Las agrupaciones, que atienden a 2.000 personas al año, anuncian
que permanecerán en el piso de la calle Martínez Cubells hasta que les echen.
«De aquí no nos vamos. No nos echarán tan fácilmente». Así lo
aseguró ayer a Levante-EMV Amalia Alba, presidenta de Mujeres Progresistas, una
de las quince asociaciones que se dedican en un piso de la calle Martínez
Cubells de Valencia a dar apoyo a cerca de 2.000 mujeres al año que se
encuentran en situaciones discriminatorias. Ahora, la Conselleria de Bienestar
Social ha dejado de abonar el alquiler de esta sede.
Las asociaciones se niegan a abandonar la que ha sido su casa
durante casi tres décadas después de que la Dirección General de Familia y
Mujer les comunicara que, por razones económicas, no podía continuar haciéndose
cargo del arrendamiento. El primer anuncio se llevó a cabo el 5 de junio de
2012. Desde entonces, las mujeres han continuado batallando para que el momento
del desalojo no llegara.
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