viernes, 15 de noviembre de 2019

Ocho falsos mitos sobre el aborto que los datos desmontan

Ni anticonceptivo, ni eugenesia. Un programa de máxima audiencia en televisión, sin una réplica bien informada, puede convertirse –al margen de los esfuerzos del entrevistador– en altavoz de posiciones contrarias a los derechos de las mujeres. 
En la conversación entre Pablo Motos y Santiago Abascal emitida esta semana en “El Hormiguero”, de Antena 3, el representante de la ultraderecha pudo lanzar a 4.049.000 telespectadores la idea de que el aborto “se haya convertido en una práctica eugenésica y anticonceptiva”. 
¿Es esto cierto? Ningún dato real lo avala, por lo que no hay más remedio que concluir que es, sencillamente, falso.
“Hablemos de vuestros puntos polémicos, hablemos del aborto”, dice el presentador. Crear polémica no está siendo ningún problema para estas posiciones políticas, al contrario, se crecen en ella, como demuestran los índices de audiencia. “Nosotros eliminaríamos la ley de plazos. Creemos que una vida humana es desde el principio”, afirmó Abascal.
Las creencias, inspiradas en conceptos religiosos o en una moral determinada, no son aquí objeto de discusión, pero sí los muchos mitos falsos que circulan sobre la realidad del derecho de las mujeres al aborto en el marco de la ley actual, de 2010.
El análisis de las estadísticas que proporciona el Ministerio de Sanidad indica que el perfil más frecuente entre las mujeres que optan por interrumpir la gestación en nuestro país es el de una española entre 20 y 29 años, con un embarazo de menos de ocho semanas, y cuya intervención se realiza a petición de la embarazada en un centro privado acreditado. 
Frente a los mitos, veamos los datos.
MITO FALSO 1: “La despenalización de la interrupción del embarazo lleva al aumento del número de abortos”.
Al contrario, los datos hablan de estabilidad. Según el último informe publicado por el Ministerio de Sanidad (1), correspondiente al año 2017, en España se practicaron 94.123 interrupciones voluntarias del embarazo, lo que supone una tasa del 10,51 por cada 1.000 mujeres. Esta incidencia se mantiene estable desde 2014 y por debajo de las cifras de 2008 y 2009, años anteriores a la ley de 2010 –Ley Orgánica 2/2010, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo– (2).
Hay que tener en cuenta no solo el cambio legal para observar la evolución de la última década: así, desde 2009 algunos anticonceptivos orales son más accesibles al no exigirse receta médica en la farmacia, y el bienio 2011-2012 de ligero repunte coincidió con el aumento de la llegada de mujeres inmigrantes, una tendencia que frenó la crisis económica. Con respecto al número de abortos en jóvenes y adolescentes, las cifras han bajado hasta las que hubo hace diez años.
MITO FALSO 2: “Abortan más las chicas muy jóvenes”.
No son las más jóvenes las que más se someten a una IVE y la cifra en adolescentes es muy inferior en comparación con adultas jóvenes. El tramo donde es más frecuente se sitúa entre los 20 y los 24 años de edad (17,42 por cada mil mujeres), seguidas por las de 25 a 29 años (15,74) y las de 30 a 34 años (12,61). Tanto las mujeres de 19 y menores, como las mayores de 35, están en tasas que no llegan a 9 por mil.
MITO FALSO 3: “Son las mujeres migrantes quienes recurren al aborto”.
En realidad, tres de cada cuatro mujeres que abortan en España son europeas, el 75%, lo que resulta lógico ya que en este porcentaje se incluye a las nacionales, que suponen el 66%. En orden de importancia le siguen las americanas, con un 17,5%, y las africanas, con un 4,8% en 2017. Por comunidades autónomas, se sitúan por encima de la media las tasas de Baleares, Madrid, Cataluña, Asturias y Canarias. Prácticamente en la media nacional están la Región de Murcia y Andalucía, y el resto por debajo de ella.
MITO FALSO 4: “La despenalización banaliza el aborto y se usa como si fuera un método anticonceptivo más”.
Los datos sobre abortos voluntarios anteriores desmienten que esta tendencia exista. De las interrupciones registradas por Sanidad en 2017, más del 60% de las mujeres era la primera vez que recurrían a ella (59.098) y solo el 12,8% de las pacientes había pasado por dos o más abortos voluntarios anteriores.
En cuanto al método elegido mayoritariamente por las mujeres, es la intervención quirúrgica la que les da mayor confianza, ya que la eligen en cerca del 80% de los casos, frente a la opción farmacológica.
Aunque la realización de la IVE se hace en mucha mayor proporción en centros privados (87,6% de las intervenciones), a partir de 2012 ha habido un aumento apreciable de registros en centros públicos en relación a los privados. Es un dato inverso a lo que ocurre en un país en el que la mayoría de la ciudadanía utiliza la sanidad pública. Hay que tener en cuenta que antes de la ley de 2010, la prestación no se incluía en la cartera de servicios públicos. Además, el informe de Sanidad no especifica cuántas intervenciones en centros autorizados se han hecho por derivación de la sanidad pública y cuántas fueron abonadas por las mujeres.
Pueden observarse algunas variaciones por comunidades autónomas respecto a esta situación general: así, desde Cataluña se notificaron intervenciones desde 61 centros públicos y solo 15 privados, en una comunidad en la que el 56% de las IVE se realiza en centros privados. En la Comunidad Valenciana se realizaron en 19 centros públicos y 16 privados, si bien la relación es de 696 casos en la pública frente a 8.464 en la privada. En el País Vasco se contabilizan 214 IVE en la pública y 3.239 en la privada durante 2017. En Andalucía solo se realizaron 10 IVE en la sanidad pública frente a 17.248 en la privada, y en Madrid la relación es de 6 intervenciones en la pública, frente a 16.652 en los centros privados.
MITO FALSO 5: “Se realizan muchos abortos después de las primeras semanas de gestación”.
Todo lo contrario, en la última década se ha producido un aumento constante de la proporción de IVE en las primeras semanas –ocho o menos–, lo que reduce los riesgos para las mujeres. Desde 2011, no hay ninguna intervención en la que no conste ese tiempo, lo que contribuye a la transparencia en este punto: en 2017, más del 70% de las IVE se realizaron con ocho o menos semanas de gestación. Solo el 0,17% se realizaron después de la semana 22.
MITO FALSO 6: “El aborto es una eugenesia oculta”.
No. Solo en el 6,4% de los casos la causa es el grave riesgo para la salud de la embarazada, y el riesgo de graves anomalías fetales, en el 3,5%. Las anomalías fetales incompatibles con la vida o enfermedad grave o incurable del feto, no suponen más que el 0,3%. Casi siempre, en el 89,7% de los casos, el motivo de la interrupción del embarazo es la petición de la mujer. Esto corrobora que casi no se realizan abortos pasadas las 14 semanas y la realización de abortos en estados posteriores de gestación no es nada frecuente.
MITO FALSO 7: “Es mejor no permitir nunca que las menores de edad decidan sin el consentimiento de sus padres”.
Como es sabido, la Ley de 2010 permitía que las menores de edad, a partir de los 16 años, pudieran decidir sobre la interrupción del embarazo sin autorización paterna, si bien al menos uno de los progenitores debía ser informado, salvo en caso de conflicto familiar grave. La legislación fue modificada en 2015 con una “victoria parcial” de las tesis conservadoras, exigiendo el consentimiento de ambos progenitores para las jóvenes de 16 y 17 años.
El estudio “La situación actual del aborto en España” (3) –publicado en 2017 por la Universidad de Málaga y firmado por Palmira Expósito Camacho, criminóloga y enfermera andaluza–, concluye sin dudas que la ley de 2010 ha supuesto un avance en el reconocimiento de los derechos reproductivos de las mujeres y no ha perjudicado la protección de la vida prenatal. La autora se ocupa especialmente de este grupo de edad, mostrando cómo el número de mujeres de 16 y 17 años que no informaron a sus padres antes de la modificación del 2015 era muyminoritario (113 casos en 2014, el 12,3% de las IVE practicadas a menores y un exiguo 0,44% del total de las IVE de ese año). “Por lo tanto, no parece ser una cifra alarmante como querían hacer ver los opositores de la ley”, valora la investigadora. Algunos de los motivos por los que estas jóvenes no informan a sus padres, según los datos de la Asociación de Clínicas Autorizadas para la IVE (ACAI) son el desamparo, progenitores en prisión o riesgo de sufrir malos tratos. “Parece desacertado el haberlo derogado” –añade–, “pues deja en un estado de indefensión al pequeño grupo de chicas que realmente necesitan de esta facilidad”.
MITO FALSO 8: “Ya no queda nada por hacer”.
En el estudio citado, Palmira Expósito se apoya también en varias entrevistas realizadas a profesionales sanitarios en la comunidad autónoma andaluza, que ponen en evidencia un hecho al que también aluden fuentes de ACAI: el desarrollo de la ley de salud sexual y reproductiva de 2010 no parece haber cambiado la educación de los adolescentes en esta materia. Si la ejecución de la IVE está funcionando en nuestro país, sobre todo a través de la red de centros concertados, y paralelamente se ha avanzado mucho en la contracepción de emergencia, ¿qué camino queda por recorrer? El informe enumera los siguientes aspectos:
Mejorar el acceso de todas a los métodos anticonceptivos de última generación. “Las pastillas anticonceptivas más saludables fueron eliminadas de la financiación de la seguridad social, y otros métodos muy cómodos y fáciles de usar como son el anillo vaginal o el parche de hormonas, no son financiados y son caros”.
Los médicos objetores de conciencia, aunque tengan su derecho a ejercerla, “no deberían obstaculizar el camino a las mujeres que deseen información de cómo proceder ante una posible interrupción del embarazo”, circunstancia citada por algunas de las fuentes del estudio.
Homogeneizar en los institutos de enseñanza las charlas de educación para la salud sexual y reproductiva, “ya que se da solo en aquellos que lo soliciten”. Es obligado recordar que la asignatura Educación para la Ciudadanía, eliminada por los gobiernos del Partido Popular, incluía contenidos de educación sexual.
Replantear la situación de las adolescentes de 16 y 17 años que desde la reforma de 2015 deben ir siempre acompañadas por padres o tutores legales. “Solo en los casos más extremos y justificados estas menores acudían sin sus padres o tutores”, explica.

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