martes, 22 de enero de 2013
Los controles ginecológicos en Galicia
El centro de
planificación familiar de Orillamar ha sido una institución fundamental para
la normalización de la vida sexual de muchas mujeres, de muchas jóvenes de
toda el área coruñesa. Es una de esas iniciativas que surgió del Ayuntamiento
de A Coruña que lo sostuvo en solitario hasta el apoyo de la Xunta bipartita.
Entonces se descongestionó creando otro en el Ventorrillo que ahora dejará de
tener un ginecólogo en exclusiva como primera medida de su desaparición. Dice
la Xunta que se vuelve a la unificación porque la atención primaria será la que
cumpla las funciones de control sexual y de planificación familiar. Una mala
noticia para las mujeres que no acuden a un ginecólogo privado que ya ahora no
se controlan cada año, como sí se hace pagando, si no cada tres. Y acuden a la
matrona que no prescribe ningún tipo de prueba, ni una
citología anual, que antes se suponía era necesaria. La diferente vara de medir
en cuestiones de control sexual entre las usuarias de la sanidad pública y la
sanidad privada se ha instaurado de forma callada en los años del gobierno
Feijóo y se consolida. Una situación que aumenta el peligro de embarazos no
deseados y afecta a la salud de toda la población femenina que acude a la
pública y es una discriminación clara y flagrante.
Etiquetas:
anticoncepción,
derechos sexuales,
educación sexual,
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salud sexual
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