Desde hace tres años no hay embarazos precoces entre las adolescentes que asisten a la Casa do Zezinho, un centro educativo y cultural de Brasil que acoge 1.500 niños y jóvenes pobres que viven en “favelas” de la Zona Sur de São Paulo.
Una dramatización radical en los talleres de educación sexual contribuyó a prevenir ese factor de deserción escolar y alimentación de la pobreza. Hace tres años se formó un grupo de parejas de “embarazados”, en que ellas y ellos debían cargar prótesis de plástico simulando una barriga en crecimiento. +
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