lunes, 15 de abril de 2019

La educación sexual, una asignatura necesaria

No todas las páginas de índole sexual con las que se topan los menores tienen contenido negativo. Un sex shop como RedLights da buena cuenta de ello, pues valora mucho que la gente pueda comprar con conocimiento. No se limitan a ser un sex shop online que haga caja, sino que quieren llegar a una sociedad que consideran desinformada a través, por ejemplo, de su canal de Youtube, donde recibir muchos mensajes de suscriptores con dudas. Y, desde sus conocimientos como tienda erótica online, las aclaran.
La tecnología no debe ser vista como la enemiga, por supuesto. Tenemos el ejemplo de Sex Education, la serie de Netflix que ha cosechado tan buena acogida y donde se refleja bien el problema de la falta de educación sexual. Desde la presión por mantener relaciones cuanto antes a que una chica no sepa cómo decirle a su novio lo que le gusta, porque no lo sabe.
Ese motivación pedagógica les llevo a crear un apartado de educación sexual en su tienda online, desde donde hablan de sexualidad, dicen, “de una manera y divertida”. Qué profesionales pueden atender cada problema, cuáles son los principales derechos sexuales, cuestiones de anatomía genital masculina y femenina, prácticas sexuales, suelo pélvico o posturas son algunas de las cuestiones que abordan en su apartado de educación sexual.
El público objetivo o targetprincipal de compradores de RedLights no son jóvenes, sino adultos. Adultos que, sin embargo, arrastran dudas en materia de sexualidad desde que son niños y niñas porque nadie les ha enseñado cómo vivirla. Son conscientes de la necesidad, por ejemplo, de la necesidad de hacer pedagogía para una educación sexual inclusiva, de forma que todo su contenido loes, y tiene perspectiva de género. “No podemos hablar de sexualidad dejando de lado al colectivo LGTBIQ+ y sin las gafas lilas”, dicen.
Desde luego, la lucha por una sociedad informada e igualitaria en la que toda persona pueda expresarse libremente, sin tabúes ni violencia, no solo debería ser tarea de un sex shop como este.
Resulta paradójico que en el contexto hipersexualizado en el que nos desenvolvemos hoy día, y que tiene que ver con una conexión tecnológica permanente, haya tan poca y de tan baja calidad educación sexual. Los datos están ahí. Según un informe del proveedor de ciberseguridad BitDefender, recogido por medios como ABC, el 10% de los consumidores de porno online tienen menos de 10 años. Una investigación recogida en la International Journal of Developmental and Educational Psychology, por su parte, recoge que el 90% de los niños y el 70% de las niñas entre 13 y 14 años han accedido a porno al menos una vez en el año anterior, y un 35% ha visto porno online tantas veces que no se pueden contar.
La realidad es aplastante y sobrepasa, sobre todo, a aquellos padres que están plenamente convencidos de que sus hijos e hijas no forman parte de esa estadística. El sexo sigue siendo una cuestión tabú, simplemente no se asume que, desde la más tierna infancia, se siente curiosidad. Y lo cierto es que estamos programados para ello.
Abordar la educación sexual, la asignatura pendiente
Si la educación sexual es una asignatura pendiente es, entre otras cosas, porque los educadores se pasan la pelota unos a otros. El profesorado, por un lado, considera que la cuestión debe ser abordada en casa por tratarse de algo delicado, respetando así que padres y madres decidan en torno a la educación de sus hijos. Además, hay que considerar el gran número de colegios religiosos que se reparten por todo el territorio, en los que una educación sexual en determinados términos entra en choque directo con la doctrina religiosa que deben preservar.
Padres y madres, por su parte, también se suelen sentir sobrepasados ante la obviedad. Los expertos critican, de hecho, que un niño o niña de menos de 10 años disponga de aparatos tecnológicos con conexión libre antes de recibir una educación mínimamente suficiente.
Los sexólogos creen los diferentes actores que intervienen en la educación deberían remar en la misma dirección. La educación sexual debería ser una cuestión transversal y, de hecho, hay comunidades autónomas que lo abordan como tal. En Andalucía, por ejemplo, se trabaja con el Plan de Acción Tutorial, un documento que deben seguir centros públicos y concertados en el que se tratan aspectos englobados en los hábitos de vida saludables, la afectividad, la diversidad cultural y también la educación sexual.
Según los expertos, una buena educación sexual debe estar basada en la salud, el placer y la responsabilidad, dando la información apropiada según la edad del menor. Se debe considerar también la perspectiva de género, pues las mujeres han sufrido tradicionalmente la distinción hasta el punto de ni siquiera conocer su cuerpo. De hecho, se debe abordar en paralelo a un temas tan relevantes como la violencia de género o el acoso escolar.

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