jueves, 23 de septiembre de 2010

La vacunación contra el cáncer de cérvix cae a la mitad por la falta de información

Hace sólo un par de años se producía una verdadera revolución en cuestión de métodos preventivos. La vacuna contra el virus del cáncer de cuello de útero -el conocido como VPH- ya estaba dentro del sistema público y se prescribía de manera gratuita a todas las niñas de 14 años. Se habló de sus ventajas, los especialistas se volcaron con el nuevo fármaco y comenzó a aplicarse al mismo tiempo que empezaban las clases en los centros de salud de la provincia. Se hizo aprovisionamiento para vacunar a 6.786 adolescentes de manera voluntaria y previa cita en el ambulatorio. Finalmente la solicitó un 61% de ella (12.530 dosis administradas en tres tandas).
El balance fue considerado un éxito dada la novedad del producto, pero el interés o la incertidumbre por posibles efectos secundarios hicieron que el volumen cayera a la mitad en la siguiente remesa. De las 6.446 jóvenes que cumplieron los 14 en 2009, sólo se aplicaron a menos de 2.000 (unas 5.460 dosis en bloques de tres). Apenas un 30% del total, según los datos de la Consejería de Salud. A la vista de estos resultados los especialistas se muestran preocupados e insisten en la necesidad de mejorar la información. Tranquilizan a los padres y les advierten de que no se han dado efectos secundarios graves y sobre las ventajas de contar con este sistema de prevención que protege contra los tipos más agresivos, el 16 y el 18.
El doctor Blas Hervías, jefe de Ginecología del Hospital Puerta del Mar, es un férreo defensor de la vacuna. Explica que en los últimos años se ha disparado el número de casos de cáncer de cérvix por VPH y eso ha obligado a cambiar el propio trabajo de los especialistas. La situación es muy diferente y el ginecólogo insiste en que «a la hora de buscar enfermedades de transmisión sexual, es necesario centrarse en esta, fundamentalmente por las consecuencias que tiene».

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