jueves, 9 de enero de 2014

Los abortos que ilegaliza la ley Gallardón cuestan en el extranjero entre 550 y 6.400 euros


Si finalmente entra en vigor el borrador de la nueva ley del aborto aprobado hace una semana por el Gobierno que preside Mariano Rajoy, el 91% de las 112.390 mujeres que interrumpieron su embarazo el año pasado sin necesidad de justificar su decisión se verían inmersas en una maraña de trámites para certificar que seguir con la gestación supone un riesgo para su salud física o mental. Asociaciones de médicos y especialistas, y de defensa de los derechos de la mujer aseguran que, ante tantas complicaciones, las mujeres acudirán a métodos clandestinos.

Si tienen medios económicos, se marcharán a países como Reino Unido o Francia, donde existen leyes de indicaciones y plazos similares a la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo que está actualmente en vigor en España.

En Reino Unido, adonde habitualmente viajaban las españolas cuando el aborto era ilegal, someterse a una interrupción voluntaria del embarazo puede costar entre 550 y 700 euros, dependiendo de si es farmacológico –antes de las 9 semanas– o de si se usa o no sedación o anestesia general. Son datos facilitados por Marie Stopes, una organización internacional de planificación familiar con numerosos centros en Reino Unido donde ofrecen servicios para la atención a la salud sexual y reproductiva, entre ellos, interrupciones voluntarias del embarazo. Sus centros realizan un tercio del total de los abortos que se practican en el país.

Al coste de la intervención habría que sumar los casi 100 euros que vale la consulta médica previa y necesaria para efectuar todos los análisis. Según señalan desde Marie Stopes, es recomendable un día de reposo después de la intervención si se va a viajar, por lo que es necesario contar al menos con dos días de alojamiento, que, dependiendo de la ciudad, el precio puede oscilar entre los 40 y 60 euros –los más económicos– por noche en habitación doble. Todo ello sin tener en cuenta el desplazamiento desde España hasta Reino Unido.

En este país, la ley permite la interrupción voluntaria del embarazo dentro de las primeras 24 semanas por razones de salud, sociales y económicas –en Irlanda del Norte sólo está permitido cuando hay grave riesgo para la mujer o malformaciones fetales–. Dos médicos tienen que estar de acuerdo pero, según señalan desde la Federación Internacional de Planificación Familiar, no existen trabas para estos dictámenes y en la práctica es similar a una ley de plazos. Más allá de las 24 semanas, el aborto está permitido sin límite de tiempo cuando esté en peligro la salud de la madre y en caso de graves malformaciones fetales.

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