lunes, 18 de febrero de 2019

Por qué los hombres están complicando los tratamientos de fertilidad

El deterioro en la calidad del semen observado en las últimas décadas no sólo está aumentando el número de parejas que necesitan recurrir a tratamientos de fertilidad para cumplir su deseo de ser padres sino la complejidad de los tratamientos.
Así se desprende de una investigación liderada por IVI (el Instituto Valenciano de Infertilidad) en la que se ha examinado el semen de cerca de 120.000 hombres tratados en sus clínicas y en la que se ha detectado un importante deterioro en el recuento de espermatozoides móviles (TMSC), el parámetro más importante para predecir la probabilidad de lograr un embarazo.
Hoy la mitad de los casos atendidos en las clínicas de reproducción asistida están relacionados con infertilidad masculina y, según los investigadores del IVI, el perfil de estos varones infértiles empeora año a año debido a la peor calidad del semen, que hace que cada vez sean más los que necesitan tratamiento y que se tengan que emplear técnicas más invasivas para satisfacer su deseo reproductivo.
El estudio, liderado por Ashley Tiegs, muestra que entre las parejas atendidas por IVI la proporción de hombres con riesgo de requerir tratamiento de fertilidad para poder ser padres ha crecido un 9% en poco más de una década, pasando del 12,4% en 2004 a un 21,3% en 2017. “Se trata de la muestra más grande de estudio hasta la fecha, lo cual dota a este trabajo de un notable peso específico”, justifica el doctor Nicolás Garrido, director de la Fundación IVI y coautor del estudio.
La infertilidad masculina está detrás de la mitad de casos atendidos en reproducción asistida
Y explica que el descenso en la calidad seminal detectado tiene un efecto evidente en la fertilidad masculina y complica la reproducción porque “obliga a hacer uso de tratamientos más complejos” que los que se hacían hace una o dos décadas para cumplir el deseo reproductivo de las personas que acuden sus centros.
Durante su investigación, la doctora Tiegs dividió los datos obtenidos en tres grupos: hombres con un TMSC mayor de quince millones de espermatozoides –que en principio no requieren tratamiento de fertilidad–, hombres entre cinco y quince millones –en riesgo de necesitar tratamientos de fertilidad considerados menores, como la inseminación artificial–, y hombres con TMSC entre cero y cinco millones, que para lograr un embarazo podrían necesitar una fecundación in vitro, posiblemente con inyección intracitoplásmica de esperma, según los especialistas.
Fumar figura entre los factores que perjudican la calidad del semen
Y dos de cada diez de los casos analizados corresponden a estos dos últimos grupos que requieren tratamiento, detectándose un significativo aumento de los que requieren las soluciones más complejas a medida que pasan los años.
Lo que los autores de la investigación no tienen claro es qué está causando ese deterioro del semen no sólo en la población en general sino también entre quienes ya tenían problemas de fertilidad. Garrido argumenta que la principal hipótesis es que la pérdida de calidad seminal obedece a múltiples factores, tanto ambientales –exposición a disruptores endocrinos, a tóxicos ambientales en casa y en el trabajo...– como relacionados con la salud o los hábitos de vida, como fumar, la ingesta de alcohol, el estrés o el sedentarismo...
Los tóxicos ambientales, el estrés, fumar, ingerir alcohol o el sedentarismo afectan a la calidad del semen”
“Existen muchas investigaciones sobre los efectos adversos del estilo de vida tóxico y la exposición constante a influencias ambientales negativas sobre la calidad de los espermatozoides, pero aún no se sabe con exactitud cómo de nocivos son estos factores, en qué proporción influyen, por lo que se hace obligatorio un estudio más preciso” sobre cómo afectan esos factores al esperma, concluye Garrido.

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