Las mujeres con bajos niveles de deseo sexual como consecuencia de la menopausia tienen más probabilidades de estar deprimidas y sufrir síntomas físicos como dolores de espalda y problemas de memoria. A esta conclusión llegó un grupo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte Chapel Hill y Procter & Gamble Pharmaceuticals.
Estos investigadores señalan que los síntomas de esta pérdida de deseo, que afecta a entre el 9% y el 26% de las mujeres estadounidenses, pueden llegar a deteriorar el cuerpo y la mente de manera similar a como lo hacen algunas enfermedades crónicas como el asma, la artritis o la diabetes.
En este estudio, publicado en 'Value in Health' y recogido por otr/press, los investigadores entrevistaron telefónicamente a 1.189 mujeres posmenopaúsicas. Mediante el uso de encuestas de calidad de vida, los investigadores preguntaron a las mujeres sobre sus niveles de deseo sexual y sobre sus sentimientos de angustia o de bienestar físico y emocional. De estas encuestas, analizaron los efectos del trastorno del deseo sexual hipoactivo (HSDD), que afecta a entre el 9% y el 26% de las mujeres de Estados Unidos, en función de la edad de la mujer y su estado menopaúsico.
El trastorno del deseo sexual hipoactivo se define como la persistente falta de deseo sexual que causa estrés o dificultades en las relaciones interpersonales. El estudio encontrño que las mujeres con HSDD presentaban peor estado de salud y calidad de vida que aquellas mujeres que no sufren este trastorno. Concretamente, aquellas mujeres afectadas por el HSDD tienen más del doble de posibilidad de sufrir dolores de espalda, fatigas y problemas de memoria.
EXTRACCIÓN DE OVARIOS
Asimismo, los resultados mostraron que las mujeres con HSDD tenían más probabilidades de estar deprimidas y de expresar el descontento con sus vidas y sus parejas sexuales. El estudio demostró también que las mujeres menopáusicas a causa de una extracción de ovarios eran ligeramente más propensas a esta enfermedad que las mujeres que llegaron a la menopausia de forma natural.
Según los investigadores, este alto grado de deterioro físico y mental, como consecuencia del HSDD, es comparable con condiciones crónicas como la hipertensión, la diabetes, la artrosis y el asma."Nuestra investigación muestra que el HSDD es un problema clínicamente relevante y no una parte inevitable y normal del proceso de envejecimiento", explica Andrea K. Biddle, profesora asociada de política sanitaria de la UNC Gillings School of Global Public Health. "La mujer con este trastorno sufre cargas similares a las personas con graves enfermedades crónicas", añade.
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