La Asociación de Planificación Familiar (APFM) ya ha comunicado al Ayuntamiento que cierra el Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad los fines de semana a partir de enero. En la carta, donde alega "carecer de los recursos económicos necesarios", también le pide que informe a sus trabajadores para que dejen de derivarle pacientes.
"Lamentablemente, debido a las restricciones económicas, el Ayuntamiento no puede afrontar ese gasto", explicó una portavoz, que añadió que "el centro hace un trabajo excelente". La portavoz puntualizó que la "colaboración excepcional" entre el Ayuntamiento y la asociación "nunca ha estado vinculada a la píldora poscoital, sino a la educación para la salud en general".
Además de los 24.000 euros que recibió en 2008, en virtud de un convenio de colaboración firmado con el Ayuntamiento, el centro recibe de la Comunidad de Madrid una subvención de algo más de 40.000 euros, con los que se pagan los gastos de funcionamiento habitual -los días laborables- y de la línea 900 de información y asesoramiento que gestiona la entidad.
Una docena de personas esperaba ayer su turno en el Centro Joven. Tres parejas, chicas solas, otras acompañando a sus amigas. Había llegado la hora de cierre (13.30), pero el recepcionista, la educadora sexual y la médica seguían trabajando. En las apenas dos horas y media que abre el centro en fin de semana ya habían pasado por allí 36 personas. La inmensa mayoría, para solicitar la píldora poscoital. Muchas, derivadas desde hospitales o ambulatorios. "Absurdo". Así definían el cierre Elena y Elisa, veinteañeras. "Es precisamente en fin de semana cuando se sale y te puede pasar algo así. Bastante difícil es ya conseguir la píldora como para que cierren este centro".
Ellas lo habían localizado en Internet poniendo un par de palabras clave en Google. Pero lo cierto es que la mitad de las personas que acude a este servicio llegan derivadas de los servicios sanitarios públicos, según datos de la APFM. El número de información del Ayuntamiento de Madrid, el 010, remite a sus centros municipales, pero también a la calle de San Vicente Ferrer, en caso de necesitar la píldora en fin de semana. Y los ambulatorios de la Comunidad de Madrid, como el de Espronceda (Chamberí), incluyen el Centro Joven en la lista fotocopiada que entregan a quienes se acercan a solicitar una receta. En función de qué médico esté de guardia, ellos no la prescriben. "No es una urgencia hospitalaria", aparece en mayúsculas en la fotocopia.
Es complicado conseguir la píldora poscoital en fin de semana. Los únicos cuatro locales tienen restricciones de edad y horario. El de San Vicente Ferrer sólo atiende a menores de 29. El Centro de Salud Joven municipal, a menores de 25, por la mañana. El otro servicio municipal, en Puente de Vallecas, sólo abre el domingo. Así, en sábado, una mujer mayor de 30 años tiene que recurrir a la casa de socorro de Alcalá de Henares.
La píldora poscoital -considerada por la OMS un método eficaz y seguro para evitar embarazos no deseados- debe tomarse pronto para que sea efectiva. Dentro de las 24 horas siguientes al coito tiene una efectividad del 95%. Entre 25 y 48, baja a un 85%. Si pasan entre 49 y 72, la probabilidad se reduce al 58%. Un mayor uso serviría para poner freno al número cada vez mayor de abortos, según las Sociedades Españolas de Ginecología y Obstetricia y de Contracepción. "En Madrid no se quiere ver como tal, pero la píldora es urgencia en el tiempo. Su efectividad tiene un límite", insiste la presidenta de la APFM, Concha Martín Perpiñán.
"Nuestra asociación tiene como objetivo defender los derechos sexuales y reproductivos de las jóvenes, no recetar la píldora, que es trabajo de la Administración. La Comunidad de Madrid no lo ha estado haciendo. Es difícil conseguirla y por eso lo hacemos nosotros. Estaríamos encantados de cerrar porque ya no tenga sentido", asegura. Y pone un ejemplo. El Centro Joven de Madrid recetó en 2006 3.700 píldoras. El que tienen en Barcelona, 785. En Madrid, el 50% de mujeres llegaba derivadas de centros públicos. En Barcelona, sólo el 8%. El centro de San Vicente Ferrer mantendrá a su personal no médico durante algunos fines de semana de enero, para informar y derivar a las personas que se acerquen a solicitar la píldora. Pero ya no habrá médico que haga las recetas.
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