lunes, 10 de junio de 2019

Por qué el porno no genera 'manadas', pero sí altera la idea adolescente del sexo

Las declaraciones sobre la regulación del porno de la diputada socialista Andrea Fernández reabren el debate sobre la relación entre su consumo y la violencia sexual
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La han llamado "neomonja", "inquisidora" y "puritana". 
Han hecho referencias desdeñosas a su vida sexual. 
A Andrea Fernández, diputada socialista de 26 años, le han dicho de todo en la hoguera de las vanidades que es Twitter en las últimas 48 horas. La razón: las declaraciones que realizó este lunes sobre la pornografía. "Ahí se educan las manadas", dijo a El Español, en referencia a la cuadrilla condenada por abusos sexuales cometidos en los sanfermines de 2016. La joven política cree que el porno debe ser regulado y que, sobre todo, debe de dejar de ser un tema tabú.Los defensores de su argumentario aplaudieron su coraje por censurar una actividad que, según ella, "está basada mayoritariamente en la violencia y en las agresiones hacia las mujeres" y que es consumida cada vez por chicos más jóvenes. Al otro lado del ring de las redes sociales, sus críticos, que consideran que no hay evidencias científicas que sostengan la relación entre porno y violencia.
En realidad, el porno siempre ha estado ahí, pero es cierto que la escala ha cambiado. Su acceso se ha democratizado. Si hace 25 años el consumo juvenil --salvo que sus padres estuvieran abonados a Canal + y lo vieran a escondidas la madrugada de los viernes-- no pasaba de un tráfico furtivo en el instituto de cintas de cintas y revistas, hoy el porno está a solo un clic. La oferta: miles de vídeos gratuitos en el móvil de los adolescentes. Según el portal de esta industria Pornhub, España es el país número 13 en consumo de porno digital.
Fernández mantiene lo dicho pero, en conversación con Papel, matiza el titular que se ha hecho viral. "No creo que el porno genere comportamientos violentos, pero sí considero que es sintomático de la falta de educación sexual", asegura. "Hay que hacer una reflexión sobre cómo muchos niños tienen al porno como principal referente. En este asunto soy abolicionista, que no es lo mismo que prohibicionista".Con sus palabras, la diputada se refiere al adolescente que llega al porno antes que a su sexualidad. Es el denominado pornonativo, una figura genuina del siglo XXI que popularizaron Martha Zein y Analía Iglesias en su ensayo Lo que esconde el agujero del porno (Editorial Catarata). Para esta generación el porno habría dejado de ser una simple ficción e impacta directamente en su percepción de su propia sexualidad.
CULPABILIZAR A LA PORNOGRAFÍA DE LAS CARENCIAS Y LA VIOLENCIA DE LA SOCIEDAD YA LO HICIERON NIXON Y REAGAN HACE DÉCADAS
IVÁN ROTELLA, SEXÓLOGO
"Su postura es valiente y necesaria", dice, en defensa de la diputada, Jorge Gutiérrez, director de desarrollo de Dale Una Vuelta, asociación que trata a adictos al porno y promueve una sexualidad asertiva y respetuosa. "La pornografía potencia la agresión sexual. ¿Por qué? Aunque sea ficción, genera conductas y patrones de comportamiento si se consume con frecuencia". Gutiérrez apoya su argumento en un estudio sobre el consumo de porno publicado en la revista científica Journal of Communication en 2015. "Hay una relación clara entre el consumo de pornografía y las conductas violentas", sostiene el experto. 
"Puede que éste no sea causa, hay otras más importantes, pero si existe relación".
En este sentido, las legislaciones de los países de nuestro entorno avanzan a ritmos tan pausados como la española. La principal novedad en este ámbito se produjo en julio del año pasado cuando Reino Unido prohibió con controles de verificación el acceso al porno de menores de edad.
Sin embargo, para el sexólogo Iván Rotella el debate regulador es cortoplacista. Según él, es la falta de educación sexual, y no la pornografía, lo que genera comportamientos violento. Si se enseña a los más jóvenes a tratar a la otra persona con respeto, en las emociones y en el funcionamiento de una sexualidad propia y ajena, el porno quedaría desarmado. 
Según este experto, la educación sexual es una cuestión de bienestar social, no sólo de salud. Si no se invierte en ella -advierte- vamos a volver el porno más atractivo, por esa peligrosidad atrayente que le atribuimos. 
"Culpabilizar a la pornografía de las carencias y la violencia de la sociedad ya lo hicieron Nixon y Reagan hace décadas y se demostró que era un sinsentido", asegura.

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