martes, 11 de abril de 2017
Suecia propone indemnizar a 800 transexuales esterilizados de forma forzosa
Las víctimas sufrieron cirugías irreversibles para
obtener una reasignación de género entre 1972 y 2013.
“Mi
doctor me miró fijamente a los ojos y me amenazó: ‘Si intentas tener hijos, no
podrás ser una mujer nunca”. Aleksa Lundberg, una transexual sueca de 35 años,
tuvo que pasar por una esterilización forzosa para poder acceder a un cambio de
identidad de género. La actriz empezó el tratamiento hormonal a los 17 años y
para los 21 ya estaba castrada. “Quería vivir mi vida y tener un DNI que me
representara así que no tuve elección”, dice al otro lado del teléfono. Admite
que en aquel entonces no llegó a asimilar del todo que no podría tener hijos
jamás.
Padres, pero no genéticos
Suecia propone indemnizar a 800 transexuales
esterilizados de forma forzosa Cuando ella es él y él es ella.
El Gobierno sueco ha propuesto una ley para
garantizar una indemnización de 23.500 euros a las personas que fueron
esterilizadas forzosamente para conseguir una reasignación de identidad de
género. Hasta 800 transexuales se sometieron a cirugías irreversibles de
castración para acceder al cambio entre 1972 y 2013. También se les prohibía
congelar óvulos o esperma para que no se reprodujeran tras el cambio de sexo.
Era una condición que, si se llegaban a saltar, podía paralizar el proceso. La
ley provenía de una antigua ordenanza de 1941, que ya en los setenta el
Gobierno consideraba obsoleta. Aun así, tuvieron que pasar 41 años para que
fuera reconsiderada. El ministro de Salud, Gabriel Wikstrom, ha afirmado que
“la esterilización como condición” para un cambio de sexo “es una concepción
que se distancia de la sociedad actual”.
En 2009 el Consejo Europeo pidió a todos los países
miembros que abolieran el requisito de someterse a una esterilización para
lograr un cambio legal de género. Sin embargo, en Suecia continuaron hasta el 1
de julio de 2013. Ese cambio incluye un nuevo nombre en el registro civil,
pasaporte y número de la Seguridad Social. Suecia tiene una oscura historia de
esterilizaciones forzadas por motivos de limpieza étnica, que afectaba
principalmente a la población gitana, por inestabilidad mental o, simplemente,
si la administración consideraba que una mujer tenía demasiados hijos. Cerca de
63.000 personas fueron esterilizadas de forma forzosa entre 1935 y 1975, según
un informe del Estado publicado en el 2000 citado por Reuters.
La indemnización no es suficiente para la Federación
Sueca para los Derechos del colectivo LGTBQ (RFSL por sus siglas en sueco).
Pese a que el daño físico y moral de las víctimas es irreversible, piden al
Estado que la indemnización sea de 300.000 coronas (31.400 euros). “Para poder
perdonarles en mi corazón, necesitaría una indemnización digna y unas
disculpas”, dice Aleksa. Finlandia, Suiza y Grecia todavía exigen a las
personas transexuales que se esterilicen para poder realizar el cambio, según
Transgender Europe.
Aunque nadie le ha pedido perdón, Aleksa aún espera
un gesto que le permita reconciliarse con “un Estado sistemáticamente
discriminatorio”. Mientras llega, continúa con su vida. Anoche se metió en la
piel del Kung Cristina (El Rey Cristina) en el Strindberg, un céntrico teatro
de Estocolmo. El Parlamento debe ahora analizar y debatir la propuesta de ley presentada
por el Gobierno, liderado por los socialdemócratas y apoyado por los verdes.
Aleksa fue la primera persona trans en Suecia en
terminar una formación teatral en la universidad. “Tuve que presentarme mil
veces hasta que conseguí que me admitieran”, se lamenta. Cuando salió de la
universidad de Gotemburgo le costó conseguir papeles que no la encasillaran.
Para sortear los prejuicios de la industria del cine por su condición de
transexual, decidió producir sus propios shows. “Soy actriz, puedo interpretar
a una roca”, dice entre risas. Ha tenido pequeños papeles en películas
comerciales y, desde otoño de 2016, tiene un espectáculo llamado ‘Seré libre’.
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