jueves, 14 de junio de 2018

Estas son las razones por las que aún no hay un anticonceptivo hormonal masculino

En su día ya nos llevamos las manos a la cabeza cuando el comité médico encargado de supervisar el ensayo sobre un anticonceptivo masculino prometedor –combinaba una inyección de testosterona junto con un implante de progesterona– lo suspendió por los efectos adversos que generaba –cambios de humor, acné o aumento de la libido…–, iguales o menores a los de cualquier anticonceptivo hormonal femenino, según explicaron los autores en The Journal of Clinical Endocrinology Metabolismo.
La investigación para encontrar un anticonceptivo masculino eficaz y seguro no es nada nuevo, pues expertos llevan trabajando en el área al menos 50 años. Ignacio Moncada, jefe de urología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, explica que se han probado varias opciones, como suministrar regímenes de testosterona sola para producir azoospermia (falta de espermatozoides en el semen). No obstante, resultó ineficaz debido a que no funcionó en todos los varones y a las altas dosis necesarias.
Los últimos ensayos se están centrando en combinaciones de testosterona y progestágenos, aunque el experto asegura que “aún se necesita afinar en las formas de administración y entender mejor los potenciales efectos adversos a corto y largo plazo”. Esta última opción consiste en administrar testosterona u otras combinaciones para frenar de manera reversible la producción de la hormona folículo estimulante (implicada en la maduración de las células germinales) y por lo tanto, detener la producción de espermatozoides en el testículo.
Según Moncada, el hecho de que aún no esté en el mercado es porque ninguno ha demostrado ser eficaz por completo sin efectos adversos y porque se necesita alrededor de tres meses para conseguir la falta de espermatozoides en el semen tras iniciarse el tratamiento, así como también se precisa del mismo tiempo para revertir esta ausencia cuando se interrumpe.
El desarrollo se ha frenado por la falta de fondos
Por otro lado, señala que el mayor hándicap al desarrollo de una opción definitiva ha sido la falta de fondos, puesto que las principales compañías farmacéuticas y de biotecnología han abandonado el campo de la investigación de anticonceptivos masculinos en la última década.
“No queda claro si esto se debe a una preocupación por los dudosos o escasos beneficios económicos, los posibles obstáculos regulatorios, la oposición religiosa, el prejuicio generalizado acerca de que la planificación familiar es un ‘problema femenino’ o las demandas legales derivadas de efectos secundarios inesperados (como ocurrió con los anticonceptivos femeninos). Lo que sí está claro es que esta falta de interés de la industria farmacéutica ha obstaculizado la introducción de nuevas alternativas en el mercado”, sentencia el urólogo.
Hasta ahora casi todas las opciones están pensadas para las mujeres, son ellas quienes han de medicarse o las que suelen asumir toda la carga económica que supone. A pesar de todo, sea una cuestión sociocultural también hay una biológica.
Moncada explica que “en la mujer solo se produce la maduración de un óvulo por ciclo y es más fácil bloquearlo hormonalmente, mientras que en el varón no hay ciclos, puesto que se producen espermatozoides continuamente y se expulsan muchos millones de ellos en cada eyaculación con un proceso de maduración de meses, de tal manera que lleva más tiempo frenarlo”.
Los expertos aseguran que se están desarrollando fármacos con un potencial excelente
“Desde un punto de vista sociológico, la aparición de la píldora anticonceptiva en los años 60 supuso una auténtica revolución sexual para las mujeres. Su sexualidad ya no se veía limitada por el miedo a un embarazo no deseado y les permitía mantener mayor control sobre ‘cuándo y con quién’, creo que no se debería renunciar a ese grado tan alto de libertad alcanzado. Poner la anticoncepción de la pareja en manos de los hombres quizás no sea una gran idea”, señala el experto.
Pese a todo, la esperanza y el optimismo no deben decaer. El urólogo asegura que se están desarrollando fármacos con un potencial excelente, cuyas pruebas son tan alentadoras que hay motivos para pensar que en un futuro cercano dispongamos de un anticonceptivo hormonal masculino.
Asimismo, también se están buscando alternativas no hormonales como es el caso de esta investigación con un medicamento que emplea el compuesto EP055, para impedir hasta en un 20% la movilidad de los espermatozoides durante 24 y 48 horas posteriores a la toma (a los 3 o 4 días se restablece su motilidad), publicado en la revista PLOS.
“El problema es que no se ha estudiado su impacto sobre la fertilidad, además estos estudios se han hecho en primates y habría que estudiar su efecto en humanos, pasando por todas las fases de los ensayos clínicos. Algo que lleva años de investigación e ingentes cantidades de dinero”, concluye Moncada. Aun así, seguiremos esperando, aunque cada uno tome su decisión pero que al menos exista la opción.

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