domingo, 10 de enero de 2016
Los misterios que la ciencia aún no ha podido resolver sobre la menopausia
Las reacciones a la menopausia pueden variar de
acuerdo a la cultura.
Existen algunas cosas que la ciencia no sabe sobre la
menopausia: ¿Para qué sirve? ¿Cómo funciona? ¿Cuál es la mejor forma de
tratarla?
Tal y como explica un detallado reportaje de Nature,
"la vida útil de los ovarios humanos está determinada por una compleja y
altamente no identificada colección de factores genéticos, hormonales y
ambientales".
También es poco lo que se sabe cuándo los ovarios
empiezan a fallar y los niveles de hormonas a fluctuar.
Quizás deberíamos ser empáticos con esta ignorancia.
La menopausia no tiene mucho sentido desde el punto de vista biológico o
intelectual.
En un reciente libro sobre ecología de primates, se
explica que "la menopausia todavía es considerada como una característica
distintiva de los humanos".
El que vivamos mucho más allá de nuestra edad
reproductiva es un rompecabezas que se ha explicado con lo que se conoce como
la "hipótesis de la abuela".
Bajo este razonamiento, las mujeres viven mucho más
de su edad reproductiva porque su presencia beneficia a sus hijos y nietos.
Después de los 40 años, los ovarios empiezan a
segregar menos estrógeno y, citando a la organización Women's Health Concern,
esto hace que "el cuerpo se comporte de forma distinta".
El cuerpo de cada mujer reacciona de una forma
distinta a los cambios en los niveles de estrógeno, dificultando ciertos
diagnósticos de menopausia.
Las directrices del Instituto Nacional para la Salud
y la Excelencia del Cuidado (NICE, por sus siglas en inglés), un organismo
oficial para el mejoramiento de la salud y el cuidado social en Inglaterra y
Gales, advierte contra cualquier cosa que no sea la observación para el
diagnóstico.
¿Todo vale?
Durante la conferencia anual de la Sociedad Británica
de Menopausia, a la que fui en calidad de periodista –aunque también como una
mujer en perimenopausia– aprendí mucho de los ponentes.
Para contrarrestar los efectos de la menopausia, a
las mujeres se les suele recetar de todo.
Aprendí que las enfermedades cardiovasculares son la
causa de muerte más común en las mujeres, diez veces más que el cáncer de mama
(según el cardiólogo Peter Collins); y que a las mujeres se les puede recetar
de una forma tonta y desconsiderada.
¿Lubricante vaginal? Sí, por favor. ¿Aerosol para
calmar los sofocos? Sí, a pesar de que mi cartera está a punto de rebosar.
¿Isoflavonoides que deberían balancear los trastornos
de estrógeno? Ok, un par de cajas no me viene mal. ¿Por qué no? Si ya estoy
tomando magnesio para la confusión cognitiva, vitamina D y antidepresivos para
los días bajos, una poción de hierbas y multivitaminas para la buena suerte.
Aseguran que los hombres "causaron" la
menopausia
Durante la conferencia, la terapeuta psicosexual
Trudy Hannington describió a una mujer a la que le habían dado un tubo largo de
lubricante vaginal para la sequedad y una dosis igualmente grande. "Ella
siguió las instrucciones, y más tarde contó que empezó a chirriar".
El apabullante mensaje fue consistente: un trastorno
que afecta a la mitad de la población mundial está tristemente desatendida.
No hay suficientes datos o fármacos. La falta de
atención hacia la menopausia y la salud de la mujer en general siempre han
dificultado la vida de cualquiera que intente cuidar a una mujer menopáusica.
La terapia de reemplazo hormonal
Y a principios de siglo se hizo mucho más difícil.
Hasta 2002, a las mujeres se les prescribía terapia
de reemplazo hormonal (HRT) para ayudarlas con los síntomas de la menopausia.
Para las mujeres que todavía tenían útero era una
combinación de estrógeno y progesterona.
Pero entonces un estudio publicado por la Women's
Health Initiative sostenía que la HRT con estrógeno y progesterona aumentaba el
riesgo de infarto, de un accidente cerebrovascular, de la creación de coágulos,
de cáncer y demencia.
Los titulares de los medios bombardearon a las
mujeres con el mensaje que la HRT era peligrosa (a pesar de que desde entonces
han salido varios estudios cuestionando los resultados de la Women's Health
Initiative y otras investigaciones parecidas).
Un bombardeo que debió haber funcionado, pues incluso
cuando lo estaba pasando mal con mi menopausia –sin poder ir a trabajar, con
insomnio y sofocones, así como problemas de depresión– resistí.
Otros tiempos
Si ese estudio se hubiera publicado ahora, escribió
recientemente la Sociedad Británica de Menopausia, "hubiese tenido mucho
menos impacto en la mujer posmenopáusica".
Los tratamientos para la menopausia usan estrógenos
derivados de vegetales.
En la clínica de la menopausia de la especialista
Julie Ayres en Leeds, Inglaterra, la mayoría de las pacientes llegan con ideas
preconcebidas.
"Ellas dicen 'ya sé que hay riesgo de cáncer de
mama'", pero están tan desesperadas que van de todas formas.
"Llegan con palpitaciones, ansiedad y ataques de
pánico y creen que se van a volver locas", agrega Ayres.
Y no lo están, lo que ocurre es que están sufriendo
del poder de estrógeno en el cuerpo. "Pero tan pronto como tienen
palpitaciones, el médico de familia no les receta HRT debido al riesgo
cardíaco".
Esto podría enfurecer a algunos de los oradores de la
conferencia de la Sociedad Británica de Menopausia, donde el experto en
metabolismo John Stevenson, del hospital Royal Brompton, presentó un trabajo
sobre el papel protector que la HRT puede tener en el corazón.
Según él, es "probablemente el mejor tratamiento
para las mujeres posmenopáusicas".
Hoy en día existen otros tratamientos como el de la
terapia de hormonas bioidénticas cuyo estrógeno es derivado de plantas como la
soya y la batata y la progesterona está micronizado, el proceso que reduce el
diámetro de partículas sólidas.
El experto Yehudi Gordon, quien lleva una clínica de
hormonas bioidénticas en Londres explica que estos dos factores hacen que este
tipo de hormonas estén mejor procesadas para el cuerpo humano que cualquier otra
preparación convencional.
No obstante, actualmente no hay ningún control o
regulación en la producción, prescripción y dosificación de las hormonas
bioidénticas.
¿Enfermedad o condición natural?
Si la menopausia es un proceso natural de la mujer,
¿se le debe tratar como una enfermedad?
Hace poco estuve convencida durante todo un día que
después de octubre venía diciembre y me sentí genuinamente trastornada cuando
me di cuenta que no era así.
También tuve otros males físicos como dolor en la
mandíbula, sequedad en los ojos, deficiencia de sueño, cansancio constante...
todo se podía relacionar a los cambios hormonales de mi cuerpo.
Pero, ¿estoy enferma? Con esta lista de síntomas uno
pensaría que lo está.
Escritores como Louise Foxcroft y Roy Porter han
criticado la medicalización de algo que es natural e inevitable en la vida de
las mujeres.
Aunque esta postura puede ser cuestionada por muchos
clínicos y profesionales del área, así como por muchas mujeres en el medio de
esta etapa de la vida.
Entonces, ¿qué es lo que las mujeres menopáusicas
deben hacer? Quizás ser pacientes y convertirse en pacientes.
Las reacciones a la menopausia pueden variar de
acuerdo a la cultura, la dieta, el estilo de vida, la edad y la condición
física.
La población de mujeres que sufre los síntomas de la
menopausia es inmensa y no está bien atendida.
Mientras que varios sitios en el Reino Unido sugieren
que aproximadamente el 75% de las mujeres menopáusicas dicen tener sofocos, el
número de las japonesas que dicen sufrir de golpes de calor es de 1 de cada 10.
Sin embargo, cuando visitó Japón Margaret Rees,
ginecóloga y editora de Maturitas (una revista internacional sobre la tercera
edad), muchas mujeres le dijeron que sufrían sofocones, solo que no hablaban de
ello.
También hay un componente cultural sobre la
menopausia que puede distorsionar las cosas: si bien algunas depresiones están
relacionadas al trastorno hormonal, algunas se pueden deber al menosprecio que
las mujeres con menopausia sienten que están sometidas.
Sin embargo, no hay duda en que la población de
mujeres que sufre los síntomas de la menopausia es inmensa y no está bien
atendida.
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