jueves, 28 de enero de 2016
Erradicar la serofobia, un paso obligatorio para acabar con el VIH
La discriminación y estigmatización de las personas
que viven con el VIH es uno de los principales motores de dispersión de la
infección en nuestra sociedad. Stefano Cosalvi, psicólogo de Imagina MÁS, nos
explica por qué las actitudes serofóbicas están íntimamente relacionadas con la
expansión descontrolada del virus.
separador
A pesar de los múltiples avances que han llevado a
una mejora sustancial en las personas con VIH en lo que respecta a su calidad
de vida, dichos cambios aún no se han trasladado plenamente al ámbito de las
relaciones sociales.
Las personas que viven con el VIH al día de hoy
sufren un estigma que conduce, en ocasiones, a una vulnerabilidad de sus
derechos.
Actualmente existen dos conceptos muy resonantes como
son el Estigma y la Discriminación. Éstos tienen un carácter multidimensional,
ya que tienen lugar en todos los países y regiones del mundo.
Son el gran combustible que alimentan a la
propagación del VIH/SIDA, ya que, constituyen uno de los máximos obstáculos
para la prevención, la asistencia, el apoyo y tratamiento adecuados y la
mitigación del impacto. Y a su vez, acrecienta innecesariamente los
sufrimientos asociados al VIH. (Juan Ramon Barrios y Carmen Cristóbal Pérez
s/f).
tristeza
enfado rechazo pareja gay
Son varias las causas que provocan estas actitudes,
entre ellas destacan:
La falta de conocimiento sobre la infección.
Los mitos sobre los modos de transmisión del VIH.
Los prejuicios.
La desigualdad en el acceso al tratamiento.
Las informaciones irresponsables de los medios de
comunicación.
También influyen en las actitudes discriminatorias el
hecho de que el Sida sea actualmente incurable, los miedos sociales en torno a
la sexualidad, la enfermedad y la muerte, así como los relacionados con las
drogas ilegales y el consumo de drogas intravenosas.
Ante todo esto es imprescindible la visibilidad de
las personas con VIH y de todos los asuntos que tienen que ver con él, ya que
tanto el estigma como la discriminación que conducen a la serofobia es uno de
los mayores fallos de la sociedad y los Estados ante la pandemia.
¿Cómo actúa la serofobia?
mujeres
tristeza llanto exclusión discriminación
Toda discriminación se produce ''cuando el estigma se
instala'' (ONUSIDA, 2005). Se considera discriminación serofóbica cualquier
medida que acarree una distinción arbitraria entre las personas por razón de su
estado de salud o su estado serológico respecto al VIH, confirmado o sospechado
y resultado de una acción o una omisión.
La serofobia es una emoción intensa, generalmente de
temor, que siente una persona ante la posibilidad de mantener una relación
sexual o sentimental con una persona VIH. Es un miedo que no guarda ninguna
relación con un peligro real, por lo que es de carácter irracional y algunas de
las actitudes más utilizadas ante este miedo son las de huida o el rechazo.
Una de las mayores dificultades que implica es la
incapacidad de gestionar las emociones que se desencadenan ante el VIH. Entre
ellas, la de no saber soportarlas, bien por la incapacidad de controlarlas o
por no ser capaz de cuestionar las creencias que están detrás de éstas
emociones.
Se puede decir por lo tanto que el prejuicio
serofóbico no deja de ser una creencia distorsionada (Juan Ramon Barrios y
Carmen Cristóbal Pérez s/f) que, como queda demostrado en la práctica, conlleva
perjuicios sociales a pesar de tener un origen psicológico.
¿De qué manera la abordan los planes antisida?
El Plan Estratégico de Prevención y Control de la
infección por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (2013-2016), se
basa en un enfoque de derechos que refirma el objetivo primordial de reducir la
discriminación y el estigma.
Tres investigaciones muestran que, a pesar de los
estudios y de las medidas tomadas y llevadas a cabo, aún queda mucho camino por
recorrer:
FIPSE (2005) en su informe de 'Discriminación y VIH/Sida'
(citada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad) analiza la
discriminación utilizando el protocolo para la identificación de discriminación
elaborada por ONUSIDA. En él, no se detectó discriminación en el ámbito de la
legislatura española, pero sí se observaron en casos concretos de
discriminación arbitraria en distintos ámbitos como por ejemplo; laboral,
normas que controlan la entrada y residencia en España, bienestar social,
seguros de vida y asistencia sanitaria privada, servicios bancarios y acceso a
determinados servicios públicos y privados.
Donde sí se han apreciado con mas frecuencia es en
las prácticas cotidianas como la asistencia sanitaria, empleo, educación y
relaciones interpersonales.
discriminación
exclusión laboral trabajo oficina empleo
FIPSE (2009) con su estudio sobre la 'Integración
laboral de las personas con VIH' (citada por el Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad) ha mostrado una alta tasa de desempleo que
alcanza un 53% en personas seropositivas, por lo que este porcentaje demuestra
una disminución de la calidad de vida y de su bienestar psicosocial.
El informe de 'Evaluación del plan multisectorial de
VIH-Sida de 2008-2012' (citado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales
e Igualdad) indica una tendencia descendente en el rechazo hacia las personas
con VIH en el ámbito escolar, laboral y comercial, pasando de un 58%, 44% y un
30% en 2008 a un 49%, 38% y 25% en 2010.
Por último, un documento de los perfiles de
discriminación en España, elaborado por la Encuesta de la Discriminación en
España (2013) realizada por el centro de Investigaciones Sociológicas, detectó
actitudes discriminatorias hacia personas con VIH. Un 11, 4% de las personas
que realizaron la encuesta han manifestado incomodidad ante la idea de ser
vecinas de personas con VIH, y un 11,3% desaprobaba por completo que una
persona con VIH/Sida trabaje en su oficina.
¿Por qué la serofobia alimenta al VIH?
Es por todo lo dicho, que cuando se instaura un
prejuicio serofóbico en la sociedad y una conducta de rechazo, lo único que se
logra es su reafirmación, algo que suele manifestarse de distintas maneras y en
diferentes situaciones, como pueden ser:
La discriminación real o percibida puede llevar a las
personas con VIH a retrasar las visitas a las unidades sanitarias
especializadas o evitar el tratamiento de la infección, así como rehuir la
comunicación con los que pertenecen a su entorno, laboral, social y familiar.
Miedo a ser visto en las salas de espera de los
centros sanitarios especializados.
Ocultar el estado serológico por temor que sus
allegados los abandonen o sean objetos del mismo estigma, por lo que suelen
limitar sus relaciones interpersonales, reduciendo su apoyo e incrementando el
aislamiento y la auto-discriminación.
prueba VIH
test
El rechazo social puede minar la autoestima y afectar
a la motivación para asumir pautas correctas de cuidado personal y de
adherencia al tratamiento antirretroviral.
El temor a las consecuencias de un resultado positivo
en la prueba de VIH es un motivo para el retraso del tratamiento adecuado. Esto
tiene efectos adversos sobre la salud de la propia persona. En cambio, el
diagnóstico precoz tiene efectos positivos para contener la transmisión ya que
es mas probable que las personas que saben su estado serológico adopten
comportamientos preventivos.
El estigma percibido hacia las personas con VIH
provoca en algunas de ellas que teman proponer prácticas de reducción de riesgo
como el uso del preservativo o eviten comunicar su estado serológico por miedo
al rechazo de su pareja.
¿Qué obligaciones tienen los estados para
erradicarla?
La respuesta común a la serofobia entre difernentes
países data mas allá de la declaración de parís de 1994, cuando la Comunidad
Internacional fue consciente de que la pandemia del VIH/SIDA se trataba de una
cuestión de derechos humanos.
Los Estados establecieron entonces el deber de
''velar porque todas las personas que viven con VIH/SIDA puedan ejercer
plenamente y en total igualdad sus derechos y libertades'', luchando con la
discriminación y compromiso de desarrollar políticas nacionales que protegiesen
los derechos de las personas, en particular aquellas que viven con el VIH/SIDA
a través de las promoción de ''un entorno jurídico y social'' favorable.
En 1996 se celebró la Segunda Consulta Internacional
de VIH/SIDA y de los Derechos Humanos, y se llegaron a pautas consensuadas que
determinaron los principios y actuaciones en los que los estados deberían de
llevar a cabo para proteger los derechos humanos y desarrollar políticas de
salud pública.
Esto se confirma en la Declaración de compromiso del
2001 en la que se reconoce como el ''estigma, el silencio, la discriminación y
la negación de la realidad socavan los esfuerzos de prevención, atención, y
tratamiento e incrementan los efectos de la epidemia, y por lo tanto ''el
reconocimiento que la plena realización de los derechos humanos y libertades
fundamentales para todos, es un elemento indispensable de la respuesta mundial
a la pandemia del VIH/SIDA, particularmente en la prevención, la atención, el
apoyo y el tratamiento para reducir
la vulnerabilidad".
Ante estas Declaraciones y Compromisos por los
Estados queda demostrado que si bien las políticas de protocolos para obtener
datos sobre la discriminación en diferentes ámbitos sociales se llevan a cabo,
queda por averiguar qué sucede con éstos datos, que apuntan a que gran parte de
la sociedad Española es serofóbica y no tiene reparos en comunicarlo.
Entonces, ¿el Estado está tomando medidas al respecto
y los resultados los veremos en los próximos años? o ¿Es el propio Estado otro
agente serofóbico, complice de esta estigmatización, por no llevar a cabo
planes de acción eficaces de acuerdo a los compromisos asumidos como la
promoción, prevención, asistencia y educación?.
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