lunes, 4 de agosto de 2014
Gallardón dice ahora que aprobará la ley del aborto antes de septiembre
El pulso en el Ejecutivo retrasa de nuevo la ley, que se deja
para agosto.
Nuevo retraso en la tramitación de la ley del aborto, una de las
más conflictivas políticamente para el Gobierno. “Yo creo que estoy en condiciones
de decirles que el proyecto se aprobará antes de que termine el verano”, dijo
este lunes el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, “pero el verano
termina en septiembre”, añadió tras participar en San Lorenzo de El Escorial en
un curso de verano de la Universidad Complutense. Esta coletilla implica que
con toda probabilidad esta norma ya no irá en julio, al contrario de lo que
estaba previsto. También es muy difícil que se apruebe el 1 de agosto, porque
ese día comparece Mariano Rajoy en rueda de prensa. Los nuevos cálculos llevan
al siguiente Consejo de Ministros, el 29 de agosto. Es un retraso importante
que complica las posibilidades de tramitación de la ley.
El ministro quería que entrara en el Congreso en julio para
poder concluir la tramitación antes de fin de año, algo que ahora se complica
aunque se podría lograr con mucha voluntad política y una tramitación exprés.
Si no se aprueba antes de que acabe el año, varios de los miembros del Gobierno
y dirigentes del PP consultados creen que la norma podría no llegar a aprobarse
en esta legislatura.
Después llega un año electoral, 2015, y ninguno de los barones
autonómicos y alcaldes, los más inquietos porque son los primeros en jugarse su
futuro político en las urnas, quiere que un asunto tan delicado interfiera en
la campaña electoral.
Plazos cambiados
El Gobierno ha ido dando distintas fechas para el envío y
aprobación del proyecto de reforma de la ley del aborto. En mayo pasado, por
ejemplo, el Ministerio de Justicia todavía estaba a la espera de recibir los
informes del Consejo de Estado, el Consejo General del Poder Judicial y el
Consejo Fiscal para poder llevar el proyecto al Consejo de Ministros. Su
intención, según fuentes del Gobierno, era enviarlo en cuanto le llegaran
aquellos documentos.
El Ejecutivo, que en junio pasado ya esperaba aprobar
definitivamente su proyecto después de recibir los informes, pretendía remitir
el texto al Congreso en el mes de julio.
El 27 de junio, el Gobierno planeaba llevar el proyecto al
Consejo de Ministros para que iniciara la tramitación parlamentaria. Un día
antes, sin embargo, se informó de que el envío se retrasaría una semana para
que así Gallardón pudiera anunciar la aprobación en un seminario internacional
por el derecho a la vida, que se celebraría el 3 y 4 de julio.
Gallardón afirmó, el pasado 9 de julio, que el ministerio tenía
la intención de presentar el documento en las Cortes Generales a finales de
este mes. “Nosotros pensamos que ese proyecto puede estar elaborado a lo largo
de este mes, esa es la intención del propio ministerio para que el Gobierno lo
presente ante las Cortes Generales como proyecto de ley”, expresó a Efe,
durante una entrevista.
El ministro volvió a decir este lunes que llevaría el proyecto
de reforma de la ley del aborto antes de que termine el verano, pero matizó que
“el verano termina en septiembre”.
De hecho la única vez que el Consejo de Ministros tramitó esta
norma, el 20 de diciembre de 2013, desató una tormenta entre los barones
autonómicos que se apaciguó con la promesa de dejar dormir la ley hasta después
de las elecciones europeas. Ahora que han pasado estos comicios el ministro
quería sacarla adelante antes de agosto, para acelerar los plazos. Pero el
pulso interno del Gobierno con esta norma, según coinciden varios miembros del
Ejecutivo y del PP, ha retrasado de nuevo su aprobación.
La ley del aborto fue aprobada en vísperas de las Navidades de
2013, para que pasara más desapercibida en las vacaciones estivales, y en un
Consejo de Ministros que no presidía Rajoy, sino Soraya Sáenz de Santamaría.
Pese a ese detalle, nada habitual, la vicepresidenta nunca defendió
públicamente la ley. Se limitó a decir que estaba tan cómoda con ella como con
otras normas del Gobierno. Pero fue Gallardón quien asumió todo el coste de su
defensa. Ahora se ha escuchado a todos los colectivos implicados y el Ejecutivo
busca una fórmula para suavizar el asunto del aborto por malformación del feto,
el más polémico, pero sin retirar otras cuestiones como el regreso al modelo de
supuestos que colocan a España muy por detrás de los países de su entorno con
ley de plazo como Francia, Italia o Alemania y la gran mayoría de la UE.
Algunos miembros del Gobierno hablan de un fuerte pulso entre
Gallardón y Sáenz de Santamaría sobre esta norma. Ambos los niegan. Lo cierto
es que el funcionamiento del Ejecutivo, siempre pendiente de la última palabra
de Rajoy, hace que sea el presidente el que toma las decisiones de este nivel.
Ni la ley del aborto pudo salir en diciembre sin el apoyo e impulso del presidente
ni el nuevo retraso se puede producir sin que él lo quiera. Él decidirá si sale
adelante y en qué terminos o si muere en el camino, lo que supondría un coste
político importante para Gallardón que ha defendido con ahínco su oportunidad.
La ley está ahora en La Moncloa y son Rajoy y Sáenz de Santamaría quienes
rematarán el texto antes de llevarlo al Consejo de Ministros.
Los retrasos en esta norma por pulsos internos dentro del
Gobierno han sido una constante. De hecho en la ocasión anteror, en diciembre
de 2013, la ley llegó al Consejo de Ministros después de al menos cinco
retrasos, ya que Gallardón fue prometiendo fechas que nunca se cumplían.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/07/21/actualidad/1405940229_002710.html
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