viernes, 15 de septiembre de 2017
El 15% de las consultas que se realizan en el Centro de Orientación Familiar son de menores de 20 años
A diferencia de los distintos servicios del Sergas,
el Centro de Orientación Familiar funciona como la Atención Primaria. No es
necesaria la derivación y gracias a un convenio entre Ayuntamiento y Xunta.
A diferencia de los distintos servicios del Sergas,
el Centro de Orientación Familiar funciona como la Atención Primaria. No es
necesaria la derivación y gracias a un convenio entre Ayuntamiento y Xunta, no
se le cierra la puerta a nadie. Independientemente de que los usuarios tengan o
no cartilla de la Seguridad Social, especialistas como Xosé Vidal le dan
cobertura a mujeres transeúntes, a inmigrantes o simplemente a los abonados a
un seguro privado: “Nunca lle imos a cobrar ás persoas nin sequera polas
probas”, afirma.
Ese carácter abierto es básico para que el paciente
no titubee y acuda. Y aunque no dejan de asistir a nadie, el médico señala que
tampoco son una unidad de urgencias al uso.
Aquí vienen en busca de la píldora postcoital, demandan
el aborto, para el que se hace una ecografía que mida el tiempo de embarazo o
vienen con problemas derivados del DIU: “Pero se veñen cun cólico, derivámolas
ao Materno Infantil”.
Siempre fueron el cobijo médico de adolescentes que
evitan al especialista de familia por ser conocido: “Aquí non damos ningún tipo
de notificación sobre as visitas que recibimos”, una condición clave, por otro
lado, para que la gente vaya y pregunte y en consecuencia se esquiven
enfermedades de transmisión sexual, que vuelven a aumentar tras las campañas de
los años 80 y 90.
Para Xosé, en la actualidad se aplica otra forma de
entender la salud a la de entonces, en la que lo que primó fue promover hábitos
en vez de paliar patologías como está ocurriendo hoy: “Os enfermos de sida xa
non toman 20 pastillas diarias e os mozos pasan de todo porque saben que xa non
morren diso”. Apenas hay actividades de prevención en el sistema sanitario a no
ser iniciativas que vienen por parte de ayuntamientos o alguna subvención.
En este sentido, el COF de Orillamar trabaja con
distintas ONGs, que captan a personas sin recursos que son atendidas a través
de programas muy minoritarios como el que se dirige a las prostitutas, a las
que les realizan revisiones y análisis que confirmen o no contagios: “Veñen por
tempadas, cando captan xente”, pero las mafias las mueven de sitio. Aún así,
asegura que muchas acaban regresando desde los nuevos destinos.
Los recortes también se llevaron por delante las
tardes de los jóvenes, reservadas a despejar dudas sobre la educación sexual y
eliminar los temores propios de los que nunca han tenido relaciones. El médico
afirma que la supresión de las sesiones hizo disminuir la media de edad de los
que pasan por la consulta: “Se bajó del 20 al 12%”.
Sin embargo, la promoción del Centro de Orientación
Familiar en los últimos dos años provocó una subida al 15% actual: “Antes
cubríamos a demanda ata Fisterra e para min os adolescentes teñen que ser
prioritarios”.
En Orillamar, la plantilla se compone de dos
ginecólogos, dos matronas y un auxiliar de enfermería, pertenecientes todos al
Sergas. Del Ayuntamiento, están un psicólogo, un trabajador social y tres
administrativos.
Vidal recuerda que ellos se hacen cargo desde hace
tres años de las consultas ginecológicas del COF de O Ventorrillo: “Poñemos e
retiramos dius, facemos controis postabortos e receitamos o aborto
farmacolóxico e lamentablemente pasamos de ser un centro de atención primaria a
un asistencial”. Vidal se queja de no hay tiempo para realizar más programas de
este tipo.
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