viernes, 3 de abril de 2020

Los implantes anticonceptivos siguen sin triunfar entre las mujeres

Qué son los implantes anticonceptivos y cómo pueden ayudarte
Conoce en qué consiste el implante anticonceptivo.
Los implantes anticonceptivos son una solución a largo plazo, aunque no son adecuados para todas las mujeres.
En un mundo cada vez más sexualizado, en el que se mide hasta el tiempo que debe durar una relación sexual, los implantes anticonceptivos son relativamente desconocidos para muchas mujeres y muy poco utilizados en España: según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) relativos a 2018, tan solo un uno por ciento de ellas los utiliza. Esta realidad se une al hecho de que los millennials empiezan a mirar con peores ojos las píldoras anticonceptivas.
Sin embargo, se trata de una opción anticonceptiva a largo plazo que puede resultar más cómoda y adecuada para algunas mujeres, aunque, como ocurre con todos los métodos hormonales, presenta ciertas contraindicaciones y riesgos. Puede utilizarse durante tres años: pasado ese tiempo, deberá reemplazare para no perder eficacia. 
¿Qué es un implante anticonceptivo?
Un implante anticonceptivo es una varilla plástica flexible del pequeño tamaño que se inserta bajo la piel y se coloca en la parte superior del brazo. Su eficacia se basa en la liberación de una dosis pequeña pero estable de una hormona progestacional (gestágeno), lo que provoca que el moco cervical sea más espeso y que el revestimiento del útero (endometrio) se afine, dificultando el paso a los espermatozoides. Este método anticonceptivo también suelen inhibir la ovulación, y es totalmente reversible.
Sus ventajas pasan por permitir un control de la natalidad a largo plazo (hasta tres años de duración, aunque conviene realizar revisiones periódicas), cómodo y sin los inconvenientes de tener que mantener un control diario o mensual (con el riesgo de olvido que ello implica). Además, si su usuaria decidiera intentar quedarse embarazada, la fertilidad vuelve de forma rápida una vez retirado el implante (lo que se puede hacer en cualquier momento). Este tipo de control de natalidad no contiene estrógeno.
¿Cuándo no usar implantes anticonceptivos?
Los implantes anticonceptivos no son adecuados para todas las mujeres: están contraindicados cuando hayan existido hemorragias genitales anormales sin un diagnóstico claro, cuando se padece o se haya padecido cáncer de mama (o existen antecedentes familiares), en caso de alergia a alguno de los componentes del implante, o cuando existan o hayan existido coágulos de sangre graves o riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular (esto último aplicable en general a las pastillas anticonceptivas, ya que éstas contienen el mismo elemento que los implantes). 
Es también recomendable informar a nuestro médico de posibles antecedentes de reacciones alérgicas a anestésicos o antisépticos, depresión, diabetes, enfermedad de la vesícula biliar, presión arterial alta, colesterol o triglicéridos alto, convulsiones o epilepsia.
Además, es importante saber que algunos medicamentos pueden influir en la eficacia de este método anticonceptivo, como es el caso de los llamados fármacos inductores encimáticos (algunos antiepilépticos, antituberculosos, un tipo de tratamiento para las infecciones por hongos y ciertos antiretrovirales). Los antibióticos generales, por otro lado, no afectan a su eficacia.
Más allá de ello, se trata de un método muy eficaz, de un 99 por ciento. Del mismo modo, tal y como ocurre con cualquier método anticonceptivo que no sea de barrera, el implante anticonceptivo no protege contra infecciones de transmisión sexual.
¿Qué efectos secundarios existen?
Los efectos secundarios asociados con los implantes anticonceptivos son los siguientes:
Disminución o aumento del acné
Dolor abdominal o de espalda
Aumento del riesgo de presentar quistes ováricos no cancerosos
Cambios en el patrón de sangrado vaginal, que incluyen la ausencia del período menstrual (amenorrea) y, durante los primeros meses, un posible manchado leve prolongado en el tiempo
Disminución del deseo sexual
Mareos
Dolores de cabeza
Leve resistencia a la insulina
Cambios de humor y depresión
Náuseas o malestar estomacal
Posibles interacciones con otros medicamentos
Dolor en las mamas
Inflamación o sequedad vaginal
Aumento de peso
Además, es conveniente consultar a tu ginecólogo si detectas bultos mamarios; sangrado vaginal abundante y prolongado; síntomas de coágulos de sangre en las piernas; síntomas de ictericia; síntomas de infección en el lugar de inserción, como sensibilidad, enrojecimiento, inflamación o secreciones; o síntomas de embarazo.

No hay comentarios: