viernes, 12 de agosto de 2016
Las personas intersexuales exigen no ser tratadas como enfermas ni operadas por motivos estéticos
España desconoce cuántos bebés nacen al año sin
encajar en la asignación tradicional del sexo: "La cuestión está muy
verde", aseguran los afectados.
Sus reivindicaciones principales son la
despatologización y la prohibición de la cirugía genital en los recién nacidos.
"Consideramos que la cirugía es una mutilación
porque es invasiva con el cuerpo, el interesado no decide y se produce por
motivos estéticos", apunta un activista.
"A los 11 años me di cuenta de que había algo
diferente en mi cuerpo, fue en una clase de Conocimiento del Medio en la que
hablamos sobre órganos sexuales", cuenta Olga Fernández. Debido a una
afección conocida como hiperplasia suprarrenal congénita nació con genitales
ambiguos. "Hace apenas un año, a raíz de aprender inglés y buscar
información sobre esta condición, descubrí lo que era ser intersexual y los
diferentes tipos que hay", añade.
En ese momento, esta joven de 25 años se dio cuenta
de que era intersexual. Según define Human Rights Watch, estas personas
"nacen con características sexuales que no encajan con las nociones
binarias típicas de los cuerpos masculinos o femeninos".
Aunque este colectivo se encuentra bajo el paraguas
de las siglas LGTBI, en España muy pocas asociaciones cuentan con activistas
intersexuales. A pesar de esta situación de invisibilidad, sus reivindicaciones
han comenzado a estar recogidas en leyes regionales contra la LGTBIfobia. La
Comunidad de Madrid y las Islas Baleares han sido las pioneras. La normativa
madrileña de identidad y expresión de género e igualdad social y la insular
contra la LGTBIfobia recogen las dos demandas principales de las organizaciones
internacionales interesexuales: la despatologización y la prohibición de la
cirugía genital en los bebés, por motivos que no estén relacionados con la
salud.
"Actualmente, estas regiones están al mismo
nivel que Malta y Chile, los únicos países del mundo que han prohibido la
mutilación genital de personas intersexuales", indica el jurista Daniel J.
García, especializado en intersexualidad y autor del libro Sobre el derecho de
los hermafroditas (ed. Melusina).
"Cuando nace el bebé los médicos te dicen que
hay que operar de urgencia para determinar el sexo y educarle hacia él",
apunta Lola Pujante, presidenta de la Asociación Española de Hiperplasia
Suprarrenal Congénita. "Consideramos que la operación es una mutilación
porque es una cirugía invasiva con el cuerpo, el afectado no toma la decisión y
se produce por motivos estéticos. Consiste en feminizar o masculinizar (los
genitales). Es una intervención consentida (por los progenitores) entre
comillas, ¿cómo puedes consentir algo sobre lo que desconoces sus
consecuencias?", indica José Cabrera miembro de la FELGTB (Federación
estatal de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) y de la asociación LGTBI
Algarabía.
En busca de una ley estatal
Por su parte, la doctora Laura Audí, investigadora
del grupo de Endocrinología Pediátrica del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR),
asegura que esta situación está cambiando. "Es un tema controvertido, en
pediatría durante muchos años se ha tendido a realizar cirugías correctoras
precoces", añade. Los colectivos abogan por una ley estatal que equipare
en todo el país los protocolos cuando los médicos detectan que ha nacido un
bebé intersexual. "Si gobierna el PP vemos complicado sacar una ley que
recoja todas las reivindicaciones", añade Uge Sangil, vocal de Educación
de la FELGTB.
Los afectados abogan por esperar, dejar crecer y
evolucionar al bebé, y que sea él el que decida con qué género se identifica.
Lola Pujante tomó esa decisión cuando dio a luz a su hija. "Toda mi
preocupación era no equivocarme. ¿Cómo voy a operar a una nena y que luego se
sienta un niño? Si eso llegaba a pasar, tenía muy claro que le habría
fastidiado su vida", añade.
A Olga le hubiese gustado que sus padres tomasen esa
decisión cuando nació: "Estoy segura de que si hubiesen respetado mi
cuerpo como era, las sensaciones serían mucho mayores, no deja de ser una
ablación parcial. Y no pienso que el hecho de tener genitales ambiguos acarree
problemas, siempre y cuando los padres lo sepan llevar como algo normal y
transmitirlo al niño y a la sociedad".
¿Cómo se origina la intersexualidad?
La intersexualidad tiene más de 40 causas y se
origina a raíz de "una etapa distinta en el desarrollo fetal de los
afectados en comparación con la mayoría de las personas", según explica
Laura Audí. "La base de la biología plantea que hay un sexo masculino y
otro femenino, y estos se basan en el sexo genético, en el sexo de la gónada y
en el de los genitales. En las personas intersexuales se producen discordancias
entre estos tres factores. Por ejemplo, el sexo genético puede ser masculino
pero la gónada es un ovario o una cosa disgenética, que no es nada, y el sexo
de los genitales es femenino. Hay muchas posibilidades", añade Audí.
¿Cómo se determina el género de un bebé en estos
casos? "Los médicos intentamos aclarar el sexo genético, las gónadas qué
tiene y su función. En base a eso intentamos discutir con los padres a qué
género se va a adecuar mejor en su crianza", añade.
No en todos los casos son visibles los rasgos de la
intersexualidad. "Tras el parto me dijeron que había dado a luz a un varón
con un micropene, sin testículos. Sin embargo, era una niña tenía con una
hiperplasia de la forma clásica severa. Sus gónadas eran femeninas, tenía
ovarios y la vagina estaba unida a la uretra", recuerda Lola.
En España no existen datos sobre el número de bebés
intersexuales que nacen cada año. "Se puede hacer una estimación, pero es
engañosa. Si se aplican los datos de Estados Unidos al contexto español, serían
250 nacimiento al año. Entre el 10% y el 20% de los casos son operados al
nacer", reseña Daniel J. García.
Los colectivos internacionales, como la Organización
Internacional de Intersexualidad, aseguran que las cirugías que se realizan a
los bebés y que no están amparadas por motivos de salud pueden tener, en
algunos casos, graves consecuencias en su futuro como la pérdida de
sensibilidad en los genitales, esterilización y precipitación a la hora de
adjudicar un género a un bebé. Entre el 8,5% y el 20% de estos menores rechazan
el género que le asignaron al nacer, según datos de un estudio publicado en la
revista Nature y elaborado por investigadores brasileños.
Por su parte, la doctora Audí afirma que "sí que
es posible" llegar a conseguir una cirugía genital que garantice la
sensibilidad y deja constancia de la dificultad que tienen muchos padres a la
hora de tomar la decisión sobre la operación. Ellos son los que tienen la
última palabra, si los doctores les proponen una cirugía genital, tendrán que
decidir si la autorizan. "Les crea unos problemas tremendos, a veces los
padres no apoyan tener una niña que no parece una niña", reseña.
Cuando los progenitores se enfrentan a ese dilema,
comienzan a buscar información en internet y en ese momento descubren que no
existen muchos colectivos a los que puedan consultar. Actualmente solo hay dos:
Grapsia, un grupo de apoya a las personas afectadas por el síndrome de
insensibilidad a los andrógenos, y la organización que dirige Pujante.
"En España estamos todavía muy verdes en este
tema", asegura la presidenta de la asociación de hiperplasia suprarrenal
congénita que incide en el hecho de que ni los progenitores ni los niños
reciben un acompañamiento psicológico una vez que han salido del hospital. La
ley insular sí que recoge la elaboración de una estrategia de actuación que
incluirá esta atención psicológica.
72 horas para tomar una decisión
A la presión de hacer frente esa situación, se añade
la urgencia a la hora de tomar una decisión sobre el género del recién nacido
ya en el plazo de 72 horas tiene que estar inscrito en el registro civil, el
plazo se puede alargar hasta 10 días si hay problemas con la documentación.
"Es posible que en ese tiempo no se haya podido aclarar. Luego se puede
cambiar el género, pero crea dificultades porque hay que pasar por un juez y es
él quién toma la decisión", apunta Audí.
El jurista Daniel J. García aboga por la eliminación
de esa casilla en el DNI para que las personas intersexuales puedan crecer sin
tener que hacer frente a los errores que se pueden cometer debido a las prisas.
"Así cuentan con tiempo para ver cómo evoluciona el niño, para preguntar a
los padres y tomar una decisión", explica. Alemania aprobó para estos
casos la creación de una tercera casilla, una decisión criticada por los
colectivos afectados ya que aseguran que vulnera su privacidad.
Etiquetas:
derechos sexuales,
transexualidad
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