miércoles, 5 de septiembre de 2018

Una nueva ecuación para frenar el VIH

Las personas con virus indetectable no lo transmiten, pero el condón protege contra otras infecciones
Seropositivo controlado y sin transmitir el VIH
Prevenir la expansión del VIH es un objetivo de salud pública prioritario en el mundo. Y la principal medida es clara: no tener relaciones sexuales de riesgo. Hasta aquí, poca controversia. Pero los avances en la investigación del VIH han obligado a ir cambiando los mensajes.
Desde los ochenta hasta hace menos de 10 años, la clave de todas las estrategias de prevención tenían un protagonista: los preservativos. Eran la C de la expresión ABC. Y es que la A (abstención) y la B (de be faithful, sé fiel en inglés) quedaron un tanto marginadas después de intentos para imponerlas por delante del preservativo como el del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, apelando a los valores cristianos (protestantes en su caso), y los de sus socios occidentales encabezados por George H. Bush, el padre, condicionando las ayudas del fondo del presidente de EE UU para el sida a que se dedicara una parte del dinero a campañas en esos objetivos. Y es que la realidad se impuso: confiar en la castidad y la abstinencia no bastaba para frenar la pandemia.
Quedaban los condones, que, dijeran lo que dijeran los papas, tenían ventajas añadidas, como evitar otras enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados. De hecho, este periodista asistió a una conferencia contra el sida en Nairobi en 2003, y la imagen que más le chocó fue la de un par de religiosas en el puesto de una empresa de preservativos llenando sus bolsos de condones a dos manos. Los mensajes del Vaticano les quedaban muy lejos, y sus vecinos enfermos demasiado cerca.
Han pasado 15 años, y en la Conferencia Internacional sobre el Sida de finales de julio en Ámsterdam, la imagen fue muy distinta: activistas con camisetas con un escueto mensaje: U=U. En castellano sería I=I, y el mensaje es “Indetectable igual a Intransmisible”. La ecuación merece una explicación. Indetectable: se dice de la persona con VIH que tiene una concentración de virus en sangre tan baja que la analítica estándar de hace 15 años no conseguía ni siquiera localizarlo. Intransmisible: siendo la infección por VIH una enfermedad de transmisión sexual, cuando la cantidad de patógeno en la persona infectada es indetectable, no tiene, literalmente, patógenos que transmitir. Esta condición se adquiere gracias a la terapia antiviral, que consigue eliminar el VIH circulante de las personas.
Esta definición tiene varios corolarios. El primero: si una persona que tiene una cantidad de virus indetectable no puede transmitirlo, quien tenga relaciones con alguien indetectable no está en riesgo de adquirir la infección. Y uno segundo más impactante: si la persona indetectable no puede transmitir el virus, no hay peligro en tener relaciones con ella sin protección. Y aquí se vuelve al tema del uso del preservativo, la C de los ochenta.
¿Dejamos el uso de los condones entonces? Esta conclusión es arriesgada. Y nunca mejor dicho, porque de riesgos se trata: puede no hacer falta el preservativo para evitar la transmisión del VIH (siempre que el infectado esté indetectable). Pero sigue siendo necesario para evitar la sífilis, la clamidia, la gonorrea, la hepatitis C y otras infecciones de transmisión sexual, y, en relaciones heterosexuales, el embarazo. Así que, volviendo a la ecuación, I=I, por supuesto, pero conviene tener en cuenta la expresión (I=I)+C.

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