La regulación de esta materia en España es similar a los países de nuestro entorno y vincula el sexo al nombre. Para poder modificarlo es necesario un certificado psiquiátrico que diagnostique que la persona padece una "disforia de género" y otro que acredite que desde hace un mínimo de dos años se está sometiendo a un tratamiento hormonal. La transexualidad está considerada una enfermedad mental en el catálogo de la Organización Mundial de la Salud y en el de la Asociación Americana de Psiquiatría, que influye decididamente en el primero. La quinta edición de ese manual se editará en 2013. De ahí la campaña internacional para descatalogar la transexualidad como enfermedad mental.
"[Si el Gobierno] entiende que no tenemos un trastorno mental es contradictorio que nos exija un diagnóstico para reconocernos en tanto que ciudadanas y ciudadanos", asegura Miquel Missé, portavoz de este movimiento internacional.
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