domingo, 19 de noviembre de 2017
La estereotipos de género se construyen durante los primeros diez años de vida
La concepción de que las niñas son más
vulnerables que los niños, como mero argumento a la "protección",
puede acarrear consecuencias terribles a las niñas, que pueden llegar a
justificar posibles casos de sumisión o abuso físico.
Los estereotipos arraigados con el género
se consolidan a una edad temprana de nuestra vida, a los diez años de edad,
independientemente de la situación económica familiar. Así lo ha publicado este
miércoles por la Global Early Adolescent Study, en el que colabora la
Organización Mundial de la Salud (OMS), como parte de una colección de
artículos que se publican en el 'Journal of Adolescent Health'.
Expertos en salud pública de todo el
mundo han colaborado para aprender cómo esta variedad de estereotipos de género
impuestos culturalmente durante mucho tiempo están asociados con un mayor
riesgo de problemas de salud mental y física.
"Encontramos que los niños a una
edad muy temprana (desde las sociedades más conservadoras a las más liberales)
rápidamente interiorizan este mito de que las niñas son vulnerables y los niños
son fuertes e independientes", destaca el director del Global Early
Adolescent Study, Robert Blum, profesor en la Universidad Johns Hopkins.
"Y este mensaje está siendo constantemente reforzado en casi todos los
momentos, por hermanos, compañeros de clase, maestros, padres, cuidadores,
parientes, clérigos y entrenadores".
"Rápidamente interiorizan este mito
de que las niñas son vulnerables y los niños son fuertes e independientes"
Para el estudio, se realizaron durante
cuatro años una serie de entrevistas a 450 jóvenes adolescentes de Bolivia,
Bélgica, Burkina Faso, China, República Democrática del Congo, Ecuador, Egipto,
India, Kenia, Malawi, Nigeria, Escocia, Sudáfrica, Estados Unidos y Vietnam.
Según Blum, el trabajo muestra una necesidad de repensar las intervenciones de
salud de los adolescentes, que suelen centrarse en los jóvenes de 15 años o
más, para que se dirijan a un grupo de edad mucho más joven.
"Los riesgos para la salud de los
adolescentes están condicionados por comportamientos basados en roles de género
que pueden estar bien establecidos en los niños cuando tienen 10 u 11 años de
edad", afirma la profesora asociada e investigadora principal en el
estudio, Kristin Mmari. "Sin embargo, vemos miles de millones de dólares
en todo el mundo invertidos en programas de salud para adolescentes que no se
ponen en marcha hasta que tienen 15, y para entonces es probablemente demasiado
tarde para marcar una gran diferencia", lamenta.
Desigualdad a la fuerza
Las entrevistas revelaron que, en todo el
mundo, los niños y las niñas están equipados con "camisas de fuerza de
género" a una edad muy temprana, con consecuencias negativas que son
particularmente peligrosas para las niñas. Los científicos descubrieron que las
restricciones basadas en el género racionalizadas como "protección" a
las niñas, en realidad las hacían más vulnerables haciendo hincapié en la
sumisión y sancionando implícitamente incluso con abuso físico como castigo por
violar las normas.
Igualmente, observaron que "en
muchas partes del mundo" estos estereotipos dejan a las niñas en mayor
riesgo de abandonar la escuela o sufrir violencia física y sexual, ser
obligadas a casarse siendo niñas, quedarse embarazadas a una edad muy temprana
y contagiarse con el VIH y otras infecciones de transmisión sexual.
En 14 de las 15 ciudades, niños y niñas
afirmaban que el niño era el que debía tomar la iniciativa en una relación.
Por ejemplo, los investigadores
descubrieron que los niños, tanto en Nueva Delhi como en Shanghai, hablaban de
que se les animaba a pasar tiempo fuera del hogar en una exploración sin
supervisión de su entorno, mientras que las niñas dijeron que se les
recomendaba quedarse en casa y hacer tareas. Las chicas y los chicos de ambas
ciudades hablaron de las vergüenzas y las palizas que sufrían quienes
intentaban cruzar la brecha.
En todas menos una ciudad, Edimburgo,
Escocia, tanto los niños como las niñas tenían claro que era el niño el que
debía tomar la iniciativa en cualquier relación. En todos los escenarios, las
jóvenes reconocieron la existencia de un énfasis constante en su apariencia
física y sus cuerpos como su activo clave. "En Nueva Delhi, las chicas
hablaron de sus cuerpos como un gran riesgo que hay que cubrir, mientras que en
Baltimore las chicas nos dijeron que su principal activo eran sus cuerpos y que
tenían que parecer atractivos, pero no demasiado atractivos", explica
Mmari.
Los investigadores observaron que sus
conclusiones respaldaron trabajos anteriores que revelaron que "durante la
adolescencia, el mundo se expande para los niños y se contrae para las
niñas". Pero los investigadores señalan que los chicos no salen ilesos, ya
que los estereotipos que aprenden en la adolescencia temprana (el énfasis en la
fuerza física y la independencia) hacen que sean más propensos a ser víctimas
de violencia física y al consumo de tabaco y otras sustancias, así como a
cometer homicidios.
Lo femenino como algo inferior
Además, cuando los autores evaluaron las
actitudes acerca de los roles de género entre los jóvenes adolescentes de
China, India, Bélgica y Estados Unidos, encontraron una aceptación creciente de
las niñas rebelándose contra ciertas fronteras de género, pero casi tolerancia
cero para los niños que lo hacen. En los cuatro países, parecía ser cada vez
más aceptable, en distintos grados, que las niñas se involucraran en ciertos
comportamientos masculinos estereotipados, como usar pantalones, participar en
deportes y estudiar carreras.
Sin embargo, los autores vieron que
"los chicos que desafían las normas de género por su vestimenta o
comportamiento fueron considerados por muchos encuestados como socialmente
inferiores". Tanto los niños como las niñas dijeron a los científicos que
las consecuencias para los niños que se percibía que estaban como adoptando el
comportamiento femenino, como pintarse las uñas, iban a ser intimidados y
recibir burlas con duros calificativos hasta ser agredidos físicamente.
Esperanza para un cambio
"Sabemos por estudios de
investigación y experiencia programática que las normas desiguales de género
pueden cambiarse, pero esto requiere intervenciones cuidadosamente planificadas
e implementadas que apunten tanto a los jóvenes como al medio ambiente en el
que están creciendo y desarrollándose", señala el codirector y científico
en el Grupo de Adolescentes y Poblaciones de Riesgo en el Departamento de Salud
Reproductiva e Investigación de la OMS, el doctor V. Chandra Mouli.
Que los estereotipos de género estén tan
arraigados en los niños a una edad relativamente joven, es
"inesperado".
Mmari señala que, aunque muchos de los
estereotipos de género documentados en el estudio no son sorprendentes, el
hecho de que sean tan comunes a través de las culturas y las situaciones
económicas y estén tan arraigados en los niños a una edad relativamente joven,
es "inesperado". A su juicio, la investigación podría ayudar a formar
nuevas iniciativas que fomenten una mayor conciencia de las consecuencias para
la salud de los estereotipos de género y que se centren en los años de
"transición" críticos de la adolescencia temprana.
Por su parte, Blum rechaza el argumento
de que en muchas partes del mundo los estereotipos de género son sólo parte de
la cultura tradicional y no son susceptibles de cambio, y señala que, aunque
todavía luchan con conceptos rígidos de género, en lugares como Estados Unidos
y el norte de Europa, las actitudes han cambiado dramáticamente en las últimas
décadas.
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