viernes, 31 de julio de 2015
El caso de la niña que controló el VIH tras dejar la medicación
El primer caso pediátrico conocido de remisión del
virus tras un tratamiento antirretroviral temprano y su posterior abandono abre
la puerta a nuevas investigaciones contra el sida.
En la lucha contra el sida, cada cierto tiempo surgen
hallazgos sorprendentes. Son casos raros y, a priori, no generalizables para la
mayoría de portadores del VIH, pero abren ventanas de esperanza por las que los
investigadores pueden mirar para encontrar nuevos enfoques contra la
enfermedad. En el congreso de la Sociedad Internacional del Sida, que se está
celebrando estos días en Vancouver, se acaba de presentar uno: el de una
adolescente francesa que ha controlado los niveles del virus después de 12 años
sin terapia antirretroviral.
Es el primer caso en la historia de un niño que deja
el tratamiento y consigue una remisión del VIH-1. Aunque la chica sigue
infectada, puede hacer una vida perfectamente normal sin tomar ningún
medicamento. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata de un solo
individuo, así que no se pueden sacar conclusiones firmes por el momento.
El hallazgo ha sido anunciado este lunes en Vancouver
por el Instituto Pasteur, cuyos investigadores comenzaron a rastrear todos los
casos pediátricos con VIH que habían recibido un tratamiento temprano al nacer.
Lo hicieron tras otros dos de esos hallazgos que aportan nuevas perspectivas en
la lucha contra el sida: el primero, la llamada investigación Visconti (2012),
en la que esta misma institución mostró que existen grupos de adultos capaces
de controlar el virus tras dejar la medicación si la comenzaron a recibir muy
poco tiempo después de infectarse. El segundo, la famosa bebé de Misisipi
(2013), una recién nacida de la que se creía había conseguido vencer al virus
tras dejar los antirretrovirales, aunque sufrió un rebote dos años después.
En los archivos sobre casos pediátricos, los
científicos del Pasteur comprobaron que una niña cuya madre no se trató durante
el embarazo (algo que evita el contagio) recibió tras nacer un fuerte
tratamiento profiláctico que fue retirado poco después. Al abandonarlo, los
niveles del virus se dispararon, por lo que le aplicaron una potente terapia
antirretroviral. Unos cinco años después, el sistema de salud francés perdió el
contacto con esta familia, hasta que, cuando la niña tenía seis y medio, acudió
al médico para confesar que había dejado la terapia hacía unos meses. Los
análisis demostraron que la carga viral continuaba muy baja, así que se decidió
no reanudar la medicación y hacerle un seguimiento observacional muy próximo
para comprobar si los niveles se mantenían. Eso ocurrió en el año 2003. Hoy, 12
años después, el virus sigue controlado, algo que abre la puerta a investigar
qué hay detrás de este fenómeno y cuán frecuente puede ser.
Asier Sáez-Cirión, español que lidera el estudio del
que ha resultado el hallazgo, explica que lo primero que muestra es que una
remisión prolongada es posible en niños. “Hemos visto que funciona con
mecanismos similares a los adultos y que los mecanismos son muy distintos de
aquellas personas que controlan el virus de forma natural (lo hace alrededor de
un 0,5% de los infectados), en quienes se dan unos extraños parámetros
genéticos. Aquí se vio que al dejar la profilaxis aumentó la carga viral, así
que no es algo innato y parece clave el posterior tratamiento precoz. Lo que
sucede es que no hay muchos niños que hayan empezado una medicación fuerte y
mantenida durante cierto tiempo y luego la hayan interrumpido. Es raro y sabemos
que la mayor parte de los niños y adultos que cesan no van a ser capaces de
mantener bajos los niveles del virus. Así que es un primer paso, pero no
suficiente. Tenemos que entender mejor por qué hay ciertos pacientes que
controlan el VIH con terapia precoz, por qué otros no, y buscar marcadores para
predecir quiénes se pueden beneficiar”, explica.
Aunque la chica sigue infectada, puede hacer una vida
perfectamente normal sin tomar ningún medicamento.
La transmisión de madre a hijo, que entre la
gestación, el parto y la lactancia oscila entre el 15% y el 45%, se puede
evitar si la madre sigue un tratamiento durante el embarazo. En la mayoría de
los países desarrollados ya es casi inexistente y, recientemente, Cuba fue
reconocido como el primer país del mundo en haber erradicado esta transmisión.
Sin embargo, en otros lugares la infección de los recién nacidos sigue siendo
frecuente.
La comunidad científica se muestra muy cauta ante
este descubrimiento y hace énfasis en que hay que investigar más para conocer
cuáles son los mecanismos que hay detrás de esta remisión y hasta qué punto
puede ser frecuente. Sharon Lewin, responsable del Departamento de Enfermedades
infecciosas de la Universidad de Melbourne y reputada investigadora en el campo
del VIH, asegura que hallazgos como este pueden ser “muy inspiradores” para los
enfermos, porque se comprueba que es posible una remisión, pero que no se debe
perder de vista que se trata de un caso individual. “No sabemos cómo puede ser
de común. Para eso hace falta poner en marcha ensayos clínicos que nos muestren
la naturaleza de este fenómeno. Es necesario ensayar con dos grupos que hayan
recibido tratamiento temprano y retirarlo en uno de ellos para comprobar la
tasa de remisión sin medicamentos con respecto al otro”, explica la
investigadora. Ya hay algunos estudios de estas características en curso. En
alrededor de un año se empezarán a conocer los primeros resultados (en adultos)
y se podrán sacar conclusiones más sólidas.
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