paterno y en determinadas
situaciones, precisamente para las que vivían en peores condiciones, no era
posible. Se daba la paradoja, por ejemplo de que una joven que ya tenía un
hijo/a, si se veía en la necesidad de abortar antes de los 18, tenía que pedir
permiso. Aquellas deficiencias hacían que mujeres, jóvenes y adultas, optaran
por acudir a personas no cualificadas que de manera casera y peligrosa les
provocaban un aborto. Aunque al principio de la ley de 1985, y antes, muchas
mujeres españolas iban a abortar a Inglaterra, Holanda o Francia, con el drama
añadido que ello suponía, con el paso del tiempo eran muy pocas la que viajaban
al extranjero para abortar.
Los
cambios que se realizaron en 2010 qué supusieron, porque muchos no estuvieron
exentos de críticas políticas e ideológicas.
La crítica
ideológica y religiosa siempre ha existido y existirá pero en aquellos años el
país avanzó mucho en derechos civiles, ciudadanos, y también en derechos
sexuales y reproductivos. La mayoría creía que vivíamos en una gran hipocresía
y que no podía ser que según el estatus social o económico o la Comunidad donde
se viviera, para algunas mujeres fuera relativamente fácil y para otras
tremendamente difícil. La ley consiguió visibilizar la discriminatoria
situación que vivían las mujeres, reconocerlas como beneficiarias de derechos
fundamentales, disminuir barreras de acceso por motivos económicos, sociales o
de lugar de residencia y favorecer una mayor implicación de los servicios
públicos de salud. El otro gran beneficio de la ley es que estableció cauces
para hacer efectivas medidas de educación sexual y acceso a métodos
anticonceptivos, incluidos a la píldora del día después, única forma de
prevenir los embarazos no deseados que son los que terminan en aborto
voluntario.
Algunos
colectivos decían que esos cambios producirían más abortos, ¿cuál fue la
realidad?
Pensar eso
es creer que las mujeres actúan irresponsablemente, por capricho, y
considerarlas inmaduras para decidir libremente. También decían que las mujeres
iban a utilizar el aborto en lugar de anticonceptivos y nada de eso ha sido
verdad. Las cifras son claras: la interrupción voluntaria del embarazo está
disminuyendo de manera progresiva siendo la tasa (número de abortos por 1000
mujeres en edad fértil) de 2016 el 10,36, la menor de los últimos 10 años.
"La
interrupción voluntaria del embarazo está disminuyendo de manera
progresiva"
Uno de los
puntos más críticos fue también la posibilidad de que las mujeres con 16 o 17
años pudiesen abortar sin el permiso paterno. ¿Para el colectivo feminista fue
uno de los puntos por donde más les atacaban?.
A los
sectores más conservadores siempre les ha dado mucho miedo que las personas,
sobre todo si son jóvenes, mujeres, o con alguna discapacidad, pudieran
disfrutar de una sexualidad placentera y elegir sobre su capacidad
reproductiva. Por eso, insistían en la autorización expresa de los padres. Se
manipuló la realidad porque la ley de 2010, considerada limitada para una parte
del movimiento feminista, establecía que estas adolescentes tenían que informar
a sus padres pero que, en caso de grave conflicto intrafamiliar, ese requisito
podía salvarse. En el tiempo en que estuvo vigente no hubo ningún problema: la
inmensa mayoría de ellas contó con el apoyo de sus padres informados y fue una
medida muy positiva para quienes no podían contar con ellos. Ha sido un gran
retroceso que el gobierno volviera en ese punto a la ley de 1985. La obligación
de contar con el permiso paterno no disminuye el aborto, simplemente lo retrasa
y lo hace más peligroso.
¿Qué sigue
quedando pendiente sobre el aborto en España?
Primero
desandar lo que el Partido Popular cambió respecto a las jóvenes de 16 y 17
años ¡bastante problema es ya verse obligada a abortar y no tener padres en los
que apoyarse! Después, reducir las desigualdades territoriales que aún
persisten: en algunas Comunidades el circuito para acceder a un aborto, el
acceso al aborto farmacológico o conseguir métodos de prevención es mucho más
fácil que en otras. También está pendiente, en mi opinión, una mayor
implicación del sistema sanitario público. Aunque ha mejorado habría que
conseguir que cada mujer que se enfrenta a un aborto sea atendida en su propia
Comunidad y pueda elegir no solo el método, quirúrgico o farmacológico, éste
último hasta las 7-9 semanas, sino también el hospital o centros sanitario
donde desee ser atendida.
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