El brote se inició al comienzo del verano de 2017 y ha afectado especialmente a Madrid. “El índice epidémico está por las nubes y la única forma eficaz para frenarlo es la vacuna. La mayoría de los niños nacidos desde los noventa ya están vacunados, pero hay un amplio grupo de población que no lo está y está en riesgo”, advierte Pablo Ryan, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Infanta Leonor de Madrid.
viernes, 8 de septiembre de 2017
España vive el mayor brote de hepatitis A desde los noventa, cuando llegó la vacuna
Los médicos de familia muestran tranquilidad, pero sí
alertan de la relajación en los métodos de control de las enfermedades de
transmisión sexual.
La hepatitis A se está extendiendo, sobre todo, en
adultos jóvenes homosexuales.
Nunca desde que se empezó a distribuir la vacuna
contra la hepatitis A, en los años noventa, se había visto un brote tan fuerte
como el que está viviendo España en estos momentos. De todos los casos
registrados en lo que va de año en Europa (5.983) por el Centro Europeo para la
Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), casi la mitad (2.639) se han
registrado en España, que es con mucha diferencia el país con mayor incidencia.
Casos registrados de hepatitis A en lo que va de
2017en la UE:
Aunque la A es la más leve de las hepatitis e incluso
puede cursar sin síntomas, es frecuente que conlleve una breve estancia
hospitalaria. Sin embargo, es una enfermedad de transmisión rápida, por
contagio sexual, familiar o en viajes a determinados países.
El primero de los casos, el contagio sexual, es el
responsable del brote actual. La enfermedad se está extendiendo, sobre todo, en
hombres adultos jóvenes que mantienen sexo con otros hombres. Entre estos hay,
además, colectivos de riesgo que están “peor preparados” para afrontar la
enfermedad: personas con VIH, con cualquier hepatopatía o problemas
cardiovasculares, además de trabajadores de hospitales o prisiones y
manipuladores de alimentos.
El índice epidémico está por las nubes y la única
forma eficaz para frenarlo es la vacuna”.
El brote se inició al comienzo del verano de 2017 y ha afectado especialmente a Madrid. “El índice epidémico está por las nubes y la única forma eficaz para frenarlo es la vacuna. La mayoría de los niños nacidos desde los noventa ya están vacunados, pero hay un amplio grupo de población que no lo está y está en riesgo”, advierte Pablo Ryan, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Infanta Leonor de Madrid.
Precisamente coincidiendo – o contribuyendo a
intensificar – el brote de hepatitis A, durante la primera mitad de 2017 ha
habido un problema de existencias de vacunas de hepatitis A. El Ministerio
reconocía en mayo el problema de suministro y establecía una serie de
recomendaciones para priorizar las vacunaciones. “No sé si la falta de vacunas
ha influido en la extensión del brote, pero lo cierto es que el problema de las
vacunas ha venido cuando más las necesitábamos”, dice Ryan.
El Ministerio reconocía en mayo el problema de
suministro y recomendaba priorizar las vacunaciones.
Desde la Sociedad Española de Medicina Familiar y
Comunitaria (Semfyc) creen que la falta de vacunas no ha supuesto un problema
puesto que “no hay demanda porque ni profesionales ni pacientes están
concienciados sobre la necesidad de la vacunación. A veces hace falta un
acontecimiento, como puede ser este brote, para que se actualice y alerte a los
profesionales y población de riesgo de que debe impulsarse la vacunación”,
afirma José María Molero, médico y miembro del grupo de enfermedades
infecciosas de Semfyc.
No obstante, médicos de familia y epidemiólogos como
Ryan coinciden en la importancia ahora de extender la vacunación como “única
forma para frenar esta epidemia”, dice el médico del Hospital Infanta Leonor.
“Hay que reforzar la vacunación pero sobre todo insistir en la notificación de
los casos y la búsqueda de sus contactos”, añade.
“La hepatitis A es una enfermedad de declaración
obligatoria que el médico de familia debe comunicar”.
La rapidez con la que se extiende la hepatitis A
entre familia y contactos como parejas sexuales explica la multiplicación de
los casos. “La hepatitis A es una enfermedad de declaración obligatoria que el
médico de familia debe comunicar a la red de vigilancia epidemiológica. Ellos
son muy eficaces a la hora de establecer y contactar a su red de contactos para
protegerles también”, explica el epidemiólogo, “si no se hace es una
oportunidad perdida en la lucha contra esta enfermedad”. “Muchas veces por la
rutina y por el tipo de público que uno tenga en el centro de salud es complicado
recordar la alerta, pero ya está en marcha el mecanismo de alerta para informar
a los médicos”, explica Molero.
“Desde la Comunidad de Madrid aseguran que el
problema de suministro de las vacunas que hubo a principios de año mejoró con
las 18.000 dosis que el Ministerio de Sanidad distribuyó el pasado mes de junio
y con otra partida de 26.824 que se distribuye ahora en septiembre. “La
situación ha mejorado sustancialmente y no hay problemas para responder a la
demanda”, admiten desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
El foco de los médicos es está en la necesidad de tener
relaciones sexuales seguras.
Aunque la Semfyc no muestra una gran preocupación por
el aumento de los casos, al tratarse de una “situación coyuntural”, sí lo están
por el origen de los contagios: “Estamos viendo con gran preocupación una
relajación en los métodos de prevención de enfermedades de transmisión sexual,
fundamentalmente el preservativo. Nuestro foco está en la necesidad de tener
relaciones sexuales seguras”, concluye Molero.
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