sábado, 19 de octubre de 2019

El duelo por aborto

El sufrir un aborto, tanto si se trata de uno espontáneo, terapéutico como inducido, es una experiencia traumática, y por lo tanto se convierte en una pérdida que precisa ser elaborada.
El día 15 de Octubre se celebró el Día internacional de la Muerte Perinatal. Hablamos de la muerte  perinatal como aquella que sucede durante el embarazo o a las pocas horas o días de nacer el bebé. La OMS define como muerte perinatal aquella pérdida de un bebé que se produce desde la semana 22 de gestación hasta los primeros siete días de vida.
 2.600.000 de bebés mueren en el embarazo o a los pocos días antes de nacer. En España son alrededor de  1.000 familias anuales las que han de pasar por este duro  trance donde no hay un protocolo sanitario que incluya apoyo psicológico para esta pérdida tan difícil y a la vez tan silenciada, donde estos bebés no son reconocidos como tal por el Estado, ya que no aparecen en el Libro de Familia.
Mi idea en esta entrada es visibilizar el duelo por aborto, independientemente de si es o no perinatal. Esto lo hago  debido a que mi experencia profesional me dice que puede ser igual de traumático para la familia, independientemente de la semana de gestación en la que se encuentre la madre.
Un duelo es un proceso psicológico que necesita realizar la persona que ha vivido una pérdida significativa. Esto es fundamental para reorganizarse e integrar lo que ha ocurrido en su vida. Por tanto, ante un aborto siempre va a ser  necesario elaborar el duelo.
El problema es que cuando hablamos de duelo por un aborto hemos de tener en cuenta que se trata de un duelo no autorizado o negado socialmente.
Por duelos no autorizados entendemos esos procesos de duelos a los que socialmente no se les da un espacio, o que parece que van a tener una rápida recuperación y por ello parece que no tienen derecho a ser llorados (cuando fallece un padre o una madre a edad muy avanzada, o el caso de los/as abuelos/as, el fallecimiento de una pareja cuya relación no era admitida, la muerte de un familiar que no es de primer grado o con el que no había buena relación…etc.).
El duelo ante un aborto espontáneo temprano e incluso perinatal entra dentro de esta categoría. El entorno no suele dar el apoyo necesario porque no saben qué decir y/o además de existir una tendencia a trivializarlo. Por ello es vivido por la doliente con muchos sentimientos de soledad e incomprensión.
Mensajes como: “si no ha seguido hacia adelante es porque no tenía que nacer”, “tranquila, eres joven y ya tendrás más”, “mejor ahora que estás de pocas semanas que después de varios meses”,”mira el lado positivo, eso es que puedes tener hijos”…etc.
Un duelo por un aborto suele estar marcado por una gran sensación de vacío: se ha de despedir a alguien a quien no se ha visto y de quien, no obstante, ya se sabía todo. A eso hay que añadir la frustración que implica el  haberse preparado para dar la bienvenida a un bebé que finalmente no llegará. Entender esto, es clave para afrontar un duelo por aborto si eres la madre o el padre y para brindar apoyo si eres alguien allegado a los padres.
Los abortos  además de complicaciones médicas, conllevan una serie de sentimientos, emociones y necesidades psicológicas ya que la madre se desborda de sentimientos como dudas, miedo, ansiedad y culpabilidad.
Se suele dar un shock inicial como reacción aguda. Muchas mujeres se hacen preguntas y muestran cierta necesidad de hallar una explicación más allá de la información médica y sobre todo la necesidad de experimentar emocionalmente el proceso de duelo que la mayoría de las veces les viene denegado:la normalización emocional del suceso por parte del entorno tanto familiar (que intenta distraer de ese duelo) como sanitario (son muchas las mujeres que hacen referencia a la frialdad de los profesionales sanitarios/as).
Consecuencias emocionales
Para la mayoría de las mujeres, la interrupción de un embarazo (de forma voluntaria o no) independientemente de la semana de gestación, es un evento estresante en su vida.
No es inusual experimentar una amplia gama de respuestas psicológicas y emocionales. Algunas mujeres pueden sentirse aliviadas por haber tomado la decisión idónea y haber tomado medidas para resolver una situación difícil, mientras que otras pueden experimentar una serie de emociones negativas. La culpa y el arrepentimiento son muy poderosos y a menudo son sentimientos que se malinterpretan. La culpa es el sentimiento que resulta cuando una persona cree que ha hecho algo malo. Mientras que el arrepentimiento es el deseo de cambiar algo que ya ha ocurrido.
Cualquier pérdida de embarazo llevará a una interrupción del ciclo hormonal. Los sentimientos negativos que ocurren después de una interrupción planificada pueden deberse al menos en parte a cambios hormonales, que son similares a los que ocurren después de una pérdida de embarazo no planeada.
De acuerdo con la American Pregnancy Association, los sentimientos negativos comunes incluyen:
Culpa especialmente en la madre, por sentir que no supo ejercer un buen rol de cuidadora.
Enfado y sentimientos de injusticia.
Sentimientos de humillación.
Remordimiento o arrepentimiento.
Pérdida de la autoestima o de la confianza en sí misma, relacionada con sentimientos de fracaso e inferioridad con respecto a otras madres.
Sentimientos de aislamiento y soledad.
Sentimientos de rechazo hacia otras madres, porque inevitablemente se comparan con ellas.
Problemas de sueño y pesadillas.
Problemas de relación.
Pensamientos de suicidio. Si se presentan pensamientos suicidas o daño autoinfligido, la persona debe buscar ayuda de forma urgente.
El aborto es una experiencia a menudo traumática y difícil de afrontar tanto para el padre como para la madre. Los dos deben prestar atención a los sentimientos de tristeza y dolor que puedan sentir durante y después de la experiencia, compartir miedos y acercarse.
Normalmente, los mensajes de ayuda y apoyo se centran en la madre, pero no hay que olvidar que el padre también siente el dolor y, por tanto, tiene la necesidad de superar el aborto. El duelo deben pasarlo los dos miembros de la pareja, ya que este acontecimiento doloroso hace que aumente la posibilidad de ruptura tras lo sucedido. Estar unidos en ese momento reforzará los lazos y ayudará a afrontar la situación. Si cada uno se guarda el dolor para sí mismo, se puede crear lejanía entre los miembros de la pareja.
La mayoría de las veces el padre siente que ha de afrontar la pérdida en solitario y con cierta inhibición de la expresión emocional: el desbordamiento de la tristeza de su pareja, el predominio del enfado sobre la culpa, el escaso interés que se le suele dedicar asistencialmente, (viéndole como a un mero acompañante) y su diferente ritmo y manera de afrontamiento del aborto, puede desembocar en conflictos de pareja
Tareas que ayudan en aborto espontáneo:
En los casos de abortos espontáneos o terapéuticos, no es aconsejable buscar otro embarazo como una forma de borrar lo que ha pasado. Es más sano reconocer la pérdida y llorarla, y sólo después de ello, abrirse a otros/as hijos/as si se desea, que han de tener su propio sitio en la familia, no como una forma de suplir al que se ha perdido. Si ya se había pensado en un nombre, no deberían ponerle el mismo al siguiente hijo/a que nazca.
Escribir un diario al bebé, hacer una caja con patucos, manualidades, las ecografías con sus fechas… y guardarla como símbolo, homenaje y testimonio de su existencia.
Hacer rituales relacionados con el día de su fallecimiento o cumpleaños… Y ponerle nombre para incorporarlo como un miembro más de la familia “no nacido”.
Hablar mucho de todo lo que se ha perdido: las expectativas sobre este hijo, el futuro planeado, proyectos en familia…
Expresar todos los sentimientos que aparecen, aunque sean políticamente incorrectos. Hacerlo en un entorno de seguridad que pueda comprenderlo.
Ver el feto para poder hacer una despedida puede ser importante para aceptar ese duelo hacer, incluso hacer rituales lo más parecidos a un entierro y a un funeral.
Tareas que ayudan en aborto provocado:
Este duelo además de no autorizado es un duelo secreto que impide a la mujer expresarlo porque “ella tomó la elección” y hay un castigo que ella misma se autoimpone.
Estas mujeres deben autorizarse a elaborar su duelo a pesar de su decisión. Este secreto silencioso pesa demasiado y el dolor aumenta con cada nuevo duelo que aparece en su vida. Bastante difícil fue ya esa decisión (que quizás hubo de tomar sola y sin apoyo de nadie). Por eso el perdón y la aceptación son fundamentales en este duelo.
Es importante no olvidar que la pérdida de un bebé en cualquier situación es un duelo que la mujer no olvida nunca.

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